La recepción de un mensaje de origen inicialmente desconocido y proveniente desde la estrella Vega es el punto de base de la única novela escrita por el divulgador estadounidense Carl Sagan. Su título es “Contacto” y ha sido recientemente reeditada en tapa dura por el sello Nova.

Podemos decir que estamos de enhorabuena, ya que se ha convertido en uno de los clásicos dentro de la ciencia ficción, y en los últimos años solo era posible adquirirla a través del mercado de libros usados y segunda mano, debido a que su última edición databa del año 2001.

Hijo de una familia de judíos rusos, Sagan se licenció en Ciencias, obtuvo un master en Física y se doctoró en Astronomía y Astrofísica en la Universidad de Chicago. Enseñó en la Universidad de California, en Berkeley, trabajó después en el Observatorio Astrofísico Smithsoniano de Cambridge, en Massachussets, e investigó en la Universidad de Harvard. A continuación, obtuvo la cátedra de Astronomía y Ciencias del Espacio en la Universidad de Cornell, en la cual dirigió el Laboratorio de Estudios Planetarios. Colaboró con la NASA en varias misiones, en especial con las relacionadas con la búsqueda de vida en el universo. Obtuvo una enorme popularidad con la serie de televisión Cosmos. Recibió numerosísimos premios y honores, y literariamente, obtuvo el Premio Pulitzer de no ficción en 1978. Fue autor de numerosos libros y artículos científicos, y también de divulgación de las ciencias en general y de la astronomía en particular.

La novela de la que hablamos fue publicada originalmente en septiembre de 1985 y sigue los pasos de la brillante científica Eleanor Arroway en su búsqueda de emisiones de radio provenientes del espacio como prueba de vida extraterreste inteligente. Este personaje está inspirado en Jill Tarter, brillante astrónoma y exdirectora del centro de investigación SETI.

Es admirable comprobar que la historia está protagonizada por una científica, lamentablemente tan poco abundantes hace 40 años. Su fuerte determinación en establecer relaciones con otras civilizaciones se contrapone a su falta de capacidad de llevarse bien con las personas más cercanas. Otra mención particularmente reseñable es que la silla de la Casablanca está ocupada por una mujer, lo que sitúa al divulgador estadounidense con una visión claramente precursora de la revolución feminista, aunque aún no hayamos disfrutado de este hecho.

También desarrolla como sería ese primer contacto con la civilización extraterrestre y despliega grandes planteamientos reflexivos y filosóficos sobre el papel de nuestra civilización en el universo, por cierto muy característicos de su autor. Sagan disfruta poniendo al lector entre los planteamientos enfrentados de la religión y de la ciencia, invitándolo a adentrarse en el debate.

La verdadera acción de la novela no empieza hasta transcurridas unas 65 páginas, y hasta ese momento la historia puede adolecer de intriga, pero pasadas estas, y una vez establecida la recepción de la señal extraterrestre, la adicción se vuelve constante hasta la última página.

La novela denota claramente el afán visceral del autor de transmitir dudas y reflexiones dentro del lector, utilizando meramente la trama como instrumento para provocar estas sensaciones. Al igual que los grandes del género, como Isaac Asimov o Arthur C. Clarke, el resultado es excelente. Del mismo modo, sale a relucir su vena divulgadora, que es parte esencial de su vida como de la obra en cuestión, sin ser aburrida ni compleja en ningún instante.

Particularmente, tengo debilidad por este tipo de sensaciones en las novelas de ciencia ficción, más realistas y dibujadas en un futuro cercano, que son fácilmente identificables para que los lectores nos sintamos plenamente inmersos en la historia.

Como bien sabéis, esta novela fue adaptada al cine en 1997 dirigida por Robert Zemeckis y protagonizada por Jodie Foster y Matthew McConaughey. Quizá la mayoría de vosotros os acerquéis a ella después de haber visto el largometraje. Si es así, descubriréis algunas divergencias entre ambas obras. En mi caso, extrañamente y solo por cuestiones azarosas de la vida, fue al contrario. Pero sobretodo, disfrutaréis de un capítulo final obviado en el film con dos revelaciones realmente significativas, una en el plano personal de la protagonista y la otra trascendentalmente esperanzadora para la humanidad. Porque una de las bazas utilizadas por el autor es utilizar los avances obtenidos por el ser humano, como este contacto, para crear un ambiente de colaboración entre países y estrechar la relación de los Estados Unidos y la Unión Soviética, las grandes superpotencias enfrentadas en la Guerra Fría. Esto transmite un optimismo que va adentrándose en el lector hasta el final, concluyendo con una mágica sensación de creencia en el ser humano.

Como se afirma en la contraportada del libro, “Contacto” es la única novela de Sagan, y eso, aunque no en demasía, puede que le pese al lector. Es evidente que Sagan se mueve de manera maestra en el terreno de la divulgación científica. En cualquier caso, me parece plenamente recomendable para cualquier tipo de lector, aficionado al género o no, ya que el realismo comentado anteriormente lo hace accesible para todos.

Puedes encontrar esta edición en las mejores librerías, con la traducción original de Raquel Albornoz, una extensión de 432 páginas y a un precio de 18,90€.

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