The Wicked & The Divine: lo viejo es el nuevo nuevo es la antesala del final de la serie guionizada por Kieron Guillen y dibujada por Jamie McKelvie (y Wilson, que nadie se olvide de Wilson).  Esta penúltima entrega es más larga de lo normal, y a la vez es algo distinto a lo que los autores nos tienen acostumbrados.

Como de costumbre, Norma Editorial es la encargada de publicar esta serie en formato rústica.

Es difícil de explicar lo que el lector puede encontrarse en este octavo volumen, ya que se aleja de la trama central.

Por un lado, nos encontramos con diversas historias (cuatro en concreto) que muestran la aparición del Panteón en diferentes momentos históricos: 455 D.C., 1373 D.C., 1831 D.C. Y 1923 D.C. Guillen se encarga del guion en todas estas historias, pero le acompañan diversos dibujantes, como se verá a continuación. Otras de las características de estos relatos es que sitúan al personaje de Lucifer como punto central

Tras este repaso por la historia, se nos presenta un Anual de Navidad, en el cual se nos presentan 7 breves historias sobre los protagonistas que reflejan ciertas situaciones o relaciones que han tenido los miembros del presente Panteón, pero que nunca se han mostrado al lector, sino que solo se ha mencionado. Por poner un ejemplo de esto, se puede ver la relación de Baal con Inanna.

En estas historias volvemos a tener a Kieron Guillen como orquestador, pero acompañado por un muy variado elenco de artistas.

Finalmente, hay unas Tiras Cómicas donde un montón de invitados cuentan disparatadas historias utilizando la idea y los personajes de The Wicked & The Divine. Hay que destacar que algunas de ellas son muy muy locas.

Kieron Guilen, genio y figura

Kieron Guillen se encarga tanto de los relatos históricos como del especial de Navidad a nivel de guion. Esto es de agradecer, ya que consigue dar luz a ciertos aspectos que han sido mencionados en la historia, pero que nunca se han podido conocer.

Especiales históricos

El primer especial data del 455 D.C., y del dibujo se encarga André Araújo (al color se mantiene el bueno de Wilson). Esta historia presenta a Lucifer encarnado en el Emperador Julio César. Lleno de poder, intenta evitar que sus dos años lleguen a su fin.

La trama resulta un poco indiferente, aunque se disfruta de todas las referencias históricas que contiene. No profundiza en casi nada, más allá de que se repite el ciclo que lleva sufriendo el Panteón desde hace milenios. EL dibujo de Araújo encaja muy bien con el momento histórico que representa.

El segundo especial se sitúa en 1373, y es Ryan Kelly lleva los lápices en esta ocasión (y de nuevo repite Wilson). Aquí, Lucifer se ha reencarnado en una monja, durante la época de la peste negra. De esta forma el autor profundiza en terrible enfermedad y le da un curioso origen. Aunque tampoco aporta nada. Si que empieza a verse como lo que está ocurriendo en el presente de la serie se ha ido repitiendo a lo largo de las reencarnaciones. ¿Será diferente está vez?

Ryan Kelly tiene un estilo que encaja perfectamente con el medievo recreado en esta historia. Con un dibujo lleno de detalle y realismo, sin abandonar la estética de la serie, crea una ambientación muy apropiada. Y Wilson también destaca aquí, mostrando al lector una paleta de colores muy oscura y diferente a la que nos tiene acostumbrado en la trama principal.

EL tercer especial se situa en 1831, dibujado por Stéphanie Hans. Aquí nos encontramos con un relato con tintes cercanos al Ciberpunk mezclados con la novela clásica del siglo XIX. En esta historia se trata sobre el miedo, la inmortalidad y la escritura como inmortalidad. Es quizá la trama más distinta y rara de todas.

El dibujo es también muy diferente. Con un toque europeo, encajar con la ambientación gótica. Además, el lector disfruta viendo a los personajes en otros cuerpos y estéticas tan diferentes a las que están acostumbrados.

El último especial se sitúa en 1923, y lo dibuja Aud Koch. Esta historia destaca en que la mayor parte de los acontecimientos se presentan en forma de narración, como si de una novela se tratase. Le acompañan algunas páginas de cómic intercaladas. La ambientación, así como la forma de contar la historia recuerda a autores de la época como Lovecraft y Agatha Christie. además, es la trama más desarrollada, con un principio y un final claros: Lucifer ha invitado a sus amigos del Panteón a su isla para hacer una fiesta, pero se lo encuentran sin cabeza sentado a la mesa. Así, comienza una investigación sobre quién de los invitados es el asesino.

Aud Koch puede lucirse en esta historia. Con viñetas llenas de detalles y un color sepia que transmite la sensación de la época, nos presenta un estilo de dibujo magnífico.

Anual de Navidad

El guionista aprovecha este especial para mostrar a los lectores escenas que no han tenido cabida a lo largo de los números de The Wicked & The Divine. Acompañado por un inmenso elenco de artistas (hablar de todos ellos podría hacer este post interminable), muestra escenas y momentos de la historia que sólo han sido mencionados, pero que tienen un gran valor para los fans de la serie y permiten conocer mejor a los personajes. Por poner algunos ejemplos, el lector podrá conocer la transformación de Lucifer, profundizar sobre Tara (personaje que apenas ha salido en la historia y que tiene mucho que ofrecer) o ver más detalles sobre el encuentro entre Laura y Lucifer en la cárcel.

Pequeñas escenas que amplían el paisaje de The Wicked & The Divine y que seguro los fans lo agradecen y disfrutan de sus lecturas.

Tiras Cómicas

Aquí los autores se echan a un lado para ceder su historia y sus personajes a amigos y conocidos para que hagan con ellos lo que quieran. Y así ocurre. Artistas y escritores hacen suyo el concepto de The Wicked & The Divine y cuentan disparatadas historias. No podemos hablar de todas, pero por poner algunos ejemplos:

13 enloquecen en Wiltshire es una tira escrita y dibujada por Kitty Curran Larisa Zageris que homenajea a Scobby-Doo. Utiliza a los personajes de The Wicked & the Divine y los convierte en investigadores al más puro estilo de la querida serie de Scobby-Doo y les lanza a resolver un misterio sobre El Druida Fantasma.

En The Wicker & the Divine, de Lizz Lunney, nos encontramos con la premisa de la serie, pero aplicada a sillas. Sí, han leído bien, a sillas. Es lo que tiene esto de la libertad creativa.

Y la última tira cómica está hecha por los autores originales de la serie, y cuentan como Laura rompió la pantalla de su móvil (algo que era muy necesario conocer y que no ha sido cogido con pinzas para nada).

¡Que llegué ya!

Esta entre de The Wicked & The Divine ha sido una especie de regalo de los creadores para disfrute de los fans. Entiendo el porqué lo han hecho, pero creo que no era el momento justo antes de la última entrega que pondrá fin a la serie.

Personalmente la hubiera publicado bastante antes, pero entiendo que este número está lleno de spoilers y que tenía que publicarse en ese momento. Pero quizás se podría haber dejado como un tomo extra para cuando hubiera acabado todo (aunque entiendo que las ventas hubieran caído). O podrían haberse incluido en el resto de tomos.

La cuestión es que se ha publicado aquí. ¿Vale la pena este tomo? Personalmente creo que no. Hay cosas muy disfrutables. Conocer más a fondo a los personajes en el Anual de Navidad o la increíble historia que han construido en el especial histórico 1923 son algo que todo fan debería tener la oportunidad de conocer. Pero quizá no era el momento justo antes de la última entrega. Y la historia va a ser exactamente igual se lea uno este tomo o no. No aporta nada más que una pequeña profundización en los personajes (pero totalmente alejada de la trama).

Claro que, una vez llegados hasta aquí, ¿Qué mas da?

Nos leemos en el último post de The Wicked & The Divine

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