Vampiros.
Vaya movida.
Están tan integrados en la cultura popular que podría decirse que poca sangre se les puede sacar ya. Casi parece que están exprimidos al máximo, exangües sus posibilidades.
«Sombras silenciosas» es el intento de I. S. Guinaldo (Guipúzcoa, 1981), editado por Obscura, de reavivar las brasas vampíricas, mezcladas con un tono de fantasía oscura, urbana y televisiva.
¿Conseguirá hincarnos sus afilados colmillos?

El argumento

Los vampiros se han refugiado y medrado en Mistyville desde que esta ciudad santuario tiene memoria. Hasta ahora, habían logrado mantenerse en el anonimato, pero todo cambia cuando comienza a librarse una sucia y cada vez menos silenciosa guerra que amenaza con borrarlos del mapa.

La lucha acabará salpicando inevitablemente a los humanos y, en particular, a Aston Parker, un veinteañero cuya tediosa vida se volverá patas arriba la noche en que su camino se cruce con el de Ethrin, una enigmática vampira nigromante. Hipnotizado por el misterio y el encanto que la envuelven, Aston se convertirá, sin quererlo, en una de las piezas clave del conflicto que está a punto de poner a los vampiros de Mistyville en una encrucijada sin precedentes.

Mistyville: la importancia del entorno y personajes

Mistyville es uno de esos pueblos de corte norteamericano / canadiense que conocemos de memoria (sin haber estado nunca). Las avenidas principales, los oscuros suburbios, las tiendas de proximidad, la afable vecindad… pero, como casi todos, Mistyville guarda algo podrido en su interior. Vampiros y otros seres de la noche se reparten el territorio, en una guerra soterrada.

En «Sombras silenciosas» centraremos la atención en Ethrin, Aston y Henrik, vampira y humanos. Añadiremos al grupo, después, a Darko del que guardaré un misterioso silencio por, ya sabéis, spoilers.
Ethrin es una vampira que no se ajusta al orden jerárquico que estructura la comunidad de habitantes de la noche de Mistyville. Ehtrin debe superar sus recelos cuando comienzan a desaparecer vampiros y recibe el encargo de, como buena outsider, buscar culpables en la oscuridad, alejada de la férrea estructura social de los vampiros.
Aston y Hernik son la parte humana del relato. Aston es un joven, de vida compleja y marcada supervivencia, que se ve arrastrado a entornos más oscuros.
Henrik es un pintor, de cierto éxito y reconocimiento, que pasa sus días de madurez cuidando de su mujer, enferma, y haciendo extraños retratos, encargos de una gente de complicado trato y reputación…
Y de Darko, poco puedo añadir, salvo que es la pieza que termina cayendo y encajando para dar forma al puzle de «Sombras silenciosas».

El grupo protagonista se ve completado por una abundante galería de secundarios y de amenazas, creando ricos ecosistemas para cada uno de ellos.

Ritmo televisivo para construir un mundo propio

«Sombras silenciosas» ha sido mi primer contacto con I. S. Guinaldo y he quedado satisfecho.
Guinaldo construye su novela en capítulos centrados en alguno de los personajes principales, casi como una novela río, parecido a la saga de Canción de Hielo y Fuego. El autor se apoya en una narrativa llena de descripciones, alternando pausa y ritmo, creando clímax que funcionan pese a que, en algún momento puntual, resulte algo recargado y se resienta la lectura.

En «Sombras silenciosas», I.S. Guinaldo construye su propio mundo, creado a partir de múltiples referencias, pero con una personalidad propia. Sorprendente, con estallidos de violencia y oscuridad, es una lectura que cuesta dejar de lado hasta su desenlace, pese a que necesita invertir tiempo, páginas y esfuerzo en construir bases y raíces.

El mundo vampírico de «Sombras silenciosas» es despiadado, jerarquizado y nos devuelve a esos seres de humanidad perdida.

Una buena primera temporada, sin duda.

No me gustan las etiquetas pero estas Sombras se mueven en entornos de fantasía urbana oscura. Pero I. S. Guinaldo no se queda ahí. Hay ecos de Stephen King en sus diálogos, en su intento de construir una Mistyville viva (o no viva…) a lo Castle Rock o Derry (o Duma Key…).
Además, «Sombras silenciosas» tiene un marcado carácter visual y televisivo. Una buena serie de HBO, sangrienta y llena de cliffhangers, sin alejarse de otro tipo de influencias como Underworld o referencias más cercanas al cómic o videojuegos.
Pura cultura pop.
La versión del vampiro que se presenta no difiere mucho de lo que indica su portada, por ejemplo. Belleza, frialdad, una humanidad latente pero apagada, sed de sangre y un alto instinto de supervivencia. Para conseguir perdurar en el tiempo, los vampiros se organizan jerárquicamente, con una serie de normas que deben cumplir para ser aceptados. Y también guardan una serie de secretos que merece la pena guardar hasta la lectura, claro.

Relacionado con todo lo anterior, «Sombras silenciosas» tiene un punto de giro importante hacia la mitad de la lectura. Coqueteaba con lo oscuro pero desde ese punto se zambulle de lleno.
Y, para ser sincero, me sorprendió.
Un trigger warning en toda regla, que cambia el tono de la novela y la acelera hacia su final.
Mucho cuidado con lanzarse a las Sombras silenciosas pensando que estamos ante una narración de corte juvenil adulto.
Hay capítulos que muerden.

«Sombras silenciosas» también tiene aspectos menos brillantes. Quizás Mistyville no tenga la importancia, como conjunto, que se suponía en un principio y quede como un marco efectivo pero no tan vivo como apuntaba a ser. Hay tramos de la lectura con problemas de ritmo y algunas resoluciones finales parecen demasiado aceleradas. A lo que hay que sumar las advertencias por sus partes más oscuras y violentas, que puedan resultar impactantes para algunos lectores.

En definitiva

«Sombras silenciosas» es el inicio de (opinión personal, que espero y deseo se cumpla) una serie, con lo que eso significa. I.S. Guinaldo construye su propio mundo, creado a partir de múltiples referencias, pero con una personalidad propia. Sorprendente, con estallidos de violencia, oscuridad, con una lectura que cuesta dejar de lado hasta su desenlace.
Creo, sinceramente, que Obscura ha acertado de lleno con esta publicación, dentro de la línea ascendente de su catálogo de los últimos meses. Un título que engancha, ya desde la excelente ilustración de portada de David Rendo (una petición: ¡más ilustraciones interiores!), y que se vuelve una excelente recomendación para aquellas mentes lectoras que disfrutan con el terror más lúdico. Puro entretenimiento, claro y directo.
También residen ahí sus puntos débiles : es el primer paso dentro de algo mayor y necesita invertir tiempo, páginas y esfuerzo en construir bases y raíces.

El mundo vampírico de «Sombras silenciosas» es despiadado, jerarquizado y nos devuelve a esos seres de humanidad perdida, acompañados de otros grupos oscuros. La novela tiene una serie de personajes que soportan la trama, bien perfilados y llenos de afiladas aristas.
Hay sangre, hay magia, luchas encarnizadas, movimientos de poder y sorprendentes revelaciones, con un final lleno de virtudes, que sabe cómo cerrar tramas pero dejando vías abiertas.
Una buena primera temporada, sin duda.

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LJ Zapico
Criatura de la noche. Redactor en Fantasymundo.com

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