Y llegó el final. The Wicked & The Divine: «bien» es la última entrega de la serie escrita por Kieron Guillen y dibujada por Jamie McKelvie. En este tomo son ellos los encargados de concluir la historia, como no podía ser de otra manera. Por supuesto les acompaña Matthew Wilson al color.

Y como de costumbre, es Norma Editorial quien ha publicado este último tomo, siendo la licenciataria continua de toda la serie.

Poco se puede contar de la trama de esta entrega sin desvelar nada. Básicamente los malos hacen su último movimiento, y los buenos intentan impedirlo. Y está «bien«.

Se cierran todos los misterios que han acompañado al lector a lo largo de todo The Wicked & The Divine: ¿Qué es la oscuridad? ¿Quién es el villano? ¿Por qué lo hace? ¿Qué papel interpreta cada uno de los personajes? ¿Cómo empezó todo esto del Panteón?

En definitiva, un final como dios manda. Con todo aclarado, todo explicado y cada cosa en su sitio. Que al lector le vaya a gustar más o menos es otra historia. Pero está «bien«.

Por fin podremos hablar de la serie como un todo, y no de cada entrega. No habrá spoilers en este post (pero no descarto hacer en un futuro un post dando la Opinión con todo lujo de detalles y spoilers).

Comencemos por el dibujo

Jamie McKelvie es el artista ideal para The Wicked & The Divine. Entrega tras entrega lo hemos mencionado, y entrega tras entrega él se ha esforzado porque así siga siendo. El estilo de dibujo, los rostros y expresividad de los personajes, los diseños, los fondos, las escenas de acción, los splashpage… todo, en definitiva, es espectacular. Desde la primera página de la serie hasta la última ha sabido mantener la calidad. Ninguna de sus viñetas a lo largo de tantas y tantas páginas me ha dejado con dudas sobre lo que estaba viendo. Y eso para mí (quienes me leéis ya lo habréis imaginado) es un rasgo fundamental de un buen dibujante. Y eso que en The Wicked & The Divine hay escenas raras de coj… muy especiales.

Sus diseños son un 40% de esta serie, y no se me ocurre mejor dibujante para ella. Y eso teniendo en cuenta que muchos artistas invitados han tenido la oportunidad de mostrar al lector como seria la serie con ellos como artistas. Y todos lo han hecho genial. Pero no son McKelvie. Y eso se nota. Esta serie es suya por derecho propio.

El color de los dioses

Matthew Wilson ha sido el fiel colorista de esta serie. Y ocurre lo mismo que con McKelvie. No se me ocurre ningún otro que pueda igualar el trabajo que ha hecho con ella. Y mira que tengo coloristas fetiche. Pero lo de Wilson ha sido increíble.

Mola mucho descubrir a un artista y que sepas que a partir de ese momento, toda obra con su participación va a ser susceptible de ser leída. Pues eso va a ocurrir a partir de ahora con Wilson. Y con McKelvie. Se han ganado por derecho propio su acceso a mi Panteón personal.

Y podéis verlo vosotros mismos con las imágenes que acompañan a este post o a cualquier otro de la serie. O en la web de Norma. Pero sobre todo en cualquier tienda de cómics. Creo que vale la pena acercarse a una tienda de cómics y coger el primer tomo de la serie y abrir sus páginas para ver aquello de lo que llevo hablando a lo largo de nueve entradas.

Lo importante es el camino

Kieron Guillen ha sido el guionista de esta gran historia. A lo largo de esta serie de entradas dedicadas a The Wicked & The Divine se ha mencionado el excelente trabajo que ha hecho Guillen. Cientos de sorpresas, cliffhanger, giros de guion y tramas dentro de las tramas… Su labor y calidad es incuestionable.

Y por fin llegamos al final, al punto al que nos ha conducido Guillen. El guionista ha conseguido explicar todo. Y lo ha hecho «bien». Otra cosa es que al lector le guste o no le guste. Personalmente no me ha gustado, pero eso para las conclusiones. Ahora toca reconocer a Guillen el excelente trabajo que ha hecho en toda esta historia.

Siento que me repito, pero el trabajo de organización que ha llevado a cabo en The Wicked & The Divine es digno de mención (y premio). Ha sabido sorprender, dejando al lector lleno de intriga. Ha conseguido hacer que las estrellas del rock del Panteón sean aclamados por las fans y seguidos en cada uno de las entregas. Guillen si que es un Dios.

Conclusiones. Siempre hay que llegar a alguna

The Wicked & The Divine termina, y debe quedar claro que me alegro enormemente de haber participado en esta aventura. ES muy buena. Y eso que la premisa es demasiado alocada:

«cada noventa años, doce dioses regresan encarnados en jóvenes. Los aman. Los odian. En dos años, mueren todos. Está ocurriendo ahora. Vuelve a suceder«.

Bueno, esa parte si que me flipa. La parte de que los dioses sean estrellas del rock no tanto. E incluso Guillen se las apaña para explicar porque esto es así.

Vamos a la opinión sin spoilers, que el camino está bien, pero todo tiene que concluir. The Wicked & The Divine ha sido una serie especial, que me ha enganchado y me ha gustado mucho. Cada número tenía su algo especial que hacía que tuviera sentido dentro de un todo. Había una excepción: el octavo es una recopilación de especiales que aportan pequeña información, pero nada transcendente para la historia. O eso es lo que escribí cuando lo leí. Pero el maldito Guillen es genial hasta para eso: hay ciertos elementos de uno de los especiales (no diré cual) que se «necesita» para poder comprender la resolución de uno de los misterios de la serie. Digo necesita entre comillas, porque supongo que es igual de válida la explicación con lo que cuentan en el el noveno tomo. Pero pierde la gracia.

No se bien que esperaba del último tomo, pero realmente algo mucho más terrenal. Y es que la explicación del Panteón, de las muertes, de todo lo que lleva intrínseco The Wicked & The Divine, es demasiado metafísico para mi gusto. Y personalmente, tampoco me ha quedado del todo clara la explicación. De momento no puedo explicar más sin desvelar secretos de la trama, pero la verdad es que la conclusión me ha dejado muy frío. El epilogo si que me gustó. Es bonito. se ve la esencia de los personajes y al lector le alegra leerlo después de todo el camino recorrido.

El final me ha dejado frio, pero lo importante es el camino. O al menos esa es mi opinión. He disfrutado con cada entrega. Me he encariñado con los personajes. He gozado con la trama y todas las sorpresas que han preparado los autores en ella. He disfrutado. Y para eso está la lectura. Para eso se vive, para disfrutar.

Ahora sí puedo hablar sin tapujos. Recomiendo The Wicked & The Divine a aquellos lectores experimentados que disfruten con lecturas más densas de lo normal. Porque hay mucho contenido detrás de los geniales y llamativos diseños de McKelvie y el color de Wilson. Hay una historia profunda, quizá no para todos los paladares. Pero  es un plato de buen gusto.

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