Esta reseña trata sobre el primer tomo de Fante Bukowski, un cómic de Noah Van Sciver que ha traído a España Ediciones La Cúpula.

El título de este cómic hace referencia al protagonista de la historia, un escritorzuelo que ha escogido el nombre artístico de Fante Bukowski. Aunque en un principio pueda parecer que la elección de este apodo haga referencia al mítico escritor Charles Bukowski, en verdad Fante ni siquiera sabe quien es.

En este tomo, editado en formato rústica muy similar a un libro, el lector conocerá quien es Fante Bukowski. Desesperado por triunfar en el mundo de la literatura, el protagonista cumple todos los clichés asociados a la práctica de la escritura: bebe más de la cuenta, vive en un hotel de mala muerte, tira de préstamos para sobrevivir, y piensa que las editoriales le tienen manía.

La narrativa tras Bukowski, el de mentira

Noah Van Sciver nos trae una historia sin principio ni final. La narración comienza en mitad de la vida de este aspirante a escritor. Sentado frente a su máquina de escribir (muy típico de este tipo de escritores), vemos a un intento de escritor al que nadie quiere publicar. Así empieza esta obra cuya narración se estructura en «capítulos» cortos. Cada capítulo es como un momento concreto en la vida de Fante, algo semejante a una escena en una película.

El título de los capítulos resumen a la perfección el contenido del mismo: «Recital de poesía», «Fante necesita dinero» o «Un viejo amigo de Fante» son algunos de los capítulos que se encuentran en este libro.

Así, vamos viendo como intenta codearse con los influyentes del mundo de la literatura, como sus únicos amigos son los compañeros de barra de un bar de mala muerte y, sobre todo, de sus pensamientos y sentimientos sobre la escritura. A sus ojos, Todo lo que escribe es arte, algo digno de leer para cualquier persona. La culpa de su fracaso la tienen las editoriales, carecer de agente, o no saber dorar la píldora a las personas influyentes en el mundillo.

Un cómic en formato libro

El tomo en si se asemeja mucho a un libro de tapa blanda. El gramaje de las páginas es muy alto. Esto hace que a simple vista parezca que tiene en torno a unas 180 páginas, pero en verdad no llega a las 100.

El estilo de la edición hace pensar en un libro. Y parece que es lo que la editorial ha intentado transmitir. La idea es hacer pensar que que el lector está comprando un libro de Bukoski.

La «sorpresa» es que al abril el tomo, sus páginas están llenas de viñetas. Van Sciver no se sirve de la estructura narrativa que ofrece este medio. Y el dibujo es rápido, sin detalle, propio de las tiras cómicas de los periódicos. Al final, la ilustración es un acompañamiento de la historia, una forma de hacer más interesante y amena la lamentable vida de Fante.

El Realismo Sucio de Fante y Bukowski

El protagonista de esta historia, comparte nombre con dos de los máximos representantes del «Realismo Sucio»: John Fante y Charles Bukowski. Las historias de estos dos escritores tienen en común un protagonista perdedor que intenta sobrevivir en medio de una sociedad cruel. Algo antisociales, estos personajes suelen relacionarse con la vida de sus creadores.

Este género se origina en Estados Unidos, y se caracteriza por reducir la narración a una forma básica y sin adornos de contar las cosas. La descripción se reduce al mínimo, evitando el uso de adjetivos y adverbios. Las cosas son como son, sin necesidad de embellecerlas.

El dibujo que nos muestra Van Sciver intenta mostrar estas características del realismo sucio transferida al dibujo. No hay belleza, no hay decoración ni exceso de detalles. Un dibujo básico, compuesto sólo de trazos fundamentales.

Lo mismo ocurre con el protagonista, Fante Bukowski. La historia trata de su vida, una vida de perdedor que intenta sobrevivir en una sociedad (literaria en este caso) cruel. La relación entre el protagonista y los escritores que le dan su nombre es directa. A pesar de que nuestro protagonista no tiene la más remota idea de quienes son estos escritores.

Igual que empieza, termina.

Fante Bukowski comienza su narración en mitad de la vida de su personaje homónimo. De igual manera, este libro termina en mitad de la vida de su personaje. La historia podría haber acabado ahí. Por suerte, hay una segunda parte que reseñaremos pronto aquí.

La historia detrás de Fante Bukowski está bien. Es entretenida. Muestra un concepto irónico sobre la vida del escritor: «Para ser escritor ni siquiera hace falta escribir». Sólo hay que comportarse como si lo fuera: tener deudas, ser alcohólico, tener un ego descomunal… O al menos es la imagen que en ocasiones se da. Van Sciver utiliza a este personaje para parodiar ese concepto de «falso escritor» bastante famoso en el siglo XX.

El punto negativo es que Fante Bukowski depende demasiado del contexto que hay detrás. Para valorar y disfrutarla como se debe, hay que conocer a Bukowski. Y a Fante. Y el Realismo Sucio. Si conoces a Henry Chinaski, alter ego de Charles Bukowski y protagonista de gran parte de sus novelas y relatos, conoces a Fante Bukowski.

Y si conoces el Realismo Sucio, entiendes porque el dibujo de esta obra es así: no hay detalle, no hay belleza, solo compuesto por lo fundamental. Y lo real. Y es feo. Como la vida a los ojos de su protagonista.

Por desgracia, todo esto creo que no es del todo conocido. Y eso convierte esta obra en un producto de nicho. Destinado a un pequeño conjunto de lectores. Pero también puede ser un buen punto de entrada a este género para aquellas personas que no lo conozcan.

¿Recomendable o no? no lo sé. Lo mejor es que le echéis un ojo y decidáis si puede gustaros o no.

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