
Este año se ha celebrado la 84ª edición de la Feria del Libro de Madrid. Desde el 30 de mayo hasta el 15 de junio. Un total de 17 días llenos de libros, charlas y firmas de autores. Y yo por fin este año he podido cumplir uno de mis sueños como lectora, pasar allí un fin de semana y sumergirme en su ambiente festivo.
Llegamos el viernes a la tarde con una maleta llena de deseos por cumplir, pero con mucho sitio para meter los libros que queríamos comprar.
Tras dejar las cosas en el hostal nos dirigimos a pasar la tarde al parque de El Retiro, lugar en el se celebra la feria desde 1967.
Y así empezamos a asomar nuestras cabezas por las casetas. Espacios en los que nos podemos encontrar tanto librerías generales como especializadas, al igual que editoriales, distribuidoras o incluso organismos oficiales (Instituto Nacional de Estadística, Real Academia Española, Organismo Autónomo de Parques Nacionales, etc.).
Esa tarde después de dar unos cuantos paseos arriba y abajo, de expositor en expositor, decidí comprarme el primer librito del fin de semana: Los mitos eternos de Pol Gise. Una edición preciosa en la que se unifican los tres libros del autor sobre tres personajes de la mitología griega: Hades, Hércules y Sísifo.
Cansadas decidimos marcharnos del recinto y antes de dormir organizamos un poco lo que íbamos a hacer al día siguiente.
El sábado durante todo el día hubo 902 firmas de autores. 902. Se dice pronto pero son muchísimas firmas. Muchas de ellas de autores y autoras consagradas en el ámbito literario nacional.
Nos encontramos con miles de personas haciendo cola a lo largo del día. Hablamos con algunas de ellas y nos contaron que después de esperar 2 o 3 horas para que les firmara Adriana Criado iban a hacer cola otro tanto para la firma de Cherry Chic o Victoria Álvarez. Algunas con un planning de lo más ajustado para poder ir a todas las que querían. Ir a la Feria del Libro y no llevarte ninguna firma es inconcebible.
Por lo menos, aunque hizo un calor de lo más agobiante, no se cerró la feria durante algunas horas. Algo que sí ocurrió los otros dos fines de semana. A todas las personas que habían basado sus días en la feria en acudir a las sesiones de firmas les hubieran roto el corazón.
Nosotras no somos mucho de hacer colas y mucho menos al sol así que decidimos optar por una ruta diferente.
Primero acudimos a la firma de Celia Añó Espí (La sonrisa del escorpión, Obscura Editorial). Una intriga juvenil con un misterio a puerta cerrada. Pudimos hablar un poco con la autora que además de firmarnos el libro nos dibujó a uno de los protagonistas.

Luego también pudimos conversar un poco con Julia Pla, autora de Las raíces del olvido, una fantasía épica publicada por Libellum editorial.
Y estas fueron nuestras únicas firmas aunque vimos a varios autores con su cola kilométrica: Juan Gómez-Jurado, Dolores Redondo, Rebecca F. Kuang, Miriam M. Lejardi y un largo etcétera.
La tarde del sábado, además de muchos paseos entre las casetas y despedirnos de nuestros ahorros, pudimos asistir a una de las charlas organizadas por LitCon Madrid. La LitCon es un evento organizado sin ánimo de lucro por apasionados de la literatura. En este espacio podemos encontrar numerosas charlas y presentaciones de libros y se lleva a cabo durante uno de los fines de semana de la feria.
Nosotras acudimos a una ponencia titulada “Autoras de fantasía. No todo es Romantasy” en la disfrutamos de una charla muy divertida con Belén Martínez, Marina Tena, Selene M. Pascual y Noa Rose.
Las cuatro estuvieron debatiendo sobre la clasificación de los libros, de cómo se decide a qué género pertenecen o en qué estantería se colocan cuando llegan a las librerías.
Fue realmente interesante escuchar algunas de sus reflexiones alrededor de estos temas y han compartido sus experiencias como autoras de fantasía. ¡Qué maravilla poder asistir a este tipo de eventos! Ojalá poder asistir a muchos más.
Y esto es todo lo que dio de sí los pocos días que pasé en la Feria del Libro. Ha sido una experiencia realmente inolvidable que espero poder repetir algún otro año. Pero, por favor, con menos calor y un poco más de dinero para gastar.