Bienvenidos de nuevo a este canto a la nostalgia que ha editado Aleta Ediciones. Se trata de un precioso cartoné en blanco y negro en el que se recoge el primer cómic profesional de los grandes Josep Busquet (“La última aventura”, “El Rey de la Carretera”) y Ramón F. Bachs (" Wars", "Fábulas", "Batgirl"). Hace más de veinte años que gracias a un proyecto de clase inspirado por el profesor Pascual Ferry ( “Héroes de Alquiler”, “Thor”, “Alice”) estos dos jóvenes por aquél entonces diseñaron a una curiosa heroína, una chica en pantalones cortos y camiseta con una melena rubia que acababa en una larga cola de pelo terminada en una bola, como si fuera la cola del animal mitológico, la Mantícora de la cual toma su nombre el personaje. De ahí y con un cambio de Bach hacia su actual estilo cartoon se fueron a esa maravilla de la edición de cómics españoles que fue Camaleón, donde salió un primer especial del personaje que arrasó en ventas, de ahí vendría un segundo especial “Sub-World Attacks” y la miniserie de tres números “Rashushkan” y tristemente con ella acabó Camaleón y acabó Manticore, pues pese a los muchos intentos que hubo de intentar resucitarla, en todos estos años no ha podido ser.
Pasemos a ver cada una de esas historias. Manticore 1 es la clásica historia de presentación de personajes. Tres aventureros Horace, Jack y una extraño ser parecido a un sátiro llamado Radu, que ya nos deja claro que éste no es nuestro mundo y que tiene sus propias reglas y razas, se encuentran en un templo perdido en mitad de la selva a una pequeña niña con una extraña melena, ¡Exacto! Es la primera vez que vamos a conocer a la pequeña Manticore. Pasamos el tiempo donde una ya joven adulta Manticore va junto con su padre adoptivo Horace Kubert (lógicamente el apellido no es casualidad) y el alegre borrachín de Jack y lo que parece ser el hijo del enorme guerrero explorador Radu, que también parece llamarse así.
Se supone que son los encargados de un zoo muy especial y que van por todo el mundo en busca de animales exóticos recordando sus tiempos de aventura. Lo primero que llama la atención son los divertidos diseños de Bachs, Manticore es toda una todoterreno, de botas altas , pantalones cortos y camiseta ceñida que hizo las delicias de muchos jugadores de cierta arqueóloga llamada Lara Croft. Radu es sin duda mi personaje favorito, no todos los días ve uno a un ser cornudo con gafas de sol y camisetas que van desde Ramones a otras muestras del fandom y que lleva por cultura ser un poco salido, divertido y bonachón. Por su parte los dibujos de los ancianos aventureros son adorables y entrañables.
No faltan referencias a las muchas cosas que le gustan a los autores por eso veréis por ahí los nombres de Carpenter, o na estructura muy típica de Shonen, divertidas batallas, humor y un protagonista que se convierte en una versión más fuerte de si mismo, vamos la generación que creció disfrutando del “goku” de “Dragon Ball”. Pues al final aquí tenemos eso un cómic de aventuras de dos jóvenes que mientras sus mayores cuentan aventuras en un bar se meten en un lío con un monstruo gigante, ayudan a un jabato que habla, se enfrentan a una terrible bestia y descubren que Manticore tiene un enorme poder en su interior que la hace prácticamente invencible.
En “Sub-World Attacks”, debuta para mí una de las mejores creaciones de Busquet y Bachs, se trata de Würm Burton, homenaje en su nombre al cineasta de culto Tim Burton y en su estética y maneras al personaje de Kurt Russell, Snake Plissken en la imprescindible “1999: Rescate en Nueva York”. La trama es la siguiente, un misterioso encapuchado está observando a Manticore que aún está muy aturdida por lo sucedido en la anterior aventura.
De pronto una legión de hormigas parlantes intentan acabar con ella, por lo que sólo la invocación de su poder bestial y la intervención de una cucaracha antropomórfica llamada Würm Burton, acción a raudales, disparos y chascarrillos vuelan junto a los casquillos con un personaje que desgraciadamente no volveremos a ver.
Tranquilos que no todo va a ser un tiroteo interminable, aprenderemos un poquito más sobre el pasado de Radu y su padre. Conoceremos también al misterioso dueño del Zoo para el que trabaja Horace y el resto de nuestros protagonistas, el señor Hitckock (con curioso apellido parecido a cierto cineasta), y su despampanante ayudante la señorita Hellswell.
Es tiempo de pasar a analizar la miniserie de “Rashushkan” sin duda el trabajo más elaborado de esta dupla de autores, en estos tres números Busquets es capaz de plasmar toda una trama de fantasía épica, con traiciones, magos, un gran rey y dar una explicación y nombre a todo cuanto le ocurre a nuestra protagonista, aunque no salgan no diez páginas llenan de profundidad y contexto cada viñeta en la que están Burham, Lord Manticore o el temible Dhakorthyus. Una maldita tradición llevará a unos padres a separarse de su hija recién nacida y a intentar combatir a su pérfido rival.
Otra de las geniales creaciones de esta miniserie es Kupp, un hombre tigre, amenazante en aspecto pero que casi es un homenaje a los dibujos de “Montana”, todo un cerebrito dentro del cuerpo de un mortal depredador, nuestro narrador favorito gracias al cual aprendemos sobre el lejano reino de Rashushkan y sus engañados hombres tigres. Sin querer revelar más de la trama, sólo diré que Busquets da con una solución magistral para esta aventura y es la definición gráfica de choque cultural. Por su parte Bach está mejor que nunca, se le nota suelto y que la historia es totalmente suya, tanto en narración de acción como fondos y costumbrismo todo gana en detalle y profundidad sin que por ello se vea afectado su estilo cartoon. Mención especial para los geniales antihéroes de esta historia las gárgolas tragonas y para el típico giro de guión.
Pero se termina la lectura y falta algo, falta una última aventura, falta una Manticore que descubra sus orígenes que vuelva a su tierra y tenga un enfrentamiento final de locura con Dhakorthyus, pero no, tras tener amigos heridos y lograr salvar a una civilización perdida (¿he dicho ya lo adorables y geniales que son los hombres tigre de Bach?), simplemente decide olvidar todo y tener una vida normal, pero Manticore no es una chica normal y creo que Busquets aún tiene que contar mucho sobre ella.
La edición de Aleta es absolutamente magnifica pues aparte de recoger toda la obra de “Manticore” contiene una gran profusión de extras que harán mágica la lectura de esta obra, pues son tantos y tan abundantes los extras que la pueblan que casi es una pequeña tesis de la aventura editorial y la fuente de inspiración que supuso para muchos grandes nombres del panorama nacional. Personalidades de la talla de Nacho Fernández (“Los Mundos de Valken”, “Dragon Fall”), David López (“Lobezna”, “Capitana Marvel”), Víctor Santos (“Polar, Reyes Elfos”), Gabor (“Isabellae”) atentos a la divertida anécdota que cuenta Cels Piñol (“Fanhunter”) de sus tiempos como editor en Planeta y de como maquetó Manticore como si fuera un manga. La gran introducción de J. Busquet ya nos anuncia lo especial que fue este proyecto y como es el sueño cumplido de todos aquellos alumnos que desean llegar a vivir y triunfar en el arte de los tebeos.
A lo largo de todo el tomo Aleta ha incluido una gran selección de bocetos, portadas y fotografías de toda la historia de Manticore, que van desde trabajos en la Escola Joso, a los diseños y muestras para Camaleón, etc. Podréis ver a la primera cosplayer de un personaje de cómic español o ver a Bachs y a Busquet sin sus pobladas barbas y canas y es que los años no pasan en balde. Para quien no ha pasado el tiempo es para la buena de Manticore, sus aventuras se siguen disfrutando como hace veinte años y la relectura de este tomo nos vuelve a dejar con el deseo de poder leer más de ella de Radu, perdernos en mundos extraños y ver qué destino le tenían preparado Busquet y Bachs a esta heroína precedente por años a cualquiera de las más afamadas protagonistas de videojuegos o cómics de la última década. Ojalá pronto tengamos nuevas noticias de ella y no tenga que pasar otros veinte años para volverla a ver.
