
En Un río helado conocemos a la partera y sanadora Martha Ballard. Una mañana después de asistir a un parto, Martha recibe un aviso inesperado. Debe examinar el cuerpo de un hombre que han sacado del río. Con este principio, Ariel Lawhon da comienzo a su novela histórica.
Con la edición de Stefano Books, Es Nora Aparicio Alfaro la que traduce la maravillosa pluma de Ariel Lawhon.
Martha acaba metida de lleno en la situación del hombre encontrado muerto en el río. Tras realizar sus observaciones, llega a una conclusión: a ese hombre lo ahorcaron y luego lo tiraron al río helado. Pero no todos opinan lo mismo. Un médico recién llegado al pueblo dictamina que las lesiones que presenta el cuerpo son a consecuencia de haber sido arrastrado por la corriente.
Casualmente el hombre encontrado es uno de los dos que han sido acusados de agredir sexualmente a otra mujer del pueblo. Agresión por la que Martha será llamada como testigo en el juicio, ya que asistió a la víctima días después.
A Martha su marido le enseñó a leer y escribir por lo que lleva un diario en el que va anotando todo lo que acontece en su día a día de forma objetiva. Diario que será crucial durante el juicio. Porque en él no refleja sus emociones y sentimientos. Es más bien un registro de los nacimientos, muertes u otros hechos que ocurren a su alrededor.
Un río helado está ambientado en el invierno de 1789 y 1780. Un invierno largo y crudo en un pueblo fronterizo estadounidense, poco tiempo después de la guerra de la independencia.
Martha Ballard fue un personaje real. La autora nos cuenta en una nota al final del libro cómo tuvo que realizar algunos cambios. Cambios de fechas para que todo ocurriera durante el mismo periodo de tiempo y, salvo alguna licencia poética, todo lo narrado en el libro sucedió en realidad.
Martha fue una partera que trajo más de mil niños al mundo y no perdió a ni una sola madre. Algo realmente increíble teniendo en cuenta los medios de los que disponía.
Me ha gustado mucho esta protagonista. Una mujer con mucho coraje, inteligente, firme defensora de las mujeres de su alrededor y con un grandísimo conocimiento de las hierbas y métodos curativos.
Tenaz e implacable, muy adelantada al tiempo en el que vivió. Martha deseaba llegar a la verdad por encima de todo y hacer justicia. Por eso no cejó en su empeño para que los culpables fuesen juzgados.
Amada no solo por su familia, con un marido excepcional que sentía una absoluta devoción por su mujer y su trabajo. También muy respetada en todo el pueblo, a la que muchas de las mujeres acudían si tenían algún problema.
Vivió en un periodo muy difícil para las mujeres. Constantemente juzgadas por su comportamiento. Se las denunciaba por tener hijos fuera del matrimonio y debían pagar multas por ello. Mientras que los hombres, padres de esos hijos, no recibían ni siquiera una reprimenda.
He sentido muchísima empatía hacia todas ellas y es triste darse cuenta de que en muchas de estas situaciones aún no hemos avanzado lo suficiente.
La ambientación es fabulosa. La crudeza del invierno, vívidas descripciones del paisaje nevado, la naturaleza y la vida cotidiana de un pequeño pueblo después de la revolución de las colonias.
Un río helado es una historia con multitud de capas, subtramas que van enlazándose unas con otras hasta llegar a un desenlace perfecto y muy emocionante. Un libro que me ha cautivado tanto por lo que cuenta como por la prosa de la autora. He descubierto en Ariel Lawhon una escritora impresionante de la que deseo leer todo lo que haya publicado.
























