Portada de 'Oscura es la noche' de Raquel Brune, publicado por B de Bolsillo | Fuente: Amazon
Portada de ‘Oscura es la noche’ de Raquel Brune, publicado por B de Bolsillo | Fuente: Amazon

Con una ambientación tétrica y misteriosa al estilo de las hermanss Brönte, Oscura es la noche enlaza a la perfección la historia de dos mujeres, que, aunque las separen más de cien años, sus vidas están conectadas por una extraña melodía. Oscura es la noche, publicada por B de Bolsillo, es la nueva novela gótica de Raquel Brune.

La trama está dividida en dos líneas temporales que se entrelazan. Por un lado conocemos la historia de Candela, una joven que acaba de heredar una increíble fortuna durante los años veinte, que deberá luchar contra los estigmas sociales y los deseos egoístas de su tío. Por otro lado, Sandra, en el presente, es una famosa vocalista que decide ir al Hotel París. Situado en el pueblo de Santa Bárbara para desconectar de su ajetreada vida después de haberse divorciado.

La ignorancia de Candela hacia los códigos de conducta del mundo en el que se ve rodeada al estar encerrada en el Hotel París, hacen de ella un personaje entrañable. A lo largo de su trama, el lector no puede evitar sentir cierta ternura hacia ella. Y, a su vez, desprecio hacia las personas que se aprovechan de su posición.

Sandra, en cambio, es una chica más valiente y decidida. No duda en hacer lo que ella cree que es correcto, aunque tenga que salir de su zona de confort. Aun así, la realidad hace que en ciertos momentos no sepa qué hacer. Lo perdida que se siente la vocalista en eso momentos, hizo que me recordara al personaje de Daisy en ‘Todos quieren a Daisy Jones’.

El Hotel París es otro personaje en sí. La oscuridad que envuelve el hotel persigue y atormenta a todas las personas que alguna vez han estado allí, aunque ya no se encuentren en él. En los años veinte, con fiestas a lo ‘Gran Gatsby’, La Duquesa y dueña del hotel logra conocer los más oscuros secretos de sus huéspedes.

En el presente, una extraña melodía persigue a Sandra durante su estancia en el París.

Con una narración más madura que en sus antiguas novelas, Raquel Brune nos comparte su relato más exigente hasta el momento. Los saltos en el tiempo entre capítulos están alternados de una forma muy precisa. Brune se encarga de ir desvelando información poco a poco, al ritmo necesario para mantener al lector en vilo y sentir la necesidad de seguir leyendo para saber qué es lo que sucede en el presente, y cómo acabó la historia de Candela en el pasado.

Aunque la trama se centra en las vidas de Candela y Sandra, Brune no descuida a los personajes secundarios. Todos y cada uno de ellos tienen su pasado y sus motivaciones, haciendo que todos sean esenciales para la trama.

Pese que en algún momento el ritmo pueda ser un poco lento, la intriga hace que no puedas parar de leer.

Leyendas, miedos, asesinatos, rumores, elementos sobrenaturales, lobos, música, avaricia, desenfreno, secretos, misterio, un hotel encantado y un pueblo aterrorizado hacen de Oscura es la noche la novela perfecta para leer en esta época del año.

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