Libertalia es un cómic escrito por Rudi Miel y Fabienne Pigière. Del dibujo se encarga Paolo Grella. Norma Editorial es la encargada de traer a España esta historia que retoma el concepto de «libertalia» como sociedad libre e igualitaria para todos sus ciudadanos.

La edición de esta obra es la propia del género europeo: tomo en formato cartoné de gran tamaño.

En mayor o menor medida, a todo el mundo le suena Libertalia. Al menos saben que esta palabra está relacionada con piratas. Concretamente con una ciudad pirata escondida en una isla desconocida dónde formaron una sociedad justa e igualitaria, cercana a una primera teoría comunista, en la que todos trabajan y comparten los frutos de su esfuerzo.

No se sabe a ciencia cierta si esta utopía existió, o es producto del imaginario literario. Pero a los autores de Libertalia les ha servido para realizar una interesante reflexión en formato cómic sobre los ideales sociales, la condición humana y la posibilidad de crear una ciudad justa e igualitaria.

Misson es un noble francés que se opone a la esclavitud propia del siglo XVII y XVIII. Tras embarcar como oficial en un buque, llega a Italia, donde conoce a un cura llamado Carracioli, quien comparte su interés por la libertad y la utopía (se conocen buscando un libro de Tomás Moro titulado Utopía).

Un tiempo después, un barco inglés ataca al buqué de los protagonistas y, después de una sangrienta batalla, los franceses se hacen con la victoria. Pero el capitán muere y Carracioli propone a Misson como nuevo capitán, para alegría de la tripulación. Tras este cambio de jerarquía, deciden proclamarse hombres libres, ajenos a cualquier país.

Tras varias aventuras, llegan a Juana, una isla cuya tribu les da la bienvenida, e incluso realizan ciertas alianzas. Esto permite a Misson conocer la isla de Madagascar, un lugar desconocido donde pueden formar una colonia .

Una vez formada la colonia, los dos amigos comienzan a trabajar en una sociedad basada en la libertad, la igualdad y la justicia. Pero poco a poco sus métodos y objetivos comienzan a desviarse. Misson teme un ataque a Libertalia que extermine su sociedad libre, y comienza a viajar y atacar barcos con la intención de conseguir oro suficiente para construir defensas y comprar armas para proteger la colonia. Por otro lado, Carracioli cree que el objetivo de Libertalia no debe ser acumular bienes materiales, sino luchar por liberar al mayor número de esclavos posibles y hacer que la sociedad crezca cimentándose en los ideales con los que se fundó. Este contraste de opciones se mantendrá durante toda la obra, permitiendo así a los autores reflexionar sobre la idea de una sociedad utópica basada en la libertad, la justicia y la igualdad de sus ciudadanos.

Las ideas detrás de Libertalia

Rudi Miel y Fabianne Pigière colaboran para crear esta historia de sociedad e ideología camuflada tras una historia de piratas. En ella, se puede encontrar un gran trabajo de reflexión sobre la sociedad y los individuos que la componen. Parece que la idea central detrás de Libertalia es justo esa reflexión. De esta forma, todo lo que lo acompaña no es más que un pretexto para plantear y exponer correctamente este tema.

Esto se nota en la breve introducción que le dedican a los protagonistas. No importa quienes son ni de donde vienen, sino que lo principal son los valores e ideas que llevan consigo. Lo verdaderamente destacable de Carracioli y Misson son los puntos de vista que aportan al concepto de Libertalia.

Por ello, Miel y Pigière han estructurado la obra de una forma muy concreta, donde el nudo ocupa casi toda la obra, viéndose reducido dramáticamente tanto la presentación como el desenlace. El inicio carece de importancia, y está construido nada más que para darle cierta sensación de historia, con una cronología y unos personajes. Y el desenlace es la consecuencia directa de todo lo que ocurre en el nudo. Esto parece algo lógico y nada destacable. Pero en Libertalia es distinto: los personajes no importan, son herramientas, vehículos usados por los guionistas para plasmar sus ideas. Tiene un gran peso en cuanto a que es donde realmente plantea una hipótesis, una reflexión sobre lo visto en el resto de la historia.

Lo importante son los ideales que se presentan en la historia en sí. Y es que toda la obra trata de lo mismo: la idea de una sociedad aislada del resto del mundo, donde sus habitantes vivan de forma libre e igualitaria, donde no haya esclavitud (algo destacable en la época en la que se ambienta la historia), ni jerarquías, ni riquezas individuales. El concepto de comunidad es lo que se antepone al resto de conceptos.

Pero esta nueva sociedad puede enfocarse desde diversos puntos de vista. Aquí entran en juego Misson y Carracioli, quienes representan dos perspectivas distintas de la idea de «libertalia». Son dos formas de alcanzar un mismo fin. Y lo que los guionistas hacen de forma brillante es unir todo y presentárselo al lector como eje central de una historia que en una primera impresión podría conducir a pensar en una historia de piratas. Y piratas hay, pero son algo secundario o incluso terciario en esta historia.

El dibujo de la sociedad

Paolo Grella es el encargado de dibujar esta historia. Con una belleza propia del género europeo, Grella hace un magnifico trabajo. El estilo que utiliza recuerda a los cómics antiguos o a algunos libros de cuentos ilustrados. Con un trazo rápido, el detalle se pierde en la mayoría de viñetas, pare permitir al color protagonizar la escena.

Este trazo casi garabateado puede perjudicar al lector a la hora de reconocer a algunos personajes no protagonistas, pero el estilo de ilustración antigua encaja muy bien con la historia y la tensión que quiere transmitir la obra.

Todo esto no eclipsa que Libertalia sea un cómic europeo, con todos los rasgos y virtudes propias del género. Muchas páginas tienen una composición de viñetas con un número elevado de las mismas, lo que no permite lucir el dibujo. Pero en otras hay hueco para viñetas grandes, que muestran escenas de naturaleza, como las olas del mar siendo surcadas por grandes galeones. Es aquí donde Paolo Grella muestra todo su potencial.

Para darle color

El dibujante se atreve también a dar color a esta historia de filosofía y sociedad acompañada de piratas. Y en esto también realiza un gran trabajo.

Con un estilo acuarela incompleto, consigue dar una gran luminosidad y un tono acorde a la historia que nos cuenta. En el color también se asemeja a los libros ilustrados de cuentos clásicos de antaño.

Sin destacar en nada, consigue hacer un gran trabajo en cuanto al color, a pesar de que no termina de ayudar a la hora de reconocer personajes secundarios. Grella utiliza un demasiada fluidez y rapidez tanto en el trazo como en el color, mezclándose ambas cosas y dificultando lo comentado.

Conclusión de Libertalia

La premisa detrás de Libertalia no es un mero entretenimiento para los lectores. La trama no es importante, pero sí la reflexión que ella encierra. Como muestra la sinopsis de la obra, «esta mítica colonia, en la que los piratas crearon una sociedad de justos e iguales, sirve a los autores de este cómic para hacer una cruda reflexión sobre el choque de los ideales utópicos con los aspectos más turbios de la condición humana«.

Esta frase define a la perfección lo que es Libertalia. Y los guionistas saben como presentarlo de forma interesante. Jugar con los dos protagonistas como representantes de dos ideales para exponer a lector diferentes puntos de vista. Hay que reconocer que han realizado un gran trabajo a la hora de plasmar un tema así de forma interesante y entretenida para el lector.

El dibujo de Grella cumple su función, la acción se entiende y nos regala algunas viñetas de una belleza acogedora. Pero el fallo se encuentra en los rostros de los personajes (algo que pecan muchos cómics). Los protagonistas son fáciles de reconocer, pero algunos personajes secundarios son difíciles de ubicar, lo que dificulta la lectura. En el color ha hecho un gran trabajo, a pesar de que en ocasiones agrava lo mencionado anteriormente. Este color con un dibujo más definido hubiese llamado la atención de la crítica.

Libertalia es un cómic que me ha gustado bastante. Aun así, creo que es una historia que gana mucho con una segunda lectura. No lo recomendaría a nuevos lectores del noveno arte, salvo que le gusten los temas de este calibre.

Por último, mencionar el acierto de Norma Editorial por publicarlo en un integral compuesto por los 3 tomos que forman la historia. Creo la lectura de esta obra gana mucho al poder zambullirse dentro de ella, y no tener que esperar meses para la publicación del siguiente tomo.

 

 

 

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