El paso del combate por turnos a la acción más directa y trepidante no le sienta nada mal a este spin-off de la ya popular saga de Atlus
Poco a poco la peculiar saga Persona se ha ido haciendo un hueco en los corazones de los jugadores occidentales, atraídos tanto por las premisas de las que parte como por su ya icónico apartado visual. Pero como los juegos de Atlus tienen muchos más atractivos aparte de su diseño, la cantidad de fans no ha hecho más que crecer. Persona 5 y su posterior edición Royal han sido éxitos de crítica, público y ventas, llegando esta última a casi el millón y medio de unidades contando solo hasta el verano pasado.
Sin embargo, en esta ocasión no estamos ante una secuela al uso, ya que Strikers es un spin-off desarrollado por Omega Force. Ya sabéis, los mismos que las sagas Dynasty y Samurai Warriors. Especialistas en el sub-género musou. Siendo esta una serie de títulos JRPG, con combates por turnos y diálogos bastante extensos, a primera vista podemos suponer que nos encontraremos con algo similar a One Piece: Pirate Warriors. Si echamos un vistazo a las capturas que acompañan este artículo o a los trailer del juego, esa sensación se acrecenta.
Sin embargo y en este caso, por suerte, no es del todo así. Efectivamente, las mecánicas de combate han cambiado de extremo hacia un hack and slash bastante intenso en algunos momentos, pero con una base argumental y de exploración más cercana a un RPG de acción.
Ya os contamos en el avance del juego muchas de las características que incluye, pero ahora toca revisarlo más a fondo.
Ya no hay palacios, solo cárceles
La trama nos sitúa a Joker y Morgana unos meses después de los eventos ocurridos en Persona 5. Lo que iba a ser una reunión idílica de verano de los Ladrones Fantasma acaba por truncarse cuando conozcan a una ídolo de la moda llamada Alice, que les transportará de nuevo al Metaverso.
Dentro de este mundo encontraremos cárceles, que vienen a sustituir a los Palacios. Son versiones oscuras de las ciudades donde vayan ocurriendo los eventos, que son unas cuantas por todo Japón según avanzamos. Las primeras horas nos van a recordar, quizá en exceso, a los acontecimientos del juego anterior, pero una vez lleguemos a determinado punto en la historia, os podemos asegurar que la cosa mejora bastante.
Si bien el tema argumental no es tan redondo como en anteriores títulos, quizá por el estilo del propio juego, cumple de sobra su función, que básicamente se resume en volver a ver a todos los miembros de la banda, cada uno con su personalidad característica. Además, se incluyen nuevos personajes que se adaptan sorprendentemente bien al grupo y que casi acaban despertando más interés, precisamente porque al resto ya los conocemos bien.
Entre estos personajes destacan Sophia, una IA que se une nada más empezar la aventura y que servirá como guía para los jugadores que se acerquen por primera vez a la saga (pregunta muchas cosas) y como enlace entre el mundo real y el digital, muy presente durante las cincuenta horas que podemos tardar en pasarnos el juego. La otra incorporación es el inspector de policía Zenkichi, que se dedicará a investigar los trastornos de comportamiento de una parte de la población, atacada por nuestros enemigos.
Para todos aquellos que ya seguíamos la saga, el reencuentro de los protagonistas y sus diálogos más o menos relacionados con la trama, serán una de las razones para quedase enganchado a ella. Pero Atlus ha insistido bastante en que Persona 5 Strikers sea un título accesible a nuevos jugadores.
Desde el punto de vista de lo jugable, como ya veremos más adelante, no hay ningún problema, ya que el estilo es completamente ajeno al resto, pero la parte argumental sí que puede ser complicada de seguir al principio, ya que se referencian eventos de Persona 5 con cierta regularidad. Vamos a poder jugar sin problema, pero con la sensación de que nuestros “amigos” han quedado sin nosotros y están contando anécdotas sin que conozcamos el contexto.
De los turnos a la acción desmedida
Con el sistema de calendario fuera del radar en esta ocasión, la mayor parte del juego se divide en los diálogos, con algunos momentos donde tendremos que tomar decisiones poco relevantes, así como los combates. Atlus ha decidido tirar por la calle del medio con Omega Force: Musou sí, pero no mucho.
Primero, porque no es precisamente habitual que tengamos tanto contexto argumental entre escenarios y combates; pero también porque el sistema recuerda más a un hack and slash o a un RPG de acción, donde sí, tendremos pequeñas hordas de enemigos extremadamente débiles que básicamente son carne de cañón para nuestros ataques. Pero entre ellos se encentran enemigos más poderosos donde hay que pensar un poco para saber cómo proceder. No mucho, tampoco.
Uno de los aciertos, sin duda, de Strikers, es su habilidad a la hora de llevar las mecánicas que ya conocemos de Persona 5 aquí, aún con su cambio radical de estilo. Debilidades y fortalezas por elementos, los Persona, los movimientos especiales, las emboscadas, etcétera. Todo aquello que ya funcionaba, se ha adaptado al tiempo real y a machacar botones.
Funciona, además, bastante bien, aunque no sin sus pequeños problemas. En las primeras horas de juego, aún con las explicaciones de los tutoriales específicos, resulta muy complicado pillar todos los movimientos y posibilidades y adaptarlos a un formato donde no tenemos tiempo para pensar. Creemos que una progresión más lenta hubiera estado mejor, sobre todo para aquellos que no conocen la base de las técnicas, sobre todo sabiendo que es un título muy largo donde no hubiera importado retrasar un par de horas algunas tácticas que tampoco vamos a usar tantas veces.
Es por esto que se vuelve duro al principio, pero por suerte lo compensa dándonos una profundidad que agradeceremos más adelante durante la segunda parte del juego y poniéndonos a esa cantidad de enemigos nada peligrosos que nos permite tener la sensación de satisfacción y recompensa por avanzar aunque no llegamos a saber nunca muy bien cómo.
Identidad de combate
La conclusión que se puede sacar hasta ahora es que las primeras horas de juego no le hacen mucha justicia, ni desde las partes de acción ni las de diálogo, a lo que podríamos esperar de un Persona. Necesita ese periodo de adaptación al nuevo formato para que podamos sacarle todo el jugo pero, una vez pasado ese umbral, el sistema mejora tanto que nos llegamos a plantear si no sería una buena idea implementar de forma definitiva alguna de sus características en la saga principal.
Esto lo consigue gracias a un importante esfuerzo por compensar las partes; donde además de luchar y pasar textos que duran media hora, nos encontramos con escenarios mucho más grandes, algunos laberínticos y con unas posibilidades de exploración bastante importantes. Funcionan muy bien como nexo de unión entre los dos extremos.
Eso sí, como somos muy exigentes con lo que esta saga puede ofrecer, podemos decir como detalle a mejorar que precisamente debido al tamaño de los escenarios en los que combatimos, se tienden a alargar diálogos intrascendentes entre personajes para justificar su estancia allí tanto tiempo.
Dos cosas más que creemos importante mencionar: al atacar con los avatares de Persona, el juego se pausa un momento para ver el ataque y su radio de acción, lo que nos sirve, en un principio, para pensar antes de actuar. No es mucho tiempo para pensar nada, eso sí, y volveremos al fragor antes de lo debido, así que hay que aprenderse los ataques casi de memoria.
Por otro lado, según avanza el juego podremos elegir con qué miembros de grupo jugar. Lo que podía haber sido una de las bazas más importantes ha acabado decepcionando un poco porque, aún con las diferencias entre ellos, son bastante similares entre sí y al final elegiremos el que más nos guste y no lo cambiaremos salvo que el juego nos obligue.
Identidad visual
Donde sí que no cambia ni un ápice Perona 5 Strikers de sus predecesores es en su identidad visual y sonora. Todo el aspecto gráfico es absolutamente reconocible y perfectamente adaptado al nuevo formato, tanto que no merece la pena mucho detenerse en analizarlo.
Pasa por encima de las limitaciones universales de los musou respecto al popping haciendo que los encuentros se produzcan cuando nos acercamos a un solo enemigo, que de repente se convierte en muchos. Muy inteligente, aunque poco trasladable a otras sagas más históricas. Por otro lado, tiene ligeros problemas con los temas típicos de este tipo de escenarios, como algunos ángulos de cámara traicioneros en espacios cerrados o angostos, pero por lo general está muy bien resuelto.
Lo mismo podemos decir de la banda sonora y las voces, idénticas en su tratamiento a títulos anteriores. Además, la traducción al castellano de los textos está a un gran nivel incluso en las bromas y los dobles sentidos, lo cual agradecemos mucho sobre todo en este tipo de juegos donde nos pasamos mucho tiempo leyendo.
Conclusiones
Funciona sorprendentemente bien para el cambio radical de sistema de juego propuesto. Quizá esa es la mejor definición de Strikers con respecto a la saga. Otra cosa es que nos podamos plantear si realmente merece la pena este cambio o si puede aportar algo de cara al futuro.
Los fans de Persona no se van a sentir decepcionados, aunque no llega al excelente nivel anterior. Para los nuevos, es más accesible y acaba siendo muy gratificante jugar, pero no nos queda muy claro si sirve como punto de entrada para otros títulos siendo tan diferente en sus premisas. Aún así, no tanto como parte de un todo sino como entidad propia, merece mucho la pena darle una oportunidad.
Persona 5 Strikers ya está a la venta tanto para PC como para PlayStation 4, PlayStation 5 y Nintendo Switch.
