Apache Libros acaba de rescatar este título que ha incluido en su colección de ciencia ficción, Habeas Corpus. Una novela corta que permitirá a los fieles seguidores de este autor, o bien a los nuevos que se acerquen curiosos, descubrir mundos que pueden llegar a ser terroríficamente reales. La ilustración de la portada ha sido obra de Iván Ruso.
Carlos Sisí (Madrid, 1971) saltó a la fama con su saga Los caminantes y el refrendo posterior llegó de la mano del Premio Minotauro 2013 por su novela Panteón. Este polifacético empresario y escritor nos ha ofrecido en los últimos meses Vienen cuando hace frío y más recientemente Nigromante: Bajo la tierra, un antiguo secreto despierta. Carlos tiene un estilo propio que consigue ofrecernos páginas realmente sorprendentes.
La historia de hoy nos presenta a Daniel Morales, a punto de cumplir los 30 años, que acaba de ver cumplido su sueño. Ha adquirido su primera casa en propiedad en una urbanización residencial tras haber vivido de alquiler en un barrio conflictivo. Ha pagado un buen precio gracias a la crisis inmobiliaria, aunque eso no le ha librado de tenerse que hipotecar con el banco para unos cuantos años. El lugar es perfecto para estar tranquilo, disfrutar de los alrededores y llevar a cabo su trabajo de freelance como programador informático.
Una vez instalado, todas sus preocupaciones pasarán por llenar la nevera y los armarios vacíos, mover algún que otro mueble que le ha dejado el anterior propietario y empezar el trabajo que le ha encargado la empresa belga para la que trabaja. Esta empresa acaba de firmar un importante acuerdo con la ESA, por lo que Daniel tendrá que emplearse a fondo en sus habilidades, ya que el éxito dependerá en gran medida de él.
Hasta aquí el Edén. La historia pega un giro radical y el autor, con el mismo tono con el que nos ha ido acompañando en todas las descripciones anteriores, nos sumerge en una circustancia totalmente ajena a su voluntad que pondrá a prueba la paciencia y los límites humanos del protagonista. Como os decía, el autor lo hace muy bien, porque es muy descriptivo y la novela es corta, extensión perfecta para este relato, por lo que no me extiendo en la historia para no desvelar la clave de la trama. Sí afirmo que de manera acertada el climax se nos va perfilando hasta hacernos copartícipes junto a Daniel de una desagradable y asfixiante sensación de impotencia.
Algún que otro personaje desfilará por esta delirante historia en la que lo más terrorífico es que le puede ocurrir a cualquiera de nosotros. Es más, seguramente el autor se habrá inspirado en alguna noticia aparecida en un periódico o similar. Hay escenas que empujan al desquicie total, lo cual es aderezado con pinceladas de humor negro. Se consigue que el lector dé gracias a no ser uno mismo el que esté viviendo tal infierno.
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Entretenido relato que juega con llevar al límite la mente humana, lo cual puede volvernos irracionales y empujarnos al abismo. Una historia que sirve para retratar la soledad de un ciudadano de a pie frente a la burocrática estructura de las instituciones que se supone están para ayudarnos. Una pesadilla en la que la petición de auxilio sólo encuentra puertas que se cierran, provocando un desenlace insospechado. Tras la lectura de la última página, quizá anotéis detalles que revisaréis la próxima vez que compréis una casa.
