Tensei Shitara Slime Datta Ken

¿Qué ocurre cuando un oficinista casi en los cuarenta, de buen carácter y lleno de sentido común es transportado a un mundo de fantasía convertido en un monstruo casi todopoderoso? Bueno, esta serie de anime de la pasada temporada de otoño nos ofrece una versión de los hechos. El resultado: unas aventuras muy relajadas para pasar el rato.

En octubre del año pasado se estrenaba en la televisión japonesa otro anime más de un género que lleva en boga allí ya unos cuantos años: el de los isekai. ¿Y qué es eso de los isekai? Grosso modo, alguien—un adolescente, un universitario, un personaje de mediana edad…— es transportado o se reencarna en otro mundo («isekai»: otro mundo). Normalmente lo hace con alguna clase de superpoder especial y con una misión que acometer—el motivo por el cual está en ese nuevo mundo—, pero no es un tropo indispensable.

Lo que sí suele ocurrir el cien por cien de las veces es que el mundo es fantástico y contiene criaturas mágicas—qué sería de una aventura épica sin monstruos que abatir—. Y desde el auge de novelas como Sword Art Online—que, paradójicamente, no es de este género estrictamente hablando—, la manera en como los protagonistas de estas historias exploran, interactúan y experimentan estos mundos fantásticos se asemeja descaradamente a las mecánicas detrás de un MMORPG.

Pues bien: Tensei Shitara Slime Datta Ken (traducido al inglés como «That Time I Got Reincarnated as a Slime», título bajo el que lo encontraréis en Crunchyroll) es un isekai de los de nueva factura, con sus mecánicas de juego de rol multijugador, subidas de niveles, interfaz de información, y hasta evolución de monstruos. Pero ¿qué historia nos cuenta realmente? La sinopsis es la siguiente.

Un buen día, Satoru Mikami, de 37 años, un trabajador normal y corriente que vive en Tokio y no tiene novia ni compromiso alguno, le salva la vida a Tamura, su compañero de curro, y muere en el acto. Pero su historia no se acaba ahí, porque a medida que sus últimos pensamientos abandonan su cabeza, un ente extraño va configurando las características de su nuevo cuerpo para reencarnarse en otro mundo.

Así que, para su sorpresa, Satoru volverá a despertarse del dulce sueño, totalmente consciente de su anterior vida, pero como un slime: el clásico monstruo baba de videojuegos como Dragon Quest. Lleno de optimismo y dispuesto a vivir una vida más plena, Satoru, renombrado Rimuru Tempest por todo un dragón, se lanza a explorar este nuevo mundo, en el que deshará entuertos de todo tipo gracias a su peculiar set de habilidades y, de camino, se hará amigo de toda clase de monstruos.

No es una trama muy original, y tener un protagonista con una serie de capacidades y habilidades extraordinarias que lo salvan de casi cualquier situación puede hacer que se pierda el interés al eliminar una fuente de conflictos. Pero lo cierto es que la serie no se centra mucho en los conflictos que vive Rimuru: los problemas se solucionan casi siempre de una manera práctica o pacífica, y las batallas suelen ser una excusa para que sus amigos se luzcan.

Nuestro protagonista es un deus ex machina que a veces salva la situación en el último momento de manera muy conveniente, pero la historia que nos están contando no va realmente de gente pegándose de leches con superpoderes. Poco importa que Rimuru acabe con el monstruo de turno en uno o dos movimientos, si lo que realmente nos mantiene interesados en la serie es cómo esos personajes se van conociendo y estableciendo alianzas y amistades.

En general, es una serie de aventuras muy tranquila, de ritmo pausado y sin compulsión. De hecho, los momentos de tensión dramática que puede haber, se resuelven rápidamente y aunque no se olvidan, no se arrastran más allá de la resolución. Es una serie pensada para invocar sentimientos agradables, felices y cálidos en quien la está viendo. Es tan relajada y risueña que, de hecho, podría considerarse una flaqueza.

Se echa en falta algo más de tensión dramática, algún conflicto que sea difícil de resolver o con una resolución insatisfactoria. La serie es un poco ingenua: los problemas siempre se resuelven, no hay sensación de peligro en ningún momento y todos son al final muy amigos. Si los personajes—que, en honor a la verdad, son muy arquetípicos todos ellos: el guaperas con pinta de malote, la asistente hipercompetente de pechos generosos, el amigo bajito y gracioso, la yamato nadeshiko, etc.— no fueran tan agradables y simpáticos, el interés de la serie en esta primera temporada se habría apagado muy pronto.

Otra flaqueza de la serie tiene que ver con el ritmo de la misma. La primera mitad tiene un avance lento: detalla mucho las aventuras de Rimuru, pero es un ritmo constante y aunque es pausado, engancha. La segunda mitad rompe ese ritmo constante: va al hueso de la historia, cortando detalles superfluos, pero perdiendo el encanto que te enganchaba en la primera mitad y, con él, parte del interés. A veces los cortes son tales que liquidan toda una pelea o resuelven un problema con una línea de narración.

Desde el punto de vista más técnico, la serie—animada por el estudio 8-Bit— está en la media de los animes de 24 episodios para televisión. No hay muchas piruetas en la dirección, y los diseños son bastante genéricos; pero el dibujo es regular, consistente, y algunas batallas son bastante divertidas de ver. El casting de voces es correcto y la música sencilla y ambiental ayuda a darle a todo un aire a RPG de la Super Nintendo.

Al final, no sería muy disparatado afirmar que Tensei Shitara Slime Datta Ken es un anime agradable de ver. No destaca en ningún apartado ni se cuenta entre los mejores de estos últimos seis meses, pero nos puede dar para unas cuantas tardes de entretenimiento y relax a aquellos a los que nos gustan las aventuras. La serie ha sido bien recibida y contará con una segunda temporada—y quien sabe si más, viendo que el manga que adapta las mismas novelas, actualmente en publicación, está siendo todo un éxito—. Parece que tendremos a este «slime bueno» para rato.

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Patricia Suárez
Ciencia ficción, fantasía, suspense, misterio, aventuras... En cualquier formato y en cualquier lugar. Redactora de Cine y TV, con ocasionales incursiones en otras secciones, aspiro a ser bibliotecaria: porque los bibliotecarios molan. Los arqueólogos también, pero me gusta más el papel.

7 COMENTARIOS

  1. Se nota q no has leído la novela…esta historia es el inicio, dices q no es de los mejores y ha sido de los mejores considerados y es una de las novelas ligeras más populares

  2. hola. oye serefranco y te dire esto directamente buscato otor oficio porque como critico o analista te mueres de hambre
    Tensei Shitara Slime Datta Ken es uno delos mejores animes de estos ultimos años sobre pasando animes antiguos que les sacaron nueba tenporada como High School DxD .. nosotros los fans nopodemos estar de acurdo con alguien como tu dedicate a otra cosa porfabor

    • WTF XD, tú mejor dedícate a otra cosa y deja de ver anime, pierdes el tiempo, «uno de los mejores animes de estos últimos años», LMAO xdxd

  3. (Antes que nada quiero decir que no he leído el manga ni la novela así que de una vez me disculpo si me equivoco en algo y que está es solo mi opinión) :v
    Concuerdo con que los problemas duran poco, por ejemplo con ifrit yo esperaba una lucha más épica y en cuánto a shizu esparabá más de su historia o que tardarán más en aparecer, en cuánto a tención no es tanto pero al fin de cuentas es un buen anime de fantasía que son «mis» favoritos y aunque no sea el mejor como diria josh…..Solo gózalo :p

  4. Sinceramente recomiendo mas leer la adaptacion al manga (La historia original es una novela ligera) le hace mas justicia a muchas de las situaciones que suceden en el manga, y realmente da mas importancia el resto de personajes en sus viñetas.

  5. Pues tienes razón, llego a un punto que los poderes se los sacan del culo y son extremadamente convenientes como modificar la realidad, ya parece naruto con el izanagui.

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