Miracle Workers

En estos tiempos de oferta sobredimensionada en distintas plataformas de streaming, con muchos títulos mediocres o de fórmulas repetitivas hasta la náusea, se agradece el estreno de series que, si bien no logran permanecer largo tiempo en la memoria del espectador, sí consiguen de forma desprejuiciada entretener y divertir de forma consistente, al tiempo que deslizan cierta crítica social mordaz. “Miracle Workers” (Movistar+) es un buen ejemplo de esto que comentamos.

Con ya tres temporadas a sus espaldas, esta comedia basada en la novela “What in God’s Name”, de Simon Rich, se estrenó en 2019 con una primera entrega tan trepidante como divertida. La serie, creada por el mismo Rich y protagonizada por Daniel Radcliffe, Steve Buscemi, Geraldine Viswanathan, Karan Soni, Jon Bass, Lolly Adefope y Sasha Compère, resulta ser una sitcom cuyo tono nos recuerda vagamente a “The Good Place”, pero con un guion y puesta en escena mucho más ligeros, y desde luego, menos convincentes.

“Miracle Workers” puede ser la solución para esos momentos de puro hastío en el que ningún otro entretenimiento te llena y buscas algo distinto, pero sin pretensiones

El Cielo es una gran empresa con un único proyecto en marcha, la Tierra. Su CEO, Dios (Steve Buscemi) hace tiempo que desconectó de su creación y se dedica a matar el tiempo entre antojos hedonistas y asaltos de odio hacia su propio ingenio, repleto de criaturas dotadas de cierto libre albedrío, pero demasiado demandantes de atención.

Necesitado de constante adoración sumisa y de nuevos estímulos, Dios se harta de los humanos y de sus continuas súplicas, de los múltiples desastres de un planeta tan superpoblado como problemático. Y un mal día, decide que ya es hora de terminar con su proyecto e inaugurar en su lugar un restaurante flotante de comida fusión.

Una apuesta a todo o nada

Craig (Daniel Radcliffe) trabaja en Atención de Plegarias, un departamento celestial con muy pocos medios y que básicamente se dedica a recibir súplicas de creyentes sin demasiado éxito ni perspectivas. Eliza (Geraldine Viswanathan) llega al departamento con ideas nuevas, y pretende dotar de un renovado impulso al equipo, demasiado agobiado y desesperanzado. Pero su impaciencia y sus nuevos métodos no encajan con el anquilosado y depresivo Craig.

Cuando Craig y Eliza se enteran de las intenciones de Dios, apuestan con él el indulto de la Tierra, si son capaces a través del departamento de Atención de Plegarias de emparejar a dos humanos. En quince días deberán convertir en pareja a dos humanos que se gustan, pero que son incapaces de acercarse el uno al otro.

La primera temporada de la serie, mucho mejor que las dos siguientes

La primera temporada de “Miracle Workers” resulta ser un entretenimiento ligero con grandes dosis de diversión, capítulos cortos y trepidantes, con la guinda de cierto regusto agradable a crítica social y comedia del absurdo. Por supuesto, la Tierra no será el único escenario en el que se vertebrarán el drama liviano y la comedia loca, sino que el Cielo también será un escenario paralelo al terrestre, con una trama romántica entre Craig y Eliza como telón de fondo, dos personajes que juegan todo el tiempo al ratón y al gato en cuanto a sus sentimientos se refiere, de la misma forma en que lo hacen los dos terrestres objeto de la apuesta con Dios.

“Miracle Workers” juega en esta primera entrega con todos los tropos de la comedia ligera y nunca se toma en serio a sí misma. El guion se introduce en pantanos morales de forma empática, pero muy controlada y aséptica, apenas para rozarlos y salir disparado de forma rápida hacia el humor escondido en el drama. Es esta primera temporada la que sobre todo recomendamos desde aquí, con una entrega de siete capítulos que nos deja con ganas de más.

Un reparto principal con mucha química

Las dos siguientes temporadas, ambientadas en la Edad Media y el Oeste Americano respectivamente, se vuelven muy deslabazadas y locas, con hilos argumentales demasiado finos para notar una estructura definida. Podemos apreciar el mismo tipo de comedia y drama ligeros, pero ya demasiado pasados de vueltas, muy esperpénticos. Aun así, el reparto camufla gran parte de estos problemas, de forma que las dos últimas temporadas emitidas se disfrutan al menos en parte, con algunos capítulos que ciertamente recuerdan a la primera entrega.

Las tres temporadas de “Miracle Workers” están sostenidas por un trío de actores con buena química entre sí; Daniel Radcliffe, Geraldine Viswanathan y Steve Buscemi tienen una gran conexión ante la cámara, y son capaces de anclar a tierra un guion delirante, que de otro modo echaría a volar por sí mismo y se perdería en la nada. En esta serie hay escenas impagables, como cierto baile de Radcliffe embadurnado de cosméticos y purpurina, la carismática gallina de la introducción de la tercera temporada o ese dios reducido a ser el hazmerreír de su propia familia.

En fin, estamos ante una serie que no se toma en serio a sí misma ni al espectador ─en el buen sentido─, y que puede ser la solución para esos momentos de puro hastío en el que ningún otro entretenimiento te llena y buscas algo distinto, pero sin pretensiones.

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Alejandro Serrano
Cofundador de Fantasymundo, director de las secciones de Libros y Ciencia. Lector incansable de ficción y ensayo, escribo con afán divulgador sobre temáticas relacionadas con el entretenimiento y la cultura cercanas a mis intereses.

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