Space Force

Para Steve Carrell no era fácil ponerse al frente de otra comedia para la televisión después de ‘The office’ (versión USA). Menos aún cuando, como hace aquí, asume el liderazgo del proyecto hasta el tuétano: cocrea la serie, la produce, escribe algún guion y, por supuesto, lo protagoniza como referencia absoluta de un solvente reparto coral dónde comparte protagonismo con talento como el de John Malkovic o Lisa Kudrow, entre otros.

Esta tensión, este nervio, estas piernas temblorosas, son cosas que se perciben en ‘Space force’ (Netflix) desde su inicio y explican, en cierto sentido, su mayor defecto global: la indeterminación a la hora de mostrarnos, claramente, qué historia quiere desarrollar y con qué tipo de humor quiere hacerlo. En ciertas ocasiones parece una sátira sociopolítica (la trama principal alrededor del sentido y la existencia política de la Space Force), otras veces parece una comedia familiar con notas de los ’90 (la subtrama de Lisa Kudrow), otras asemeja querer desarrollar un humor clásico de colegas (la subtrama de John Malkovic), etcétera.

‘Space Force’ entretiene lo justo para pasar una vigilia tonta alrededor del fuego y embutido en una manta, cogido de la mano de un reparto la mar de solvente

Este lío de tramas y estilos afecta drásticamente al núcleo de la historia. Solo con el paso de los capítulos, y especialmente a partir del ecuador de la primera temporada, parece ir adquiriendo un sentido. Aún así, las subtramas tienen problemas de encaje, lo que también resta mucha de su gracia a los gags y los chistes. Eso sí, la segunda temporada mejora ostensiblemente a la primera en este apartado. El ser más corta (de diez a siete capítulos), más breve (de 35 minutos a 25) y estar ya más centrada en la trama; ayuda muchísimo a que se perciba así.

Aún con todo, la serie no consigue, quizás porque nunca lo haya perseguido, sacarte una sonora sonrisa o una carcajada. Su humor se basa más en la fuerza de los personajes y su relación, y como esa relación se define a partir de esta loca Space Force dónde todo parece posible aunque, en verdad, casi nada acabe pasando al final. En este vacío existencial, su humor entretiene, consigue sacarte alguna tímida sonrisa, pero poco más.

Entretenimiento tibio

Lo que queda es la sensación, es sí, de que el mensaje principal de la serie acaba llegando a ti: la crítica sociopolítica respecto a una decisión gubernamental considerada absurda (Donald Trump independizó la Space Force del ejército del aire en 2018) y cómo los personajes, cuan marionetas, tienen que lidiar con su vida a partir y alrededor de este absurdo. Eso sí, no lo hace ni con la gracia que sería deseable, ni con la contundencia que sería esperable. Algo que, si en dos temporadas no se ha conseguido, difícilmente pueda conseguirse ya en una hipotética -y poco probable- tercera temporada.

‘Space Force’ (Netflix) entretiene lo justo para pasar una vigilia tonta alrededor del fuego y embutido en una manta, cogido de la mano de un reparto la mar de solvente y en una historia que, aunque sin ser la más graciosa del mundo, sacará alguna tímida sonrisilla de vez en cuando. No es mucho, pero es lo mínimo que cabría esperar.

Nota: 5/10

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Fco. Martínez Hidalgo
Filólogo, politólogo y proyecto de psicólogo. Crítico literario. Lector empedernido. Mourinhista de la vida.

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