Cuando Mike Mignola presentó a Sir Edward Grey en el primer volumen de Cazador de Brujas, lo hizo con una idea clara: explorar los rincones más oscuros del Londres victoriano a través de un personaje que, sin necesidad de músculos ni bravatas, encarnaba la lucha contra lo oculto con una mezcla de intelecto, melancolía y determinación. Ese primer tomo nos introducía a un investigador de lo paranormal al servicio de la Reina, enfrentado a cultos, espectros y conspiraciones que se deslizaban entre las sombras de una ciudad que parecía pudrirse desde dentro. Era una obra contenida, atmosférica, con ecos de Sherlock Holmes y tintes de horror gótico. Pero también dejaba claro que había mucho más por contar.
Un segundo volumen que repite la misma fórmula
Norma Editorial nos trae ahora el segundo volumen en su edición integral, y lo hace con una selección de historias que no solo expanden el universo de Sir Edward Grey, sino que lo llevan a sus últimas consecuencias. Aquí no hay relleno ni complacencia: cada relato —La ciudad de los muertos, Las puertas del cielo, El reinado de la oscuridad y La gran ventisca— aporta una pieza al rompecabezas emocional y narrativo del protagonista. Y lo que emerge es un retrato más complejo, más sombrío y más humano, mejorando bastante lo que ya habiamos leído en el primer tomo (que también fue más de presentación).

Es verdad que se nos ha hecho un poco pesado, no es el tipico cómic para devorar en una tarde. La historia se vuelve más reflexiva y mças densa, e incluso diría que más filosófica. Grey se enfrenta no solo a criaturas y amenazas sobrenaturales, sino a las consecuencias de sus propias decisiones, a la fragilidad de sus convicciones y al peso de un mundo que cambia demasiado rápido para los que aún creen en el orden y la razón.
Unos personajes muy bien elaborados
Uno de los grandes aciertos de este volumen es cómo se manejan los personajes secundarios. No están ahí para adornar ni para servir de excusa narrativa: cada uno tiene una función clara, una voz propia y una relación significativa con Grey. Desde aliados que desafían su visión del mundo hasta antagonistas que revelan verdades incómodas, el elenco se siente vivo, coherente y bien integrado en el tono general de la obra.

Grey, por su parte, se consolida como un protagonista atípico: reservado, elegante, pero profundamente marcado por la duda (siendo esto último quizás lo más llamativo de este ejemplar). Su evolución no es explosiva, sino sutil, como quien se va desmoronando por dentro mientras mantiene la compostura. Es un personaje que no necesita gritar para que lo escuchemos, y eso lo hace aún más interesantefzx.
¿Os recomendamos Sir Edward Grey: Cazador de Brujas Volumen 2?
Sir Edward Grey: Cazador de Brujas Volumen 2 no es solo una continuación: es una culminación, un cierre que pone el broche a una muy buena historia. Todo esto lo convierten en una obra imprescindible para los amantes del Mignolaverso y del cómic en general. Sir Edward Grey es un título que exige atención, que recompensa la relectura y que deja una huella silenciosa pero persistente. Y eso, en estos tiempos de ruido y velocidad, es casi un milagro.

























