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En agosto de 2018 la editorial Puck sorprendió a sus lectores con “Everless”, de Sarah Holland. El inicio de una bilogía donde sangre, tiempo y dinero se fundían creando una sociedad clasista en la que los nobles podían vivir siglos mientras sus súbditos pagaban sus rentas con el líquido que corría por sus venas.

Un libro cuyos misterios cautivaron a una servidora, y cuya segunda parte, “Evermore: el corazón de la serpiente”, llegó el 30 de abril a librerías. Si no conocéis la primera novela, os recomiendo que leáis primero su reseña, puesto que esta contiene spoilers del inicio de la historia.

Evermore” abandona las intrigas palaciegas que tanto intrigaban en su precuela y las sustituye por el viaje de su protagonista a través de Sempera para descubrir los secretos ocultos en su pasado. Acompañada de Liam Gerling, Jules deberá reunir aliados y huir de los soldados de la reina Ina y de Caro, mientras busca en sus antiguas vidas como Alquimista una forma de enfrentar a la Hechicera.

Y en esto se puede resumir la trama de la novela. Un libro que deja atrás los elementos que, a mi parecer, más hacían brillar a su precuela: la sangre de hierro y la sociedad clasista, cruel (y endemoniadamente interesante) construida gracias a ella pasa ya no a un segundo, sino a un tercer o cuarto plano, funcionando simplemente como telón de fondo de la historia. Ese enorme tablero de ajedrez lleno de misterios y personajes de intenciones ambiguas que era el palacio de Everless también desaparece. Y en su lugar lo único que nos ofrece la autora es el pasado, la historia entre la Alquimista y la Hechicera desvelada a fragmentos, que logra mantener el interés a duras penas.

La novela se vuelve así demasiado simple, demasiado fácil, sin grandes obstáculos físicos o emocionales para una protagonista a la que le faltan matices y con la que me ha costado conectar.

De la doble cara de la gran mayoría de los personajes de “Everless” tampoco queda ni rastro. La frialdad e inteligencia de Liam Gerling se reduce a esa inquebrantable e ilógica lealtad hacia Jules, y a un romance predecible, cogido con pinzas y desarrollado a tanta velocidad que no da tiempo a creértelo.

Tampoco hay nada reseñable en el resto del elenco de “Evermore”, ni siquiera en personajes de la talla de Ina, cuyo conflicto con Jules se resuelve de forma inusitadamente sencilla, o Caro.

El final, así mismo, se siente precipitado, como si Sarah Holland tuviese prisa por terminar, y apenas muestra al lector lo que sucede después del clímax.

La prosa de la autora continúa en su línea directa y sencilla, sin alardes líricos. Pero si en “Everless” utilizaba otros elementos para seducirnos, en “Evermore” estos se quedan bastante cortos.

Una novela insípida

Poco más puedo decir de una secuela que me ha sabido a poco. Tan lenta y carente de acción que me ha costado terminarla. Esperaba mucho más de una bilogía que con su primera parte me puso los dientes largos para ahora ofrecer una conclusión insípida.

Solo la recomendaría si os gustó muchísimo “Everless” y necesitáis desesperadamente conocer el destino de sus personajes. De lo contrario, Puck tiene lecturas mucho más interesantes, como los libros de Victoria Schwab o “Después del deshielo”, las cuales desde Fantasymundo disfrutamos de verdad.

En conclusión, “Evermore: el corazón de la serpiente” es una novela pobre, cuya primera parte prometía secretos y sangre y cuya conclusión solo me ha hecho perder el tiempo.

Una pena que la autora no haya sabido, a mi entender, aprovechar la oportunidad que ella misma se había creado

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Cris Carou
Profundamente enamorada de las historias y de cualquier formato que sirva para contarlas (especialmente el papel). Cuando no estoy creando mis propios mundos de fantasía, analizo y reseño los de los demás. Admito dragón como animal de compañía.

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