
La sopa es una cuento tan sutil como entrañable. Cuenta con un mensaje que, una vez te alcanza, te arropa incluso en el día más gélido. Ilustrado y escrito por Blanca Caminal, el libro publicado por Carambuco Ediciones ganó el premio Mercè Llimona i Raymat 2025.
El cuento trata sobre las despedidas, el duelo y el poder oscilante de los recuerdos. Una idea con la que es fácil de conectar, pero difícil de trasmitir. Más cuando tu público apenas está aprendiendo a leer.
De entrada, les niñes no lo van a entender. Incluso diría que muchos adultos tampoco, sobre todo si se limitan a hacer la lectura superficial del cuento de antes de dormir. ¿Un oso que se pone triste porque se le acaba la sopa, hasta que hace más? Sin embargo, si lo contemplamos con un poco más de cuidado, algo más de mimo, nos encontramos con algo tan tierno como melancólico.
Como el poco texto que tiene son onomatopeyas, el poder del mensaje se encuentra en las ilustraciones. Y este parte de la misma portada, con mamá osa llenando unos recipientes de sopa.
Fondos simples, líneas irregulares, estructuras planas sin perspectiva, todo utilizando pinceles que aparentan ser creyones. Una descripción que encaja con el dibujo de un niño, aunque Caminal no se sale de las líneas. Esa sencillez lo vuelve cálido y cercano. Sin embargo, esa misma simplicidad oculta a plena vista la historia que realmente quiere contar. Un cuento en el que mamá osa ya no está, en el que oso lidia con la pena como puede mientras agota la sopa que le queda en la nevera. La misma que vamos a su madre preparando en la portada.

La tristeza no está en que se que ha acabado la sopa y tiene que hacer más, sino en que ya no habrá más. Su madre ya no está. El oso no quiere salir de casa, ni encender las luces, solo sumirse en su tristeza.
Sin embargo, la autora resignifica la sopa cuando el oso toma la decisión de hacerla por sí mismo, siguiendo la receta de su madre. Es de esta forma que él reconecta con los recuerdos que tiene de su madre y los mantiene cerca. Es así como una receta termina convirtiéndose en un nexo que le aporta alegría. Algo parecido a lo que son los sándwiches de mermelada de naranja para Paddington.
La sopa es un cuento precioso, tanto en su estilo como en su significado. Sin embargo, no creo que ningún niño pueda entenderlo. Aún así, puede ser un recurso útil para que los adultos ayuden a los más pequeños a comprender el duelo. Sobre lo importante que es mantener a esas personas presentes a través de los recuerdos y vincularlos a acciones felices, incluso si hemos tenido que despedirnos.
























