Cuentos de mundos steampunk para aprender sobre nuestro propio mundo

Steampunk, steampunk… Suena bien, ¿verdad?

No es extraño que una editorial decida reunir a varios de sus escritores para que, alrededor de un tema concreto, elaboren un libro de cuentos. El relato corto (seamos eufemísticos) es la cantera de donde salen el noventa por ciento de los novelistas y es un buen lugar para empezar una carrera en esto de la creación literaria. Por todos estos motivos, es muy de agradecer que la editorial Cazador de ratas haya creado un libro que recoge los relatos de ocho autores, alguno de ellos aún por afianzar, alrededor de na temática tan en boga como el steampunk… vamos, mundos de máquinas de vapor, fantasía y ciencia ficción. El resultado es “El vigilante de las estrellas y otros cuentos” (Cazador de ratas, octubre 2018). Los cuentos están dedicados a un público infantil-juvenil por lo cual tienen abundancia de buenos sentimientos e instinto concienciador y conservador de este pobre mundo en el que vivimos.

Relatos y autores van como sigue:

1- “El hermano mayor de Bruno” de Giny Valrís.

Esta mujer tiene una página webblog en la que reconoce estar estudiando magisterio y ser “lectora voraz, fiel defensora de los animales y la naturaleza”. La mayor parte de los relatos suyos que he visto son de terror o tienen tintes mitológicos… nada que ver con éste. Ella misma reconoce que ésta es su primera incursión en el steampunk infantil. Su cuento está protagonizado por dos hermanos que se tropiezan con una transformación fantástica y educativa. Aunque el resumen que yo haría del cuento es “que duro resulta ser el hermano mayor”.

2- “Las que van a morir te saludan” de Eli Ríos.

Esta gallega nacida en Londres ya ha pasado la cuarentena y tiene una amplia creación poética y novelística, sobre todo en lengua gallega. También ha hecho sus pinitos en la literatura infantil-juvenil. Quizás por ello su relato tiene una clara conciencia ecológica envuelta en un relato de aventuras. Es una lucha desesperada entre la tradición y la industria sin conciencia que se acaba resolviendo a favor… de las ánguilas y las lampreas. Dicho queda.

3- “El torreón en la ciudad invisible” de Miguel Aguerralde.

Aquí tenemos a otro señor en los cuarenta que lleva mucho tiempo en esto de la literatura, escribiendo sobre todo novelas de suspense y de terror. Lo cierto es que el pelaje se le nota en el cuento que ha escrito lleno de posesiones, niños en coma, autómatas, ciudades invisibles y malditas. Pero, como tiene que ser y sin cargas las tintas, el bien acaba triunfando. Hay algunas incongruencias en el relato (esos padres que tienen tooodas las explicaciones que nadie les ha dado) pero la historia es original y merece la pena leerlo.

4- “Sincronía” de Covadonga González-Pola.

Uno de los relatos que más me ha gustado, basado en la historia de Pinocho. Buenos personajes, bien estructurado y bien narrado. Justo lo justo.

Me encanta el comentario que hace la autora en su página web del libro y que ha sido utilizado por la propia editorial Cazador de ratas para promocionar el libro. No deseo repetir el texto que ya puse completo en su día en la noticia de la publicación pero no me resisto a poner algunas frases del mismo porque expresa mucho mejor que yo lo que el libro supone. Ahí es nada, doble promoción:

“El vigilante de las estrellas y otros cuentos es un compendio de fantasías que toman como base el siglo XIX para reinventarlo desde un punto de vista moderno. Los ocho autores […] nos sentimos como Julio Verne cuando aportamos nuestras dosis de fantasía, pero también transmitimos valores propios de nuestro tiempo […] Todos coincidimos en transmitir ideas como el valor de la creatividad y lo artesanal, el valor de la amistad o el amor por el medio ambiente […] la necesidad de sentirnos libres para buscar nuestro propio camino en la vida, con pensamiento crítico y capacidad de decisión. […] Nuestra intención es despertar en los niños de hoy la imaginación y la curiosidad por el mundo que nos rodea, como otros hicieron con nosotros, hasta el punto de mantener vivo nuestro gusto por la lectura, nuestro amor por la literatura e incluso despertar nuestro deseo de ser escritores”.

La última frase hace alusión al oficio de la joven autora que enseña escritura creativa. Educar transmitiendo amor por lo que se enseña. Noble empeño, si señor.

5- “La ciudad de los inventos olvidados” de Gloria T. Dauden.

Otro de mis favoritos sin duda. Apoyándose mucho en la tecnología steampunk (me encanta la mecanoaraña), la autora desarrolla una historia fantástica con muy buenos personajes. Hay también referencias a historia clásicas como “La historia interminable”, con ese señor Fareander y su libro, o a la película “Dentro del laberinto”, que son muy de agradecer.

Decía la autora del relato en su cuenta de twitter: “Un relato en el que la abuela no es esa señora mayor que viene a casa, sino una aventurera de lo más molona…y pegados y arañas y dragones mecánicos. Este libro es muy especial. Mi primer steampunk infantil publicado y además uno que retoma elementos de la novela que empecé a escribir con apenas 8 añitos”. Desde luego se nota que es una historia meditada y querida.

En resumen un buen relato de otra joven escritora a la que le encanta el steampunk y también ha dado cursos de escritura creativa. En su blog se define como “escritora, cazadora de sueños, bruma, luna llena y manzana ácida”, casi nada. Cosa rara, en el blog, en el que recoge sus trabajos publicados, no habla para nada de este libro ni de su relato.

6- “Vaklaba” de Josué Ramos.

Otro escritor en la treintena dedicado al steampunk. Dice de su relato “Mi relato va para todos esos nenes que ven a sus padres un rato antes de ir al cole y otro rato antes de ir a la cama. Y para sus papis.” Y, como no, vamos otra vez de buenos sentimientos: robot bueno ayuda a chico a ser feliz con su papá. El punto de partida me chocó bastante porque no entendía eso de un mineral “parecido al aire”… y sigo sin entenderlo. A veces lo de la imaginación me falla un poco. Por lo demás es un relato bonito.

7- “El sueño del relojero” de R. G. Wittener.

Y… otro amante confeso del steampunk, como no.Tiene un comienzo muy pausado este relato, con la presentación de personajes y el viaje de regreso al hogar de la infancia. Pero, cuidado, este no es un cuento nostálgico: bajo el triste regreso al hogar se oculta un misterio que hace que el relato se acelere hasta el sorprendente final. No está nada mal. En realidad la estructura del relato, engarzado por escenas completamente distintas, responde al estilo confeso del autor como se recoge en su biografía de Goodreads: “Nunca escribo linealmente. Escribo capítulos o escenas y luego las voy uniendo”.

(Destaco un fallo que me ha llegado al alma: ¡Hombre de Dios!¡No se dice “guardamarina”! Se dice “guardiamarina”, de toda la vida)

8- “El vigilante de las estrellas” de Pepa Mayo.

Y acabamos con el relato que da nombre al libro.

El relato es imaginativo, buscando resolver el misterio de una ciudad pero, para mi gusto, creo que se precipita un poco al final y comete algún error de lógica (como esos ojos que solo se ven cada cien años) en una conclusión que, por lo demás, es muy creativa.

Sin duda Pepa Mayo es la escritora más veterana del libro, con una amplia obra publicada, curtida también en los medios audiovisuales por su trabajo en la televisión y la elaboración de guiones. Ha sido premiada varias veces y escribe tanto en catalán como en castellano. Aunque he entrado en su página web, para ver que opinaba de esta recopilación, me he encontrado con que no la tiene actualizada así que me he quedado con las ganas.

Para acabar afirmar que esta es una buena serie de relatos alrededor de un tema en boga, el buen steampunk, que aporta una buena dosis de aventura, fantasía y… bueno, lo dicho por Covadonga González-Pola, que yo no lo voy a mejorar. Además se me cansa la neurona y la pobre aún tiene que durar.

Nos vemos.

Ah. Y el libro lo tenéis aquí.

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Eidian
Recuerdo que escribí mi primera poesía recién operada de apendicitis. Desde entonces odio los hospitales y adoro la escritura. Hasta hoy han pasado dos carreras (historia del arte y náutica, ahí es nada), estudios varios, música coral, trabajos mileuristas, cuentos publicados y postales acumuladas (si, eso colecciono) y he regresado hace poco a esta página donde comencé a escribir críticas literarias. Cosas malas, buenas y superiores. La vida misma.

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