Sal (sodio)
Sal (sodio). Crédito: Pixabay/CC0 Dominio público.

Durante el siglo pasado, a las personas con el corazón débil se les ha dicho que reduzcan su consumo de sal, pero hasta ahora ha habido poca evidencia científica detrás de la recomendación. El ensayo clínico aleatorizado más grande para analizar la reducción de sodio y la insuficiencia cardíaca informó resultados simultáneamente en The Lancet y en la 71.ª Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología durante el fin de semana, y los hallazgos fueron mixtos.

Aunque reducir el consumo de sal no condujo a menos visitas de emergencia, hospitalizaciones o muertes de pacientes con insuficiencia cardíaca, los investigadores sí encontraron una mejora en los síntomas como la hinchazón, la fatiga y la tos, así como una mejor calidad de vida en general.

Ezekowitz afirma que seguirá recomendando a los pacientes con insuficiencia cardíaca que reduzcan el consumo de sal, pero ahora será más claro sobre los beneficios esperados

«Ya no podemos hacer una recomendación general para todos los pacientes y asegurar que limitar la ingesta de sodio reducirá las posibilidades de morir o de padecer estancias en el hospital, pero puedo decir cómodamente que podría mejorar la calidad de vida de las personas en general«, comenta el autor principal Justin Ezekowitz, profesor de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad de Alberta y codirector del Centro canadiense VIGOUR.

Los investigadores siguieron a 806 pacientes en 26 centros médicos en Canadá, Estados Unidos, Colombia, Chile, México y Nueva Zelanda. Todos sufrían de insuficiencia cardíaca, una condición en la que el corazón se vuelve demasiado débil para bombear sangre de manera efectiva. La mitad de los participantes del estudio fueron asignados al azar para recibir la atención habitual, mientras que el resto recibió asesoramiento nutricional sobre cómo reducir su consumo de sal en la dieta.

El sodio, escondido en los alimentos procesados o en los menús de los restaurantes

Los pacientes de asesoramiento nutricional del ensayo recibieron sugerencias de menú diseñadas por dietistas utilizando alimentos de su propia región y se les animó a cocinar en casa sin agregar sal y evitar los ingredientes con alto contenido de sal. La mayor parte del sodio de la dieta se esconde en los alimentos procesados o en las comidas de los restaurantes, en lugar de estar revuelto en la mesa, comenta Ezekowitz.

«La regla general que aprendí de los dietistas es que cualquier cosa en una bolsa, caja o lata generalmente tiene más sal de lo que piensas«, asegura Ezekowitz, quien también es cardiólogo en el Mazankowski Alberta Heart Institute y director del Instituto de Investigaciones Cardiovasculares de la Universidad de Alberta.

Sin diferencias estadísticamente significativas

La ingesta de sodio objetivo era de 1.500 miligramos por día, o el equivalente a aproximadamente dos tercios de una cucharadita de sal, que es el límite recomendado por Health Canada para la mayoría de los canadienses, ya sea que tengan insuficiencia cardíaca o no.

Antes del estudio, los pacientes consumían un promedio de 2.217 mg por día, o poco menos de una cucharadita. Después de un año de estudio, el grupo de atención habitual consumió un promedio de 2.072 mg de sodio al día, mientras que los que recibieron orientación nutricional consumieron 1.658 mg al día, una reducción de un poco menos del equivalente a un cuarto de cucharadita.

Los investigadores compararon las tasas de muerte por cualquier causa, hospitalización cardiovascular y visitas al departamento de emergencias cardiovasculares en los dos grupos de estudio, pero no encontraron diferencias estadísticamente significativas.

Seguimiento a largo plazo

Encontraron mejoras consistentes para el grupo bajo en sodio utilizando tres herramientas diferentes de evaluación de la calidad de vida, así como la clasificación de insuficiencia cardíaca de la New York Heart Association, una medida de la gravedad de la insuficiencia cardíaca.

Ezekowitz afirma que seguirá recomendando a los pacientes con insuficiencia cardíaca que reduzcan el consumo de sal, pero ahora será más claro sobre los beneficios esperados. Insta a los médicos a reconocer que los cambios en la dieta pueden ser una intervención útil para algunos de sus pacientes.

El equipo realizará más investigaciones para aislar un marcador en la sangre de los pacientes que se beneficiaron más de la dieta baja en sodio, con el objetivo de poder facilitar recetas de dietas individuales más específicas en el futuro. Los investigadores también harán un seguimiento de los pacientes del ensayo a los 24 meses y a los cinco años para determinar si se logran más beneficios a largo plazo.

Fuente: The Lancet.

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Alejandro Serrano
Cofundador de Fantasymundo, director de las secciones de Libros y Ciencia. Lector incansable de ficción y ensayo, escribo con afán divulgador sobre temáticas relacionadas con el entretenimiento y la cultura cercanas a mis intereses.

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