Voron: Raven’s Story — Análisis

Voron: Raven’s Story es un juego de protagonistas emplumados que se centrará en mostrarnos la trayectoria de una familia de aves. Desde aprender a surcar los cielos hasta cargar con la responsabilidad de mantener nuestro linaje, nos pondremos en las alas de un cuervo. Cuando seamos conscientes de nuestros movimientos se nos informará de que tenemos que guiar a las almas perdidas, una gran responsabilidad.

Volando, volando…

Sin demasiadas florituras, con una breve pantalla de carga y poco más, estaremos bajo las plumas de un cuervo. Emergiendo desde nuestro cascarón, tendremos que ponernos plumas a la obra para dar nuestros primeros pasos. Este inicio es algo espectacularmente bello, con un mimo al detalle sublime; sin necesidad de presentaciones, tutoriales ni letras en pantalla, todo se presenta sin apenas indicaciones.

Tras un breve periodo de tiempo nos toca aprender a volar de la mano de nuestro sabio padre. Con unas cuantas sabias palabras para guiarnos, se nos entregan las indicaciones justas para que empecemos a indagar cómo manejarnos en el aire. Ahora es cuando empieza la puesta a punto de nuestro personaje, y donde tenemos que hacernos a los controles básicos.

Gracias a las misiones iniciales nos iremos acostumbrando al movimiento de nuestro cuervo, quien descubre gracias a una charla con su madre que es algo más que un ave común y corriente; nuestro cometido en el mundo es el de guiar a almas perdidas.

Guía de almas perdidas

La herencia de nuestros antepasados es vital para el devenir del mundo, ya que nuestro cometido es guiar a las almas perdidas del mundo humano para que lleguen al Mundo de los Dioses. Una vez conocido nuestro cometido en la vida, debemos dirigirnos hacia la Tierra de los Dioses para que nos ofrezcan su bendición y nos otorguen el don de poder hablar. Por una suerte de circunstancias, nuestro cuervo queda solo en su viaje, y tendrá que superar diferentes puzles y desafíos para mostrar que somos dignos de esta responsabilidad.

Durante nuestro viaje tendremos importantes guiños a la cultura y mitología nórdica, ya que nos toparemos con runas que desgranarán su historia y creencias. Sí que es cierto que Voron: Raven’s Story es un juego que te suelta con todo, y puede que al principio no sepas bien qué hacer o hacia dónde ir. Puede que a algunos jugadores les cueste averiguarlo, pero eso es parte del encanto que cada vez tienen menos juegos, todos mediante guías, caminos cerrados o zonas delimitadas.

Su fuerte es, obviamente, la mecánica de vuelo

Esta claro que en un juego en el que somos un cuervo tendríamos que hacer especial énfasis en que la mecánica de volar estuviera bien cimentada. Pero no solo de volar se vale el pájaro, y es que gracias a su graznido podemos interactuar con el entorno, así que no todo será mover las alas. Además de eso, tenemos la opción de usar un botón de acción para recoger objetos, leer e incluso hablar con otros personajes.

Durante nuestro viaje tendremos que ir recolectando información para conocer más acerca de nuestro pasado, su historia y nuestra capacidad de comunicarnos. Gracias a las runas que iremos encontrando, podremos reconocer más palabras que en un primer momento se encuentran ocultas para nuestro entendimiento.

Para ampliar nuestro vocabulario también tendremos que guiar a las almas, quienes en agradecimiento ampliarán nuestros conocimientos. Para continuar sacándole jugo, encontraremos ciertos templos con puzles que no nos pondrán las cosas demasiado difíciles pero necesitarán de nuestra concentración. Sin prisa, sin tiempos ni penalizaciones, y quizás por ello todavía más satisfactorio; explorar por gusto, por completismo, por propia voluntad.

Un apartado gráfico que encandila

Gracias a su estilo minimalista, Voron: Raven’s Story es una delicia visual, con mucha personalidad a su manera. Sin tener gráficos realistas ni ultra detallados, transmite lo que quiere transmitir, además de ser bastante eficaz. El entorno capta nuestra atención, y queremos saber qué hay más allá, detrás de esos árboles o después de esa esquina.

La iluminación también es un punto clave, porque tendremos diferentes tramos horarios que nos pueden sorprender a su manera. Ya sea en entornos más cerrados o simplemente surcando por encima del bosque, la ambientación es justo lo que un juego de esta temática necesita, sin abrumar en detalles pero con ganas de querer explorar más allá. El juego de luces es otro punto a tener en cuenta ya que surcando el vuelo entre los árboles o planeando sobre praderas, se siente satisfactoriamente bien.

Como siempre, luces y sombras

Personalmente, Voron: Raven’s Story es una gran apuesta en los juegos que quieren contar mucho sin abrumar al jugador, de una manera especial. Con una breve introducción y sin apenas indicaciones, el juego pone al jugador a su libre vuelo bastante pronto. La historia se narra conforme avancemos, pero perderemos parte del contexto si no conocemos las runas, por lo que se recompensa la exploración libre y la interacción con el entorno.

Con uno de los precios más competitivos del año, es cierto que no estamos ante un juego muy exigente en cuanto a requisitos o historia. Tampoco es que podamos pedirle todo eso, debido a su naturaleza inicial. De corte inspirador, tranquilo y recompensando la exploración, me parece un punto genial que tengamos que indagar para conocer más acerca de la historia. Además, el juego se halla traducido a bastantes idiomas, entre los que se encuentra el castellano.

Por sacarle algo de punta, a veces los controles no responden del todo como nos gustaría, sobre todo en las zonas de más velocidad con giros ajustados. No llega a ser desquiciante, pero sí que podemos sentir que «nos cortan las alas» en algunas ocasiones.

Conclusión

El mero hecho de volar es más que un deseo del propio ser humano, y en Voron: Raven’s Story podemos mitigarlo aunque sea un poco. Con una tranquilidad que emana la propia naturaleza del juego, y una belleza minimalista, tendremos que explorar para enterarnos bien de la historia. Una historia que se narra por completo según vayamos conociendo el significado de las runas, gracias a una más que buena traducción al castellano. Con un precio ridículo, merece la pena darle un tiento, postulándose también como un buen regalo inesperado.