No hay tumba es la nueva aventura del increíble dúo que forman Skottie Young y Jorge Corona, el cual hemos podido disfrutar en otras obras como Middlewest. Norma editorial es la encargada de publicar este cómic en un formato cartoné compuesto por 152 páginas.
Antes de entrar en más profundidad, quiero destacar que No hay tumba es un cómic diferente. Muestra una historia dura y muy interesante. Pero lo que más destaca es la cantidad de viñetas sin un sólo diálogo ni descripción. En este punto creo que lo que el equipo artístico ha pretendido es contar una historia difícil dando un gran protagonismo al dibujo. Skottie Young realiza la función de guionista en esta obra, pero también destaca por ser un grandísimo ilustrador. Y creo que eso le ha llevado a desarrollar una historia centrada en un largo viaje, donde solo el silencio acompaña a los increíbles dibujos de Jorge Corona, permitiendo así lucir todo su potencial.
Sinopsis de No hay tumba.
La protagonista de esta aventura es Ryder, una famosa forajida que decidió retirarse en un rancho tras enamorarse y te formar una familia. Olvidado su pasado, los tres son felices hasta que una amarga noticia desestabilizará los cimientos de su felicidad: tiene una enfermedad terminal.
Pero Ryder no es de las que se quedan de brazos cruzados esperando a la muerte. Decidida a pasar más tiempo con su familia, emprende un viaje al lugar más sombrío, encontrarse cara a cara con la muerte, y matarla para poder volver con su familia.
El lector acompañara a Ryder en su búsqueda de la ciudad de los muertos, lugar donde reside la parca. Pero el viaje no será fácil, y nuestra querida forajida no es la única que ha emprendido una búsqueda. La muerte también la busca a ella, y ha puesto precio a su cabeza.
Skottie Young al guion.
Aunque Young es un increíble ilustrador (I hate Fairyland, Cohete Mapache, OZ), también es capaz de escribir grandes historias, tal y como demuestra en las obras mencionadas. Y No hay tumba reafirma este hecho.
Lo primero que destaca es la estructura de la historia, compuesta por cinco capítulos, cada uno relacionado con una de las fases de la muerte (negación, ira, negociación, depresión, aceptación). Ryder tiene una enfermedad terminal, y el lector la acompañará en cada una de las fases de este duro proceso. Aunque Ryder tiene sus propia forma de afrontarlas.
También destaca como se ha mencionado anteriormente la ausencia de diálogos y descripciones en un gran número de viñetas. Como gran conocedor de la labor artística, Young ha querido dejar que su compañero Jorge Corona se luzca a los lápices. Y no solo eso. Sino que el silencio da un mayor peso al duro viaje que está recorriendo Ryder.
Durante la búsqueda de la muerte, a Ryder le irán asaltando los recuerdos de su pasado, tanto de su época como forajida como de sus momentos en familia. Young muestra al lector estos flashback en mitad del viaje, sin aviso, dejando que al lector se le mezcle presente y pasado, como si también le asaltaran de repente.

Jorge Corona y su majestuoso arte
Jorge Corona tiene un arte bastante semejante al de Skottie Young. Pero su trazo es mucho más limpio y sus ilustraciones están llenas de detalles. Además, el artista tiende a exagerar ligeramente los rostros, lo que le permite otorgarles una gran expresividad.
Pero donde realmente destaca el artista es en el diseño de personajes. No solo los vivos. Sino también en la gran labor que realiza ilustrando esa ciudad de ultratumba donde Ryder busca desesperada a la muerte.
El arte es cosa de dos
Si bien es cierto que Corona hace un grandísimo trabajo, no es menos cierto que el color de No hay tumba permite potenciarlo todavía más.
Esta labor la encarna Jean-Francçois Beaulieu, quien ya a trabajado con Young y Corona en otros trabajos además de en algunos números de la considerada mejor obra de superhéroes: Invencible. Y es que su paleta colorida encaja a la perfección con ellos. Sin duda este trío artístico es una apuesta segura.
Conclusión
No hay tumba fue elaborada con una idea muy clara: narrar las cinco fases por las que los pacientes transitan ante una enfermedad terminal. Y para ello se ha utilizado una historia llena de acción, con un personaje principal fuerte que buscará cualquier forma de estar todo el tiempo con su familia. Aunque eso signifique alejarse de ellos para batirse en duelo con la misma muerte.
Sin duda, Young ha conseguido lo que se proponía. La historia tiene un principio y un final, pero la sensación que deja al lector es de que todo ha pasado demasiado deprisa, de querer que la historia continúe, de alargarla un poco más. Igual que pretende hacer Ryder con su vida. Pero no siempre se puede, ¿no?
El dibujo de Corona brilla por si solo. La ausencia de descripciones y diálogos en muchas viñetas permiten al artista brillar todavía más, cayendo sobre sus lápices todo el peso de la narración. La expresividad que consigue trasmitir a los rostros permiten al lector conocer a fondo a Ryder. Esto, junto con los flashbacks intercalados que usan como elemento narrativo durante el viaje de la protagonista, permiten construir un personaje profundo en muy pocas páginas.
No hay tumba es un cómic duro, con una temática del oeste que esconde una historia difícil de tratar. Sabiendo esto, creo que es un cómic para todo tipo de lector. Cualquier persona puede disfrutar de esta obra (niños pequeños aparte, por el tema de la misma).
Por mi parte, seguiré de cerca las publicaciones de este conjunto de artistas, porque por el momento no hay historia que no me haya gustado y haya disfrutado.
























