Los que somos fans de los libros, películas y demás parafernalia de Jurassic Park nos podemos dividir en dos clases de personas. Los primeros somos los que simplemente queremos visitar un parque de esas características, siempre y cuando podamos acariciar a un triceratops como lo hacía el paleontólogo Alan Grant durante la película original. Los segundos, aquellos que pensábamos que lo divertido era estar detrás de las pantallas, a ser posible con un muro de dos metros de grosor entre nosotros y los dinosaurios, controlando todo el tinglado desde la seguridad de nuestro mullido asiento y sin la necesidad de salir ahí fuera a controlar criaturas de varias toneladas cuando se liaran a degustar personas. Cosa que teníamos claro que iba a pasar.

Aunque lo primero está bastante complicado actualmente, los desarrolladores de Frontier han querido encargarse de traernos una experiencia lo más parecida posible a la segunda opción, salvando las distancias. Son expertos en estos temas, ya que son los creadores de Planet Coaster, que aún habiendo salido hace años sigue teniendo una comunidad de creadores de lo más activa y creativa.

De hecho, nombrarlo aquí es bastante pertinente ya que la base sobre la que se sustentan ambos títulos es la misma, la construcción y gestión de un parque temático. Con la particularidad de que en este caso en vez de montañas rusas o ponis tenemos como atracción a dinosaurios de todo tipo gracias a la licencia de la franquicia de Amblin y Universal. Más concretamente, ambientada en la última saga de largometrajes, aunque con referencias a material previo.

Por supuesto, esta no es la primera vez que se intenta. Ya ha habido otros gestores de Parque Jurásico en el pasado, como Jurassic Park III: Park Builder para la ya reliquia Game Boy Advance en 2001 u Operación Genesis, uno de los mejor valorados, dos años después. Más recientemente nos hemos tenido que conformar con algún título para móviles en este sentido como Jurassic Park Builder pero que no disponía de la profundidad que se le exige a este tipo de títulos. Veremos si, en esta ocasión, consiguen hacernos sentir como John Hammond.

Entre la gestión de infraestructuras y el cuidado de animales

A primera vista no hay mucho argumento detrás de la premisa: Desde el primer momento sabes que hay cinco islas, las llamadas Cinco Muertes, de la cual sólo tendremos disponible la primera desde el inicio, Isla Matanceros. Según vayamos completando misiones y mejorando nuestra puntuación de parque, se irán desbloqueando el resto de islas, cada una de ellas con sus particularidades. Añadida a estas cinco tendremos como extra la famosa isla Nublar, que hace las veces de Sandbox del juego y donde no tendremos límites de presupuesto ni de posibilidades, más allá del contenido que tengamos ya desbloqueado o no.

Sin embargo, según vamos avanzando, nos iremos dando cuenta de que al fin y al cabo, trabajamos para InGen, con todo lo que conlleva. Los diversos objetivos que tenemos que cumplir de las divisiones de ciencia, seguridad y entretenimiento, de las que hablaremos más adelante, tienen objetivos algo más serios que lo que se puede esperar de un título de este tipo. Esto aporta un extra de interés que, sin embargo, tampoco resulta excesivamente profundo y que en ciertas ocasiones tiene demasiado impacto en nuestros parques. Es un punto positivo en términos generales, pero al final, para poder desarrollarse correctamente, coarta parte de nuestra libertad.

Sin embargo, al final, todo se resume en intentar conseguir el mejor parque temático posible y para ello, tenemos dos áreas bastante bien diferenciadas. La primera es todo aquello que tenga que ver con las atracciones y la infraestructura. Conseguir una isla rentable no es muy complicado una vez tengamos dinosaurios pero eso no será suficiente y tenemos que generar energía y llevarla a cada estructura, tener edificios de seguridad, puestos de entretenimiento para los visitantes y ciertas edificaciones para desarrollo e investigación.

La segunda parte tiene que ver, como es evidente, con las criaturas que van a habitar el parque y no, no me refiero a los visitantes humanos. Para poder poblar las islas de diferentes especies de dinosaurios no basta con darle a un botón, como cuando creamos una unidad en un juego de estrategia cualquiera. Primero, hay que mandar expediciones a diversas partes del mundo para conseguir fósiles con lo que desarrollar el genoma de una especie concreta, que podemos mejorar introduciendo cadenas de ADN de ciertas especies como ranas, tiburones o pájaros, lo que cambia sus características y los hace “más valiosos”. Una vez estén listos, los incubamos y si hemos tenido éxito, los soltamos a nuestro cercado, que tendrá que estar bien protegido y cuidado.

    

Sin embargo, con esto no vale. Una vez sueltos y dentro de su esperanza de vida, tendremos que estar continuamente atentos a sus necesidades. Tienen que tener comida, cobijo, agua y compañía. Cada especie tiene sus características y los problemas los tendremos cuando empecemos a mezclar varias de ellas. Aparte de la evidente incompatibilidad entre herbívoros y carnívoros, tenemos especies que toleran más la compañía que otras, algunas son agresivas o tímidas, contraen enfermedades que pueden ser contagiosas y a la mínima que no se sienten cómodas empiezan a atacar la valla y, si no es lo suficientemente segura (spoiler: no lo es) escaparán y tendremos que llevar a cabo nuestro protocolo de contención para que no empiecen a atacar gente o comérsela, si son carnívoros.

Es esta dicotomía entre tener un parque bonito y agradable para los visitantes con facilidades para poder disfrutar de las criaturas y conseguir que todos los dinosaurios estén cómodos dentro de sus cercados es el principal reto del juego y uno que nos acompañará continuamente. Pero no es el único.

Una jugabilidad basada en problemas constantes

Cuando ya estamos en faena, nos damos cuenta de que el juego vive de crear continuamente problemas que te mantienen ocupado y te impiden dedicarte todo lo que debieras a crecer, lo que por una parte es muy inteligente, ya que aumenta las horas de juego real. Sin embargo a largo plazo es tedioso y obliga al jugador a no arriesgarse, sobre todo con los animales, para limitar los accidentes.

Por un lado, tenemos las enormes ganas de escapar que tienen siempre ciertas especies a las que no le gusta estar en compañía. Tenerlas solas en un cercado es prohibitivamente caro e inútil en unas islas con un tamaño más pequeño de lo que nos gustaría y en compañía, como les gusta a los visitantes, se estresan demasiado rápido. Por tanto, acabas abandonándolas y dejando de incubarlas. Además, los dinosaurios en general son propensos a enfermar y necesitan abastecimiento de alimento con bastante frecuencia.

Por otro lado, según avanzas en las islas empiezas a sufrir continuos apagones de energía, algún tornado, tormentas y en general conflictos con la meteorología con relativa frecuencia. Entre una y otra cosa, al final estás todo el día dando vueltas con el jeep y los helicópteros. Menos mal que puedes decidir mandarles las tareas de forma automática o controlarlos en primera persona, más divertido pero bastante menos eficiente.

Intento hilar esta serie de inconvenientes que ocurren de forma más o menos natural en el parque porque son necesarios para tener un ritmo de acción satisfactorio y aunque pueden resultar repetitivos a largo plazo, es mucho mejor eso que no pase nada. Lo curioso es que Frontier decidió que no era suficiente.

El desarrollo general del juego se va realizando en base a misiones que nos propone cada una de las tres divisiones principales: ciencia, entretenimiento y seguridad. Cada una de ellas con sus preferencias, por supuesto. Hay misiones principales más largas que son más necesarias y luego están los contratos, misiones secundarias que nos dan recompensas en dinero y fidelidad si queremos aceptarlas. Pero a costa de las otras dos divisiones. Me explico.

Por alguna circunstancia, las tres divisiones son incompatibles entre sí y se llevan regular entre ellos. Cada uno tira para su casa y es negligente en lo que respecta al resto de prioridades. Son expertos en tener intereses ocultos y resultan sospechosos desde el minuto uno. La Dra. Kajal Dua, de ciencia, se centrará en la investigación con el genoma y los dinosaurios, con un papel muy similar al del Dr. Wu en las películas. A Isaac Clement, de entretenimiento, solo le importa que los visitantes estén contentos aunque sea a costa del bienestar animal y a George Lambert, de seguridad, parece que le gusta más comprobar las capacidades de combate y defensa de los dinosaurios y soltar alguno de vez en cuando que de mantener los cercados bien cerrados. Para rematar, al jefe del parque, Cabot Finch, le importan más las finanzas que otra cosa.

Al seleccionar y superar misiones de una división en concreto, subes tu afinidad con ella y bajas las otras dos. Si una de ellas está muy descompensada respecto al resto, se tomará la justicia por su mano y podrá boicotear el parque dañando alguna instalación o en general, causando más problemas de los que ya tienes. Este sistema tan curioso funciona muy bien para obligarte a no dejar de lado ciertos aspectos de las islas, pero las rencillas toman excesivo protagonismo y te impiden, precisamente, decantarte por un aspecto en concreto. Es entretenido ver cómo avanzan las misiones y como evolucionan los personajes, pero es algo que tiene demasiada influencia en lo que tiene que ser un juego de gestión.

Los dinosaurios, lo mejor del conjunto

Si dejamos de lado las diferentes catástrofes que inevitablemente van ocurriendo en cada una de las islas, tenemos un juego muy agradable y con muchos puntos fuertes más allá de la ambientación. Consigue muy bien dar esa sensación de estar en un lugar que camina por la cuerda floja continuamente, que en cualquier momento todo puede fallar, pero precisamente esa es la cuestión cuando intentamos dominar un zoológico de esas características.

De todas las patas del conjunto, sobresale sin ninguna duda la que se refiere a los dinosaurios en sí. No tanto la parte de buscar genomas, a largo plazo más repetitiva, sino la de cuidar de las criaturas, decidir qué especies se pueden llevar bien, investigar su comportamiento, ver como interactúan o pelean entre ellos, etc. No esperábamos menos de esta franquicia, pero aún así es muy satisfactorio ver que realmente han captado bien la intención de estar en Jurassic Park: por una parte son assets, activos con mucho valor para una empresa y por tanto hay que verlos siempre desde ese punto de vista, pero sin perder la esencia de estar a cargo de seres vivos en todo momento, con todo lo que conlleva.

En este sentido es la gran diferencia entre este título y otros más centrados en las atracciones en sí. Nos encariñamos más de las criaturas y dejamos un poco de lado el parque y sus visitantes. Mientras funcione, nos da un poco igual.

Sin embargo, según pasamos horas delante de la pantalla, cosa que seguro acaba pasando porque continuamente tenemos objetivos a corto plazo, vemos que algo empieza a cojear. En concreto, la parte de gestión de recursos e investigación. No es suficiente y le falta profundidad. Se limita a unos cuantos edificios con algunas mejoras que podemos investigar en cuanto se cumplan los objetivos correspondientes, sin ningún esfuerzo ni económico ni de elección. Aunque tenemos información sobre nuestros recursos y finanzas, nuestra capacidad de decisión sobre ellas es muy limitado.

Al final, se nota precisamente lo que comentábamos antes. Es un juego más centrado en la parte de cuidado animal que en la gestión de los recursos de la isla. Incluso parece que han puesto más cuidado en la conducción de los jeeps y helicópteros de forma manual, que se controlan sorprendentemente bien, teniendo la posibilidad de sedar criaturas, hacer fotos y conducir sin demasiadas restricciones.

Las opciones de personalización del parque en sí también son muy limitadas. Tenemos muy pocos elementos de paisaje para personalizar y los edificios son excesivamente genéricos. En parte, todo esto se compensa precisamente por el ritmo de actividad, más alto de lo que suele ser habitual en el género. Parece que se ha querido atraer más gente al juego simplificando en exceso la estrategia y priorizando algo más la parte visual y de acción.

Una belleza gráfica muy trabajada

Si esa era su idea, la han sabido llevar muy bien desde el punto de vista técnico. Visualmente es una delicia ver a los dinosaurios pululando por los cercados y casi nos da pena tener que dejar de mirarlos para atender a las alarmas de apagones y tormentas. Actualmente, con todas las actualizaciones que ha habido desde su lanzamiento, algunos packs de expansión y dos DLC,  tenemos disponibles más de sesenta especies diferentes de todo tipo, desde los ya míticos velociraptores, tyrannosaurus rex y braquiosaurios a una completa selección de hadrosáuridos, anquilosaurios, ceratópsidos y en general un plantel que dejará satisfechos a la mayor parte de fans, ya sea de la franquicia o de la paleontología en general, aunque hemos de advertir que su aspecto está sacado directamente de las películas y algunos no son reales sino especies conseguidas por ingeniería genética según los acontecimientos del juego y la franquicia, como el Indominus Rex y unos cuantos más.

Además, es un título que funciona muy bien gráficamente tanto a escala cercana, ya sea en el jeep o contemplando dinosaurios, como en la lejana, cuando podemos ver la isla en su conjunto. Sin embargo, el mayor pero que se le puede poner al juego en este sentido es el tamaño general de las islas, muy pequeñas para poder realizar todo lo que nos gustaría. Por una parte, es un reto de optimización y aprovechamiento del espacio y al final tenemos seis islas para trabajar en ellas, pero siempre se nos queda la espinita de poder hacer un superparque con todas las especies, algo que seguro que luego llevaría mucho trabajo mantener.

Sabiendo que desde Frontier están realizando actualizaciones de forma constante, a futuro creemos que merece la pena invertir un poco más en la parte de edificaciones y paisaje, que está un poco descompensada respecto a otras áreas, ya que actualmente no hay suficiente contenido comparando con otros exponentes del género.

Otro aspecto muy bien cuidado es el sonido. La banda sonora mezcla temas clásicos de la saga con otros bastante adecuados a la situación y las voces cumplen su cometido. Merece la pena comentar que aunque los personajes principales están creados específicamente para este título, muchos de los actores conocidos salen también en el juego con sus rostros y voces originales en inglés y español, como Ian Malcolm, Claire, Owen y el Dr. Wu.

En conclusión, este juego merece mucho la pena si eres fan de la saga. En ese caso, está totalmente recomendado, ya que la ambientación es muy buena y cumple todos sus cometidos principales. Si por el contrario los dinosaurios te dan un poco igual y te llama la atención la parte más purista del género, no va a resultar tan satisfactorio como debería. Sin embargo, aún así, puede que acabes enganchado gracias a las majestuosas criaturas que lo acabarán poblando.

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