Historia fascinante y cuidadosamente construida sobre la impunidad en redes sociales, el descubrimiento del otro y la empatía.

Crítica de Hugo Mier Calleja.

Pedro es un tipo cualquiera: trabaja en un club de golf, está divorciado, tiene una hija adolescente, vive en un chalé heredado de sus padres y alquila una habitación para complementar sus ingresos. Una noche, envalentonado por el alcohol, escribe un comentario muy agresivo y lleno de odio en la red social de una famosa presentadora que se niega a desconectar el respirador que mantiene con vida a su hija en estado vegetativo. A la mañana siguiente, Lina, la presentadora, aparece en su casa interesada en alquilar la habitación y confrontar a Pedro, generando una situación surrealista que según va evolucionando, cambiará la vida y la perspectiva de ambos.

Retomando el corto con el que ganó el Goya en 2021, Javier Marco amplía la idea inicial y la lleva hasta sus límites, creando una historia que va más lejos, profundizando en los personajes y la relación entre ellos, en un filme que es mucho más que una versión extendida del corto: se parte de la misma premisa, pero a través del trabajo de guion y dando un gran margen de improvisación a los actores, se crea una historia que da una nueva dimensión a los personajes y sus relaciones, invitando al espectador a un juego de identificación con ambas partes.

A la cara” se construye sobre dos pilares fundamentales: el guion y la interpretación. La historia está creada desde una premisa clara: una víctima de acoso en redes tiene la oportunidad de enfrentarse a uno de sus acosadores y obligarle a que se responsabilice de sus actos. Esta es la idea principal en el corto, pero la película, en su extensión de 95 minutos (que pasan en un suspiro) permite a los personajes experimentar respectivos arcos que les llevarán a cambiar, pero sobre todo, darse cuenta de que en realidad, son más parecidos de lo que creen y que en el fondo, ambos están haciendo lo mismo y pasando por situaciones parecidas. En este punto, el juego de identificación con los protagonistas de la película adquiere una nueva capa en el momento en el que uno se ve reflejado en el otro.

Otro punto fuerte es cómo evoluciona el tono de la película. Al principio es casi una comedia, al plantear esta situación tan peculiar que desborda a Pedro, que no sabe muy bien cómo actuar y se deja llevar movido por los remordimientos. Luego la película se va transformando en un drama intimista, pero con una intensidad contenida que no llega a ahogar al espectador. Hay un esfuerzo consciente y palpable de dar fluidez y no forzar el ritmo ni las emociones en ningún momento. En este sentido, es una película honesta y respetuosa con la audiencia.

La conclusión es que ”A la cara” es altamente recomendable. Se agradece que se hagan películas que planteen dilemas morales desprejuiciados y sin maniqueísmos. Cualquiera se puede identificar en mayor o menor medida con uno de los protagonistas o con ambos, pero en ningún momento tendrá la impresión de estar siendo llevado forzadamente a una postura o a otra. En definitiva, es una película inteligente, honesta y bien hecha.

Natalia Calvo Torel
Escribo, transcribo y traduzco cuando no estoy aspirando pelos de mis gatos, aunque de verdad soy arqueóloga medievalista. Trabajo en la organización de la Semana Negra de Gijón y os cuento mis historias en Fantasymundo desde 2005. A veces logro que la pila de libros pendientes baje un poco, aunque necesitaré una casa nueva en breve. ¡Aúpa ahí!

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