Stephen Graham Jones

Stephen Graham Jones (Midland, Texas, 1972) es un autor nativo americano Piesnegros que escribe ficción experimental, de terror, novela criminal y de ciencia ficción. Hasta la fecha, ha publicado 22 libros y recibido numerosos premios, entre ellos el NEA Fellowship in Fiction, el Texas Institute of Letters Jones Award for Fiction, el Independent Publishers Award for Multicultural Fiction, y el This Is Horror Award. También ha conseguido entrar en la lista de las diez mejores novelas del año de Bloody Disgusting. Ahora vive en Boulder (Colorado) con su mujer y sus hijos, y es profesor de inglés Ivena Baldwin en la Universidad de Colorado Boulder.

En noviembre del año pasado, La Biblioteca de Carfax publicó bajo traducción de Manuel de los Reyes la novela “El único indio bueno”, Premio Bram Stoker 2020, una desgarradora e irreverente historia de culpa, venganza, dolor y desesperación, que se lee en un suspiro y que logra despertar en el lector múltiples sentimientos encontrados, que se debate entre la empatía hacia víctimas y verdugos.

“El único indio bueno” apela a la víscera, pero también al lado emocional del lector, que se debate incómodo entre la empatía hacia sus congéneres humanos o hacia la naturaleza violada y furiosa en busca de venganza

Cuatro indios americanos amigos desde la infancia, Ricky, Gabe, Lewis y Cassidy, viven atrapados entre las tradiciones de su pueblo y la refulgente modernidad estadounidense. Los cuatro se ven rechazados por ambos mundos por diferentes razones, y entre las arcanas y rígidas costumbres de los Piesnegros y los puños y yrifles de las autoridades y los justicieros estadounidenses no hay mucho espacio para mestizos culturales.

Aunque los cuatro viven en constante peligro por ser quienes son, no es este conflicto social lo que más temen, sino su propia traición a las costumbres, un episodio que no han logrado olvidar. En su juventud, en la reserva india, cometieron un imperdonable sacrilegio contra las leyes y tradiciones de la tribu. Penetraron en las tierras de caza reservadas a los ancianos de la tribu y masacraron sin sentido a tantos ciervos como pudieron, sin importarles su edad o estado gestante. Ricky, Gabe, Lewis y Cassidy han intentado dejar esta transgresión atrás, pero en su fuero interno saben que no viven en comunión con su entorno. Y que eso puede traer consecuencias.

Una historia que hibrida con éxito varios géneros

Portada de El único indio buenoStephen Graham Jones nos ofrece en “El único indio bueno” una historia que hibrida con éxito varios géneros y que resulta difícil de clasificar, aunque el inconfundible tono terrorífico con abundantes dosis paranormales domina gran parte del relato. La narrativa del texano es ágil y precisa, y logra atrapar al lector, gracias a los constantes cambios de ritmo y las diferentes voces y perspectivas que dominan en el texto. Jones logra cuajar una novela precisa, bien rematada y que juega a su antojo con las emociones del lector y los sentimientos encontrados.

Particularmente conmovedores son los momentos en los que la naturaleza o sus representantes más autoconscientes alzan la voz, ahí se nota la maestría del autor, su conexión con el entorno salvaje y las costumbres de los Piesnegros. La naturaleza se muestra en “El único indio bueno” como una entidad multifacética que extrae su fuerza incluso de la relación que los humanos mantienen con ella, en muchas ocasiones tormentosa y violenta. La tierra se alzará para vengar a los ciervos masacrados por placer, a manos de cuatro humanos aún por desbravar, ajenos a la consciencia del resto de animales y a su sufrimiento.

Un relato que incomoda, asusta, horroriza, divierte, conmueve y maravilla

La novela de Jones acumula enormes dosis de bilis y terror psicológico, pero también de vísceras desgajadas, de huesos astillados y cerebros reducidos a pulpa. El autor utiliza todos los resortes del terror en el momento preciso y en la dosis adecuada, para construir un relato capaz de incomodar, asustar, horrorizar e incluso divertir, conmover y maravillar, según convenga al desarrollo de la historia.

“El único indio bueno” apela a la víscera, pero también al lado emocional del lector, que se debate incómodo entre la empatía hacia sus congéneres humanos o hacia la naturaleza violada y furiosa en busca de venganza. Jones nos mueve a la exploración íntima de nuestras propias emociones, pero también nos lleva más allá, nos pone en la piel de otros seres vivientes, cuya existencia los humanos se ven obligados a tener en cuenta en esta novela, pero que también deberíamos considerar nosotros.

Una novela de terror muy recomendable, con mucha profundidad emocional

El texano también explora la ambivalente y chocante relación que mantienen los estadounidenses con sus ciudadanos nativos americanos, a menudo teñida por el racismo, la violencia, la alta incidencia del alcoholismo y la drogadicción en general, el desempleo y la pobreza. Y lo hace sin caer en sentimentalismos, de forma orgánica en la propia historia. El lector aprecia estos problemas en la propia vida de la reserva y sus aledaños, con episodios que tienen claros paralelismos en la realidad.

“El único indio bueno” merece mucho la pena, recomendable sobre todo para personas que suelan disfrutar con el terror y que aprecien en este tipo de libros una profundidad emocional inusual, en una historia que se toma su tiempo para desplegarse por completo y que no aburre en ningún momento.

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Alejandro Serrano
Cofundador de Fantasymundo, director de las secciones de Libros y Ciencia. Lector incansable de ficción y ensayo, escribo con afán divulgador sobre temáticas relacionadas con el entretenimiento y la cultura cercanas a mis intereses.

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