La casa de los principios, de Ana González Duque

Breve novela que con mimo nos recuerda que un fracaso no es un punto y final sino un punto y seguido.

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La casa de los principios llegó a mi conocimiento gracias a la recomendación del podcast Travesura Realizada. Si bien yo ya tenía en mi lista de los deseos La Sociedad de la Libélula, obra también de Ana González Duque, me lancé a por esta novela corta aprovechando que tenía descargado el eBook en mi Biblioteca y que un viaje de pocos días propiciaría su lectura. Pues bien, ha sido todo un acierto. Bien escrita, plagada de descripciones que te trasladan mágicamente a este rincón donde todo es posible, uno se reconcilia con la vida real a pesar de las dificultades.

¿Quién es Ana González Duque?

A esta polifacética autora le gusta la fantasía juvenil y la comedia romántica, y se emociona con la letra de una canción o de un poema. Esta tinerfeña fue una lectora empedernida desde muy pequeñita, afición que trasladó a la escritura, aupándose con unos cuantos premios literarios: el Premio de Poesía Nacional Félix Francisco Casanova 1994 y el Juventud y Cultura de Canarias 1995.

Ana González Duque

Estudió Medicina, se casó con un traumatólogo y tiene dos hijos. En 2008, abrió un blog para contar su residencia como anestesista que fue todo un éxito. Ahí aprendió a ser una community manager a cargo de una página médica y una editorial quiso publicar una novela suya en el mismo estilo del blog. El blog de la doctora Jomeini fue publicada por Nowtilus en 2012. La novela se reeditó tres veces para España y LatinoAmérica.En 2014, se adentró en la fantasía juvenil con la publicación de la bilogía de Leyendas de la Tierra Límite y empezó a escribir su blog El fogón. Vendió nada más y nada menos que 17.000 ejemplares de los libros.Durante ese año, abrió su segundo blog: Marketing online para escritores, donde explica trucos de supervivencia en las redes sociales para quien se aventura en la profesión de escritor. Más tarde vendría su podcast El escritor emprendedor.Ana dejó su trabajo como médico para dedicarse 100% a escribir y ya acumula un extenso Catálogo que combina la fantasía juvenil con la comedia romántica y la no ficción para escritores.

El perfume se vende en frasco pequeño

Sara Flavín aun llora la muerte de su marido Eduardo mientras lucha por hacerse un hueco como escritora. Sin embargo, la tarea se torna más que ardua y sobrevive como puede bajo la sombra de su padre, Daniel Flavín, y el amor se vuelve esquivo a pesar de que la cortejen viejos novietes como Antonio Arriaga. De la madre de Sara, Eva, solo sabemos que está en Tanzania trabajando como médico y que rara vez la ve. Vamos, que Sara vive empapada de frustración y amargura.
Precisamente, para sacarla de este letargo, su padre le encarga que vaya a la antigua propiedad de la abuela de Sara, María, para agilizar el trámite de su venta. Daniel tiene planes en mente para el edificio y sus terrenos circundantes. Por lo tanto, la protagonista parte en dirección a la casa cuando sufre un percance con su vehículo que la obligará a quedarse allí unos cuantos días más de los esperados. Cuando consiga alcanzar la propiedad descubrirá que esta se encuentra okupada por tres personas: Amelia, una dulce y mágica mujer, el varonil Tomás y una angelical niña, Irene.

Un libro para degustar

Os recomiendo viajar hasta este refugio de supervivientes y limpiar vuestra alma. Para ello no hay mejor detergente que la magia blanca que envuelve los recuerdos de nuestra niñez donde todo era posible con las dosis de magia adecuada. Pero, no nos engañemos, la vida no tiene una cara amable la mayor parte del tiempo, por lo que o vamos a terapia de mindfulness o tomamos nota de lo que acontece en La casa de los principios.Un relato sembrado de profusas descripciones, giros narrativos sorprendentes, un entorno que nos aislará de todo y todos, unos personajes bien pincelados y una serie de sueños rotos y otros que esperan a ser cumplidos; recuerdos y reencuentros que nos llegarán al corazón. Un bello cuento con el que reflexionar a propósito de las segundas oportunidades y que cuando uno se cae, debe levantarse; el camino nos espera.
Un libro para degustar y acabar con una sonrisa cargada de optimismo.

Antes de despedirme

Tras esta lectura, que me ha llevado menos de dos horas y me ha dado pie para hablaros en La Nave de manera profusa tanto de su autora como de La casa de los principios, quedan anotados en mi lista de los deseos estas dos novelas: La Sociedad de la Libélula (fantasía juvenil salpicada de ciencia ficción) y 42 semanas (¿Qué ocurre cuando dos desconocidos pasan de ser el rollito de una noche a convertirse en algo más que vecinos?).

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Jaime Santamaría
Economista con alma de escritor. Amante de los viajes, tanto de los que requieren maletas como imaginación. Siempre con ganas de aprender.

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