The last case of John Morley – Análisis

Con una ambientación magnífica, pero un desarrollo algo desangelado, nos llega esta aventura point and click con un guion interesante, pero con unos puzles demasiado sencillos. El último caso de John Morley no es el mejor, pero aun así deja un regusto bueno, como el plato complicado de comer pero del que guardas un buen recuerdo al final. ¿Merece la pena? Vamos a verlo.

Una historia sobresaliente

The last case of John Morley es una especie de novela negra interactiva, una aventura clásica con todos los elementos fundamentales para el género de las aventuras gráficas. Nos trasladamos al Londres de los años 40. Encarnamos al detective John Morley, que acaba de despertar en el hospital tras dar solución al último crimen en el que ha trabajado. Sin embargo, nuestro amigo no atraviesa su mejor momento: deudas, un despacho desierto y un caso que no ha terminado bien para él. Ante esto, se ve obligado a aceptar un caso extraño: el de Lady Margaret Fordside, una aristócrata que le pide reabrir el extraño crimen de su hija Elody, ocurrido veinte años antes.

A partir de aquí el juego nos llevará por escenarios como la mansión Fordside, o un sanatorio mental para que desentrañemos el misterio.

Una jugabilidad inexistente

Precisamente esto es lo peor del juego. No se “juega”, sino que más bien es un simulador de detective en el que solo tendremos que andar por los escenarios, leer notas y expedientes, y resolver algún acertijo sin demasiada dificultad para seguir avanzando. El hecho de que sea un juego contemplativo no sería malo (solo hay que ver nuestro análisis de Luto este mismo año) si no fuera por su excesiva facilidad. Avanzar por los escenarios se convierte en una mera excusa para ir desentrañando la historia que, si bien es interesante, también es predecible en su aparentemente sorprendente final. Una pena, porque la ambientación del juego es soberbia y le hubiera sentado bastante bien un desarrollo a lo Clock Tower, donde el protagonista debe esconderse del villano para no morir, algo que aquí solo se atisba en un par de momentos. Además, se trata de un juego corto y, con su facilidad, no le durará más de una tarde a un jugador acostumbrado a estas mecánicas.

Buena ambientación, pero con carencias

Donde The last case of John Morley brilla es en su atmósfera. Indigo Studios, los desarrolladores, se han esmerado en cargar de detalles a la mansión y el sanatorio donde se desarrollará la acción. Paleta fría, iluminación suave, oscuridad y una música que aparece cuando debe hacerlo son seña de identidad del estudio. El juego consigue que te sientas solo en medio de esta investigación e incluso intenta algún jumpscare o momento tenso. Sin embargo aquí no se muere, no hay combate posible.

Eso sí, a pesar de un apartado técnico llamativo al principio, pronto se ven las costuras de ser un proyecto independiente. Texturas justas, modelados de personajes que parecen más de PS3 que de PS5, y una iluminación no demasiado realista hacen desmerecer al conjunto, que sin embargo se mueve con fluidez y es bastante atractivo en general.

Sonido bien implementado.

El apartado sonoro del juego es lo que menos destaca, pero porque está bien implementado en general y no chirría. Los diálogos (en inglés) están bien resueltos y son interesantes. Los comentarios del protagonista siguen la acción con algún chascarrillo que otro y le dan suficiente personalidad y la música, como decíamos más arriba, ambienta muy bien la época de los años 40 y los momentos más dramáticos.

Conclusiones. Para beberlo de un solo sorbo

No os engañamos si os decimos que El último caso de John Morley nos ha entretenido en sus aproximadamente 3 horas de duración. Es como leer un buen libro de novela negra. Lo consumes, lo disfrutas y a otra cosa. Es un juego extremadamente sencillo, con un solo final, sin rutas alternativas y sin coleccionables, por lo que su rejugabilidad es nula.

Es un título pequeño, con una narrativa clásica y una historia interesante sin más pretensiones que hacernos pasar un buen rato. Si te gustan los juegos contemplativos, las películas interactivas, dale una oportunidad. Si eres más de acción, pasa de largo.