Mar de la Tranquilidad (Netflix)

El mar de la Tranquilidad (Mare Tranquillitatis) es una vasta extensión lunar de 873km de diámetro, donde el 20 de julio de 1969 descendió el módulo de la nave Apolo 11. Fue, obviamente, el primer lugar de nuestro satélite que holló humano alguno, con los astronautas Neil Armstrong y Edwin Buzz Aldrin como protagonistas del histórico evento. Este mar sin agua es precisamente el escenario de la serie surcoreana estrenada en Netflix el pasado 24 de diciembre, “Mar de la Tranquilidad” (en hangul, 고요의 바다), y protagonizada por Bae Doona, Gong Yoo y Lee Joon.

En el futuro, la Tierra sufre un serio problema de desertificación debido al cambio climático, con todas las especies animales y vegetales amenazadas o extintas, racionamiento desigual del agua y un grave descenso de la natalidad, con la mortalidad disparada. Los ríos son apenas cauces áridos y los mares se contaminan debido a la extrema acidificación, hasta las desaladoras enfrentan dificultades de funcionamiento. Todos los países intentan evitar el colapso total a través de la represión de las protestas y de quiméricas aventuras científicas, que parecen condenadas al fracaso. La humanidad se enfrenta a la extinción.

“Mar de la Tranquilidad” te mantiene pegado al asiento y con la atención fija en la pantalla

Una de estas quiméricas aventuras en busca de agua tiene como campo de batalla el espacio, por el que pugnan todos los países ─y algunas megacorporaciones─ con capacidad para enviar misiones de exploración fuera de nuestro planeta. En este contexto, Corea del Sur envía a un equipo de astronautas e investigadores a rescatar una misteriosa muestra en una base lunar abandonada, Balhae, enclavada en un risco del Mar de la Tranquilidad. Algo sucedió hace cinco años en esta base experimental, y sus ocupantes murieron en el silencio más absoluto.

La misión está liderada por el capitán Han Yoon-jae (Gong Yoo, “Tren a Busán”; “El juego del calamar”), quien dispone de información muy limitada, tanto sobre Balhae como sobre el aspecto científico de la búsqueda; este hecho le incomoda, pero se ve obligado a aceptar su participación para aumentar la cuota de agua de su hija gravemente enferma, ya que el líquido elemento es adjudicado según el escalafón social.

La astrobióloga Song Ji-an (Bae Doona, “Sense8”) es reclutada debido a sus investigaciones previas, pero también a su relación con el pasado de la base lunar: su hermana comandó Balhae durante el incidente que tuvo lugar allí, y como el resto de ocupantes perdió la vida. El ingeniero jefe Ryoo Tae-seok (Lee Joon), voluntario de última hora, está a los mandos del aspecto técnico de la misión.

Escenarios epatantes y llenos de significado

La opacidad dificulta las operaciones e incomoda a los miembros de la misión desesperada, que deberá aterrizar en la Luna, entrar en la Base Balhae, asegurarla ─sin información alguna sobre su actual habitabilidad─ y buscar la enigmática muestra, que podría ser radiactiva. Sin embargo, algo sale mal desde un principio y se estrellan contra nuestro satélite, con lo que el objetivo de la misión y las vidas de la tripulación estarán en peligro extremo.

Dirigida por Choi Hang-yong y adaptación del cortometraje de 2014 del mismo título y realizador, “Mar de la Tranquilidad” es una serie de ciencia ficción y suspense con guion de Park Eun-Kyo, que maravilla a la par que defrauda en parte. Si bien cuenta con muchos aspectos positivos en su haber, con un gran nivel visual y una puesta en escena brillante, la serie presenta en su guion y desarrollo de personajes ciertos bandazos y decisiones cuanto menos pintorescas, que lastran una experiencia por lo demás muy digna y con paralelismos con nuestro tiempo.

“Mar de la Tranquilidad” es una absoluta delicia visual que sabe sacar partido de los epatantes escenarios que se nos presentan, hasta tal punto que ese aspecto se convierte en un protagonista más, capaz incluso de conseguir que el espectador olvide casi siempre algunos de esos devaneos de guion que mencionamos. Las luces y las sombras juguetean con nuestra atención y nuestros temores a la par que influyen en las acciones y el destino de los protagonistas.

Mar de la Tranquilidad (Netflix)

Tensión, acción y carga emocional excelentemente dispuestos

Los miembros de la misión tienen ante sí una difícil papeleta, y los conflictos morales y las dificultades de supervivencia agudizan la tensión y las suspicacias entre los protagonistas, algo muy bien solventado en esta serie. El sentido de ritmo se ve en ocasiones lastrado por ciertos primeros planos particularmente lentos, que pretenden mostrar las emociones de los protagonistas, pero en general “Mar de la Tranquilidad” te mantiene pegado al asiento y con la atención fija en la pantalla.

La mayoría de los personajes está dibujada de forma esquemática y en ocasiones prototípica, pero aquellos relevantes para la trama o su resolución están llenos de matices y pasado tormentoso, que se integran perfectamente en la acción presente. Esto es especialmente cierto y relevante con la doctora Song, quien se lleva la mayor parte del peso narrativo y de los conflictos internos.

Una serie que merece la pena

Los ocho episodios de “Mar de la Tranquilidad” están llenos de tensión, acción y carga emocional excelentemente dispuestos para impactar en los espectadores de forma quirúrgica, con una dosificación de la información que emula a la del gobierno surcoreano. Recibimos poca y en los momentos justos, la necesaria para aumentar el suspense o el aspecto dramático de la serie.

Por desgracia, la serie no llega a ser redonda ─muy pocas producciones lo consiguen, de hecho─, y la tenue decepción que mencionaba al inicio proviene más de la expectativa que se abre tras los primeros capítulos que de graves deméritos de “Mar de la Tranquilidad”. Es más, estamos ante una serie que merece la pena, tanto si buscas un entretenimiento sin pretensiones como si esperas una producción que te haga reflexionar sobre la naturaleza humana, nuestro planeta y el futuro que nos espera. Y es que los seres humanos somos capaces de todo, desde lo más noble y heroico hasta de lo más rastrero…

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Alejandro Serrano
Cofundador de Fantasymundo, director de las secciones de Libros y Ciencia. Lector incansable de ficción y ensayo, escribo con afán divulgador sobre temáticas relacionadas con el entretenimiento y la cultura cercanas a mis intereses.

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