Evil War: Guerra colonial planetaria con sabor a ángeles contra demoniosSiempre he reconocido a David Braña como uno de los guionistas con más talento del panorama patrio, además de que siempre está urdiendo alguna… y no lo digo sólo porque permanentemente tenga la cabeza bulléndole a base de ideas, sino que es un culo de mal asiento dentro del medio: siempre se está moviendo e intentando sacar adelante distintas iniciativas. ¡Qué energía tiene el tío! Así que siempre es un placer el reseñar algo suyo, pues es garantía de, al menos, enfrentarme a un planteamiento original y bien narrado. La pena es que no hay conseguido dar el pelotazo aún con una de sus historias en una editorial grande, pero me atrevo a afirmar que no tardará mucho siempre y cuando siga moviéndose como hasta ahora.
   
En esta ocasión ha caído en mis manos “Evil War”, un volumen de la editorial Drakul  encuadernado en rústica con solapas de 152 páginas a todo color. Veamos de qué va y qué planteamiento tiene:
   
La Tierra ha desaparecido hace ya 200 años. Los seres humanos más aptos –y algunos de los más poderosos a nivel social y económico, obviamente- han realizado lo que a la luz de esos 200 años de Historia se llama “La mudanza”, que es el nombre oficioso que se le da a la migración de los humanos al planeta Iahoon, el considerado como más habitable de todos los que estaban al alcance de las naves de transporte.
   
Evil War: Guerra colonial planetaria con sabor a ángeles contra demoniosPero los humanos no contaban con que una raza belicosa y humanoide de grandes poderes estaba ya en el planeta, los llamados “demonios”, capaces de infiltrarse entre los humanos y dotados de habilidades sobrehumanas, como la telepatía y el transporte interdimensional, así como la capacidad de vuelo y una fuerza y agilidad prodigiosas. Obviamente, estos “demonios” buscan acabar con toda presencia humana para disponer del planeta a sus anchas.
   
Y en esa situación estamos cuando vemos a Mayorick, un muchacho adolescente que se planta en “El último aliento”, que viene a ser el cuartel general del ejército humano, para ofrecerse a servir en él. El capitán Brave, el mando al cargo del puesto, da cuenta de la extraña habilidad del muchacho para detectar demonios infiltrados merced a una especie de sexto sentido, y lo empareja con dos de sus hombres más rudos y efectivos: el locuaz y bruto Dorton, y el oriental, técnico y lacónico Sun, que dejan buena prueba de su habilidad para acabar con estos demoníacos alienígenas.
   
Tras hacer pasar a Mayorick por una prueba un tanto traumática para asegurarse de que no es ningún demonio infiltrado, salen de patrulla –accidentada, a causa de combatientes independientes- hacia Ciudad Esperanza, la capital planetaria humana. Curiosamente, ese es el momento que elige el ejército demoníaco para lanzar una ofensiva contra ella. Como era de esperar, los tres militares se desempeñan a la perfección y descubren que la ciudad guarda a un muchacho dotado de grandes poderes.
   
Evil War: Guerra colonial planetaria con sabor a ángeles contra demoniosSeremos testigos también de la existencia de una especie de visión que la que sólo Mayerick es consciente y que le sirve de guía, aunque él la niega pensando que es parte y consecuencia de una patología cerebral… Pero descubriremos que la respuesta es mucho más compleja que eso.
   
Y, amigos lectores, digamos que hasta aquí puedo leer para no arriesgarme a fastidiar la historia. ¿Realmente están los humanos tan solos en su lucha contra los demonios?  ¿Quién es ese enigmático niño y de dónde ha salido? ¿Cuál es el origen tanto de la procedencia de Mayerick, así como de su extraña motivación interna contra los demonios? ¿Hasta qué punto son eficaces las armas y la resistencia huma contra ellos? ¿Realmente están tan infiltrados en la sociedad humana? Habrás de leer el cómic para saberlo, amigo mío.
  
Así que bueno, estamos ante un cómic de acción de “buenos contra malos” muy correcto, en el que los autores consiguen que consigamos empatizar con todos los bandos gracias a la gama de grises del carácter de los distintos protagonistas, tanto los “buenos”, como los “malos”. Y todo aderezado con un entorno de ciencia-ficción muy interesante con unos pequeños toques a lo “Mad Max” y, quizás, alguna reminiscencia de “Dominion”, la serie de Televisión.

Evil War: Guerra colonial planetaria con sabor a ángeles contra demoniosSe lee bien, aunque entiendo que los dos momentos de flashback que encontraremos podrían haberse tratado de otra manera: tal vez, por poner un ejemplo, haber usado otro formato de viñeta, o haber utilizado otra gama de colores. Como ya sabéis, soy un lector veterano, y en este caso la cartela de “dos horas antes” no es suficiente para marcar el paso atrás. ¡Me di cuenta a mitad de lectura del pasaje! Pero es un fleco mínimo que no desmerece a la historia, que te mantiene pegado a ella hasta la última página.   
Sin embargo, no quedo demasiado satisfecho con el resultado del trabajo de Juan Alarcón. Diría que su estilo de dibujo gana más en blanco y negro que en color y que, posiblemente, sea mejor ilustrador que dibujante (o, quizá, el entintado desmerece el resultado inicial del lápiz). Desde luego, en su páginahe visto mejores trabajos que este que tengo entre manos, y diría que los escorzos de los personajes no los lleva demasiado bien y que la calidad varía mucho de una página a otra. Insisto: quizá la distorsión de los rasgos humanos (pongamos como ejemplo la cuarta viñeta de la página 26, o la última de la 27). Sin embargo, a medida que avanza la historia, se nota aumento en la calidad del trazo y el dibujo.

En cuanto al diseño de personajes, podemos decir que es una especie de cruce entre cómic americano de los 90 con toques manga. De hecho, la diablesa Satyria recuerda poderosamente a Witchblade, y el señor demonio Nimbroth parece sacado de “Berserk” o de los Power Rangers. Las escenas de acción (pongamos como ejemplo la de la página 15) beben también de la narrativa de acción nipona. No obstante, ese toque retro del dibujo y el diseño de los personajes ayuda a generar esa atmósfera de decadencia que nos ayuda a sumergirnos en la historia.
   
Evil War: Guerra colonial planetaria con sabor a ángeles contra demoniosOtro punto poco claro de la historia es el papel de los luchadores de los “grupos independientes”. Entiendo que no aportan mucho a la historia y que podrían haberse sustituido por otro tipo de contendiente: ¿Militares desertores? ¿Un determinado grupo de demonios “carroñeros”? Es un colectivo que parece generado de manera “artificial”.
   
No dejemos de mencionar que esta historieta viene precedida de un bonito y concreto prólogo de Daniel Estorach, otro eminente guionista español, que define de manera sencilla pero exacta lo que estamos a punto de empezar a leer. Y cierra con ocho páginas de ilustraciones alegóricas a este cómic obra de artistas como David Buceta, Chemi Ríos Juan Aguilera, Álex Espert o Raquel Díez entre otros: dieciséis obras de arte que, seguro, llamarán vuestra atención.
   
No nos dejemos aparte el diseño de la portada: sencillo y efectista. Llama la atención.
   
En fin, un cómic interesante que nos presenta una historia de “bien contra mal” de una manera efectista y original, con personajes bien diseñados y un transcurso agradable. Pese a las limitaciones ya citadas, te lo leerás con gusto, y te gustará.
   
Dadle una oportunidad y colaboremos todos a que David Braña pueda seguir sacando adelante proyectos tan interesantes.

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