Resident Evil (Netflix)

Esta serie entra directa a la lista de lo peor que llevamos visto en este 2022. Nada funciona aquí, comenzando por un guion absurdo y pasando por unas interpretaciones sobreactuadas a más no poder, unos efectos visuales cutres a nivel “nausea” y un maquillaje tan evidente que sonrojaría a cualquier profesional del ramo. Nada raro para unos fans de la franquicia ‘Resident Evil’ acostumbradísimos ya a ser maltratados sin piedad por una producción, aparentemente (no tenemos pruebas, pero tampoco dudas), solo preocupada por hacer cuánta más pasta mejor.

Ya lo decía aquel: “es el capitalismo, amigos”.

A esto debemos añadir una narración empeñada en jugar con dos líneas temporales (pasado y presente; origen “del fin del mundo” -2022- y su momento actual en la historia -2036-) que no casan de ninguna de las maneras, que lían las cosas más que las aclaran, y que muestran con indubitable transparencia que nada en esta serie (tampoco la dirección) está a la altura de lo que debería ser.

‘Resident evil’ es una serie abyecta, de la que es mejor alejarse y que no tocaría ni con un palo

No vamos a hacer especial mella en el reparto porque, francamente, el elenco salva los muebles de la manera que mejor sabe con el material que tienen a su disposición y que, en esencia, es el origen de todos los males: el guion.

La historia está basada en los videojuegos de Capcom y es deudora, notablemente, de la última adaptación de la historia al cine: ‘Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City’ (2021). Eso sí, no se cuidan nada en resultar verosímiles e, incluso, razonables, trufando desde el primer capítulo a toda la serie de escenas ridículas, insensatas, increíbles y, sobre todo, soberanamente estúpidas.

La protagonista, tocada por la estulticia

El toque de humor que se intenta imprimir al tono general de la serie, buscando suavizar lo que a todas luces es una radicalmente dramática crisis biológica de escala global, hace aún más profundo el fracaso del guion. Con el personaje de Richard Baxter (Turlough Convery) representando esta intención, también la protagonista Jade Wesker (Ella Balinska) se ve tocada por la estulticia (hay una escena con gatos en el segundo capítulo que es de echarse las manos a la cabeza).

La construcción de personajes, claro, acaba perdiendo todo su sentido. La transición pasado-presente de Ella no hay quién se la crea; el personaje de Albert Wesker (Lance Reddick) carece por completo de coherencia, pasando de padre consentidor a cruel jefote de Umbrella con una facilidad tan apabullante como increíble; y otros personajes como el ya nombrado Richard Baxter o la nueva jefa de la compañía, Evelyn Marcus (Paola Núñez), pecan de ser exageraciones simplificadoras sin ningún sentido.

Ver esta serie supone perder nuestro valioso tiempo

A esto debemos sumar, claro, una dirección incapaz de remontar todo este cúmulo hándicaps pues, en vez de utilizar los ingentes recursos a su disposición para dignificar el texto, el apartado visual parece constantemente empeñado en multiplicar el ridículo tanto propio como ajeno. El uso de la cámara en la construcción de los planos, el recurso de la música, el montaje a la hora de gestionar los distintos tiempos narrativos… son incontables también los problemas en este apartado.

La conclusión es clara: ‘Resident evil’ (Netflix) es una serie abyecta, de la que es mejor alejarse y que no tocaría ni con un palo. Ni os acerquéis a ella. Hacerlo implicaría, simplemente, perder vuestro valioso tiempo.

Nota: 2/10

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Fco. Martínez Hidalgo
Filólogo, politólogo y proyecto de psicólogo. Crítico literario. Lector empedernido. Mourinhista de la vida.

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