

Victoria Vílchez crea y da forma —con mucho mimo, además— a una historia plagada de humor ácido, falsas promesas y los malditos tratos de los dioses. Un compromiso mortal es la primera parte de la nueva saga de romantasy publicada por Titania. Cuenta con una ilustración de cubierta de Inma Moya y un diseño de cubierta de Luis Tinoco.
Korelana es una de las muchas aprendices del templo de Artemisa, aunque está a las puertas de convertirse en una guerrera de pleno derecho. Debería mantenerse bajo la protección del templo hasta que ese día llegue. Pero todo cambia cuando Dafne, su mejor amiga, desaparece en medio de una misión en la frontera.
Decidida a acudir en su rescate, Kore hace acopio de todo lo necesario para partir y se escapa en dirección al reino enemigo. Pero las cosas se tuercen cuando se ve capturada por un grupo de soldados hadesianos seguidores de Ares. ¿Será posible librarse de ellos? Teniendo en cuenta que Karan la vigila con ojo de halcón, parece imposible. ¿Podrá entonces convencerles de que la lleven hasta Dafne?
Lo que Kore desconoce es que hace mucho que las Moiras tejieron su destino. Puede que no tenga manera de escapar de un futuro cruel y sin esperanzas. Uno en el que los tratos y las malas apuestas de los dioses pueden dejarla expuesta a un infierno.
Desde el principio, Vílchez deja claro que, pese a que la mitología ha sido —y es— una de sus grandes pasiones y uno de los nutrientes principales de la novela, ella solo pretende tomar algunos conceptos y llevarlos a su terreno. Así que, quien espere que siga las líneas de las diferentes mitologías griegas punto por punto…, se encontrarán con algo completamente diferente.
Esta decisión en lo que le permite jugar con lo establecido, con los clichés y las bromas entre cazadoras con flechas, carne de cañón con sed de sangre y encofradores con espadas. Así consigue diálogos chispeantes, giros de guion de impacto y muchas preguntas.
—Vas a ser mi muerte.
—No quiero parecer engreída, pero creo que sería una manera bonita y agradable de abandonar este mundo.
Un compromiso mortal es una aventura engañosa, enredada y muchas veces torpe. Sobre todo cuando la inocencia se confunde con la pureza y la verdad con los prejuicios.
La novela comienza con una decisión imprudente y una salida del cascarón algo inepta. Kore se escapa del templo de Artemisa al que pertenece para poder encontrar a su mejor amiga desaparecida, aún cuando toda su vida se ha dado en clausura y sus nociones acerca del mundo exterior son limitadas.
Su viaje al mundo, una empresa desesperada a ojos de cualquiera, se entorpece radicalmente cuando es capturada por un grupo militar perteneciente al reino enemigo.
Kore tiene que enfrentarse constantemente al conflicto entre su identidad desde el punto de vista innato y desde el constructo social y cultural. ¿Cuál es la importancia del collar de Deméter que lleva al cuello, más allá de que es el único vínculo que conserva de la madre que no recuerda? ¿Cuál es la importancia de los silencios que ha guardado en el templo a una edad más temprana que la de ninguna pupila?
Durante su travesía, Kore está constantemente enfrentada consigo misma, las partes profundamente enraizadas de su identidad y aquellas que apenas son flores que se puede llevar cualquier brizna de viento. En medio de eso tiene que lidiar con un rescate, olímpicos y hadesianos en guerra, secretos podridos y su mente dividida entre Karan y su fantasma.
Un compromiso mortal es una novela engañosa, emocionante y plagada de diálogos memorables. Una nueva estrella en la polifacética bibliografía de Vílchez.