The Precinct — Análisis

The Precinct es un juego que nos pone en la piel de un policía de una manera muy interesante. El lugar repleto de problemas que tendremos que patrullar tiene por nombre Averno City, bastante bien impuesto la verdad. En esta especie de sandbox de temática policial tendremos que hacer frente a un mundo abierto muy completo que, tristemente, llega a ser monótono.

Una misión principal que era de esperar

Sin asombrarnos a nadie en concreto, nuestro personaje tendrá una motivación personal que superará a todo lo que podremos encontrar. Tenemos que descubrir el entuerto que hay detrás del misterioso asesinato de su padre, algo que se complica debido a la naturaleza malvada de la ciudad. Además de afrontar los problemas más típicos del trabajo de policía tendremos que sumar la historia personal, que se aúna a los intereses naturales de la profesión.

La jugabilidad de The Precinct es muy interesante, con una vista isométrica que tanto nos recuerda a otros juegos anteriores como, por ejemplo, las primeras entregas de Grand Theft Auto. Durante nuestras misiones podremos patrullar a pie, obviamente también conduciendo nuestro coche, pero con otras posibilidades tan sorprendentes como manejar un helicóptero. Desde tareas rutinarias como multar o poner orden, a veces elevamos el listón para enfrentarnos en asaltos armados o correr durante una persecución al volante que nos pondrán las cosas algo más interesantes.

Una ciudad bien diferenciada y segmentada

Uno de los puntos fuertes de The Precinct es la separación y división de la ciudad por sectores, separando así cada distrito de manera natural. A pesar de estar dentro de un mundo abierto, cada distrito se diferencia bastante bien, facilitando las cosas para el trabajo policial.

Para amenizar las horas patrullando, el ciclo del día y la noche está bastante bien implementado, consiguiendo diferentes matices a la hora de jugar. No solo eso, también la ambientación, así como el cambio de clima dinámico, nos mantiene entretenidos de manera natural, haciéndonos prestar atención a nuestro alrededor. Con esto conseguimos una ciudad más creíble, más viva y que merece la pena explorar, llegando a conseguir que queramos conducir por gusto y perdernos en la ciudad.

Apatrullando la ciudad

Nuestros deberes en The Precinct son variados, y nos harán subir de rango poco a poco cuando vayamos completando eventos. Lo normal es acudir a llamadas de emergencia que nos tendrán conduciendo de aquí para allá, socorriendo a los ciudadanos. Entre los eventos que tenemos que afrontar se encuentran investigar zonas, detener sospechosos, poner multas o seguir la pista a bandas sospechosas.

Sin embargo, a pesar de que existe una variedad interesante de tareas, al cabo de un tiempo puede llegar a convertirse en una progresión tediosa y llegar a aburrir. Es cierto que estamos ante un juego que se toma pocas libertades creativas, ya que el juego nos muestra la profesión como algo serio y complejo. El protocolo policial debe ser seguido a rajatabla, ya que no estamos en Saints Row; investigar las matrículas, registrar a los sospechosos, rellenar el papeleo burocrático natural… Volviendo al punto anterior, después de cierto tiempo, este aspecto puede volverse en su contra ya que la repetición constante de las diferentes mecánicas lo empeora en lugar de ensalzarlo.

Ciertos aspectos que deberían mejorar

Es una lástima que la conducción en The Precinct no esté todo lo pulida que debería estar, a pesar de que no es el único punto donde falla. A veces las persecuciones son inexplicablemente complejas, y parece que estamos ante verdaderos pilotos de carreras. Además de esto, la conducción de nuestro vehículo se siente torpe y algo lenta, no respondiendo en los momentos clave de evasión.

También habría que hacer especial mención a la inteligencia artificial, tanto de compañeros como de enemigos. Inexplicablemente nuestro compañero no ofrece todo el apoyo que debería darnos, llegando a congelarse o dejando escapar a los sospechosos. En algunos momentos los enemigos huían como críos cuando suena la campana del recreo, y es un aspecto realmente frustrante.

La historia no llega a transmitirse de manera eficiente

La historia de The Precinct nos viene dada en diapositivas estáticas, y esto es una pena porque el motor gráfico podía ofrecer una experiencia mucho mejor. Quizás podrían haber invertido algo más de tiempo en una estética más similar a un cómic, la cual le pegaría que ni pintado. Su traducción al castellano está bastante bien, eso no es un impedimento a la hora de transmitir la información, pero el mensaje se siente vacío tal y como nos lo plantean.

Lo mejor es el planteamiento audiovisual

La ciudad de Averno City es asombrosa, está repleta de detalles y los viandantes que la pueblan tienen rutinas interesantes que nos harán estar pendiente de ellos. La ambientación ochentera se hace latente, tanto en la vida de los habitantes como en el aire que se respira. La banda sonora también acompaña de una manera bastante eficiente, y es una pena que no podamos trastear un poco con emisoras diferentes al más puro estilo Grand Theft Auto, pero no se puede negar que es muy inmersiva.

Como mencionamos anteriormente, el cambio de clima es otro aspecto que mantiene viva a la ciudad. De buenas a primeras puede caer un chaparrón en una zona concreta, y los habitantes no serán indiferentes ante estos cambios; al igual que el respeto por las normas de circulación, la población responde correctamente al entorno, y eso es de agradecer. Hablando de las normas de circulación, es interesante ver cómo los coches respetan la conducción de una manera bastante eficiente.

Conclusión

A pesar de que esperábamos mucho de The Precinct, estamos ante un juego que nos deja un sabor agridulce. Por un lado, la ambientación y la vida de los habitantes es sublime, la división de la ciudad por distritos es eficiente y, por lo general, la inteligencia artificial de los habitantes está bien medida. Conducir mientras patrullamos se siente muy natural, pero falla a la hora de ponernos serios en las persecuciones. La historia no se transmite de manera natural, y tras varias horas de juego las tareas pueden llegar a ser monótonas.

Visualmente es un trabajo espectacular, jugablemente tiene muchas cosas interesantes, pero sus carencias afean el sistema que pretenden mostrar. Su traducción es de agradecer, y con un precio tan reducido, a pesar de todos sus altibajos, es sin duda una opción a tener en cuenta.