Pokémon Leyendas Z-A – Análisis

Hoynos toca hablar de Pokémon Leyendas Z-A y, aunque esto podría dar para un debate extenso, prometemos ser lo más objetivo posible.

Desde hace años, la franquicia Pokémon ha transitado una evolución desigual en el terreno de los videojuegos: avances técnicos tímidos, decisiones de diseño discutibles y una aparente desconexión con las expectativas de sus jugadores más veteranos. Pokémon Leyendas Z se presenta como una nueva apuesta dentro de esta trayectoria, prometiendo expandir el enfoque iniciado por Leyendas Arceus, pero también heredando muchas de las tensiones que han marcado la saga en su etapa más reciente. Este análisis busca explorar sus aciertos, límites y el lugar que ocupa en una franquicia que parece debatirse entre la innovación y la complacencia.

Una nueva aventura

Nuestro personaje llega a Luminalia en medio de un proceso de renovación urbana reciente. La población de Pokémon salvajes en esta ciudad ha crecido tan exponencialmente que el gobierno ha establecido ciertas áreas: las Zonas Salvajes, pensadas para contenerlos. Hay ciudadanos que están a favor de esta política, mientras que otros piensan que los Pokémon tienen tanto derecho a vivir allí como los humanos, y aspiran a la eliminación de estas barreras. Al mismo tiempo, algunos de ellos están sufriendo, por motivos desconocidos, una serie de megaevoluciones descontroladas que ponen en peligro a los habitantes de Luminalia.

En Leyendas Pokémon Z-A nuestra misión es, en líneas generales, hacer frente a dicha fuerza oculta que está provocando tales efectos. No obstante, la información de este misterio es privada y solo los entrenadores de rango alto tienen acceso a ella, por lo que el objetivo aquí está en ir subiendo de nivel dentro de la liga local y afrontar tramas secundarias asociadas a los mismos que no tienen desperdicio.

Mecánicas nuevas que casan a la perfección

El salto del clásico combate por turnos de la serie a un sistema de acción no es sólo un detallito de Pokémon Leyendas Z-A, si no la espina dorsal de lo que propone. En él, los Pokémon salvajes que encontraremos nos atacarán (a nosotros, el entrenador) algo muy coherente si empezamos a darle algo de seriedad a esta franquicia, y como respuesta, lanzaremos a nuestros Pokémon a la batalla, en un sistema que no es exactamente un giro completo a la acción, pero que guarda más similitudes con ello que con un RPG por turnos. Los cuatro ataques como máximo que puede tener cada criatura se mantienen. Eso sí, en lugar de intercambiar los golpes de manera ordenada con el oponente, cada uno tendrá un tiempo de recarga que dependerá de las características del ataque y de la velocidad del Pokémon.

En el apartado de exploración, la jugabilidad también es muy diferente. ¿Recordáis cuál es el último juego de Pokémon en el que tu personaje podía correr, saltar o rodar (para esquivar) cada vez que quisiera? Ya os respondemos nosotros… en ninguno hasta Pokémon Leyendas Z-A.

Otro detalle a resaltar es que, si estás explorando por tejados por ejemplo, y decides lanzar a tu Pokémon y este cae al suelo, ¡¡tendrá daño de caída!! Esto parece una chorrada pero repetimos, es algo impensable hasta día de hoy en la saga.

Gráficos, una vez más, muy debatibles

Este apartado es algo especial de explicar. No vamos a ser nosotros los que digamos que esto es la joya de la corona, lo que sí vamos a destacar es el pasito a adelante que ha dado Gamefreak respecto a otras ediciones. Suena a «meme» pero es importante resaltar el detalle de que los personajes cuando hablan ya mueven la boca y sus caras tienen expresiones. Repetimos que parece que estamos hablando en broma cuando decimos esto, pero todo el que siga esta saga sabe que el mínimo detalle de mejora después de tantos años pidiendo algo (por muy leve que sea la mejora) ya es algo a resaltar.

 Lo que sí es muy destacable es el diseño de los Pokémon. Son mucho más nítidos, limpios en detalles y cada movimiento especial por fin tiene una animación diferente.

Es cierto que las calles están más vacías de lo que imaginábamos y los NPCs no dejan de ser eso mismo: estáticos y cumpliendo una sola función, pero tienen un detalle: Si te acercas a ellos sin interactuar, podrás leer conversaciones fluidas de 2 a 3 minutos sobre todo tipo de temas. En esto si que me aventuro a decir que no conozco un juego reciente en el que los NPCs entre ellos mantengan conversaciones fluidas de tanto tiempo sobre todo tipo de temas, con preguntas, respuestas, bromas e incluso insultos (moderados para todos los públicos evidentemente).

Es una alegría no poder ver escenarios pixelados al máximo con criaturas estáticas a bajo rendimiento todo el tiempo. La comida es comida, la hierba es hierba moviéndose e individual y los escenarios en los que combates llegan a mojarse, quemarse o congelarse. Detallitos que no lo convierten en el mejor juego del año pero si en algo mucho más decente que anteriores entregas.

No todo es tan positivo…

El punto negativo en cuanto a gráficos, lo tenemos en muchas puertas y ventanas, que como no tengan repercusión con la trama o las misiones, son simples jpgs pegados de manera absurdísima… ni en la Nintendo 64 hemos visto semejante cutrez.

En conclusión

Pokémon Leyendas Z-A no prometía mucho y al final para todos los que seguimos esta franquicia da mucho más de lo esperado. No vamos a decir que es el mejor juego del año ni mucho menos, pero sí que es uno de los mejores juegos de Pokémon de los últimos años. Quizá es muy criticable porque sabemos que Game freak puede dar mucho más de lo que ofrece, pero esta entrega sí confirma que la empresa japonesa escucha de vez en cuando a sus fans y a la crítica.

El detalle de dejar de lado una vez más las medallas para centrarse en un sistema de logros más profundo es un acierto, y el convertir al personaje principal en algo más que un ser que solo lance una pokeball también lo es. Tiene sus defectos y no son pocos,  como por ejemplo el tutorial de introducción, que dura más de dos horas. Pero por primera vez en mucho tiempo podemos decir que es un juego de Pokémon con muchas más luces que sombras. Sin duda aquí, nos subimos por fin al tren después de mucho tiempo y le ponemos ganas y esperanzas a esta franquicia para que algún día sea lo que se merece ser y demuestren todo su potencial.