Análisis de Copycat, el videojuego gatuno que te llegará al corazón

En este título de Spoonful of Wonder viajaremos por la vida de Dawn, una gatita que aprenderá valores como la empatía, resiliencia e identidad.

Cuando salió Stray en el año 2022 o Cat Quest III en 2024 no teníamos ni idea de la cantidad de contenido multimedia de gatos del que podríamos disfrutar años después. Así, en septiembre de 2024 se lanza Copycat, un videojuego sobre sentimientos de pérdida e identidad, que te removerá los sentimientos.

Se trata de un juego indie narrativo, donde acompañaremos a la gatita Dawn en sus aventuras y desventuras de su nuevo hogar con Olive, la señora que la adopta. Actualmente está disponible para PC, PlayStation 5, Nintendo Switch y Xbox.

Sobre su estudio

El estudio australiano Spoonful of Wonder es el que está detrás de este título. Se trata, sobre todo, de dos desarrolladores, Sam y Kostia, que pretenden prender la llama de la inspiración y la nostalgia a través de este primer título que lleva como protagonista a una gata. Nada sorprendente sabiendo que ellos dos tienen michis como mascotas.

Copycat es el primer título de este estudio, y a través del mismo hemos podido comprobar de primera mano la experiencia de trabajo en equipo que tienen sus desarrolladores, pues según indican en su página web: “no somos dos desconocidos trabajando (…) hemos producido con éxito una animación de seis minutos, un par de cortometrajes galardonados y un colorido libro infantil”.

Con la creación de este juego ambos trabajadores se han enfrentado a su mayor reto, el de crear un videojuego que sea capaz de aportar diversión y al mismo tiempo concienciar sobre asuntos sociales relevantes como la adopción y el abandono de mascotas.

Un gameplay bastante simple

La finalidad de Copycat no es dar al jugador horas infinitas de diversión y retos complejos, sobre todo teniendo en cuenta que la duración estimada es de 3 horas.

A través del manejo de la gata Dawn, tendremos juegos sencillos de atrapar plumas o perseguir otros bichitos metiéndonos en el papel de toda una depredadora felina. No obstante, ninguna de estas actividades supondrá un desafío para los jugadores, pues la dificultad es bastante baja.

Este nivel de complejidad se debe a que la finalidad de este título es transmitir una serie de valores y contar una historia, por lo que no precisa de complejas técnicas ni de intrincados sistemas de jugabilidad.

¿Para qué elegir un sólo estilo artístico?

El apartado gráfico de Copycat, aunque no es especialmente intrincado, sí que destaca por su originalidad y por su mezcla de estilos.

Para empezar, el gameplay habitual es en un entorno 3D realista, donde tenemos el terreno por el que se desplaza la gata protagonista. Por otra parte, en el televisor del salón de esa vivienda, se puede ver proyectado un documental sobre felinos de la naturaleza en grabaciones reales.

El juego tiene varios minujuegos dentro del mismo, donde viviremos aventuras que pretenden reflejar la imaginación de Dawn. En estos se puede apreciar un apartado visual también en 3D, aunque algo más poligonal y con colores más saturados y variados que me recuerda inevitablemente al estilo kitsch.

Aprendizaje en valores mediante una aventura gatuna

A través de la narrativa que ofrece este título, podemos dilucidar algunos de los valores que tanto Sam como Kostia han querido dejar plasmados para concienciar sobre ellos. 

Mediante el manejo de la gatita Dawn aprendemos como la empatía a veces nos revuelve  aunque nos pongamos en la piel, o mejor dicho, en el pelaje, de otro ser vivo.

En Copycat, se hace especial énfasis en el sentimiento de pertenencia al ver usurpado el lugar que nos correspondía dentro de una vivienda tras haberse sentido desplazado por la ocupación de otro animal. Esto cobra especial importancia cuando, a lo largo de los primeros minutos del videojuego, te percatas de la desconfianza con la que Dawn llega a su nuevo hogar.

Esta identidad, que se altera con la llegada del gatito usurpador, se ve terriblemente afectada, aunque no implica que el personaje protagonista salga para adelante en un acto de resiliencia.

Finalmente, el amor incondicional del que hacen gala tanto Olive como Dawn al confiar la una de la otra, sobre todo por la parte de la gata, que tan acostumbrada estaba a que diferentes familias de humanos la acabaran abandonando.

¿Os recomendamos Copycat?

Copycat es mucho más que un juego de gatitos. Se trata de una experiencia emocional que, con una jugabilidad sencilla, nos invita a reflexionar. Su arte, su historia y su enfoque narrativo lo convierten en una joya indie capaz de conmover hasta al jugador más escéptico.