Chains of Freedom — Análisis

Chains of Freedom es un juego de estrategia por turnos ambientado en una distopía que no se puede definir como amigable. Situados en la Europa del Este, unos macabros experimentos han causado estragos como mutaciones y demás horrores a los que tendremos que hacer frente.

Estrategia por turnos, ya me sitúo

A quienes estén acostumbrados al género, Chains of Freedom les será más ameno en cuanto a jugabilidad. Aunque innova con su capa de exploración en tiempo real entre combates, se toma bastante en serio su componente estratégico. Los encontronazos giran en torno a turnos tácticos, donde tendremos ciertos puntos de acción con los que jugar. Cada miembro de nuestra cuadrilla podrá gestionarlos como desee, ya sea en movimientos, ataques o el uso de habilidades especiales.

Además de su capa superficial, tendremos disponible ciertos recursos que nos harán jugar con ventaja en nuestras escaramuzas. Tanto las armas que podamos portar, así como nuestro equipo especial o las posibilidades de recibir apoyo, hacen de nuestros turnos algo más llevadero. A todo esto tenemos que sumarle las mejoras que podremos ir desbloqueando, brindándonos habilidades (pasivas o no) que nos facilitarán algo las cosas.

Historia con potencial, pero totalmente desaprovechada

Es una pena que, con la buenísima ambientación que se gasta Chains of Freedom tengamos que ponerle una pega tan grande a su historia. Asentados en la Europa del Este, debido al impacto de un asteroide comienzan a surgir mutaciones a causa de una enfermedad desconocida. Nuestro escuadrón militar debe proteger la integridad del «Estado Soberano», por lo que tenemos que hacer frente a las amenazas. Para intentar frenar las amenazas nos encomiendan a un viaje en helicóptero.

Triste casualidad, nuestro medio de transporte sufre un accidente algo más que predecible, por lo que debemos reagruparnos para no perder los papeles. Una vez nos hagamos con el control de la situación, nuestro cometido será bastante lineal y directo, algo que le lastra profundamente. La historia podía dar mucho más de sí, y es una pena que no se le saque toda la chicha que podría ofrecer.

Una de cal y otra de arena

A pesar de que el sistema de cristales que desbloquean ciertas habilidades puede parecer interesante, tristemente Chains of Freedom flaquea en este aspecto. Algunas habilidades sencillamente no cumplen una ventaja real y apenas influirán en nuestro desempeño. Las más interesantes requieren de un descalabro jugable, sin llegar a recompensar al jugador todo lo que requieren para su desbloqueo.

El uso del inventario también se podría haber mejorado (y con creces), ya que tendremos que cambiar de arma continuamente, gastando puntos de acción preciados para salir victoriosos de los combates. Esto es una pena, ya que al final acabaremos por mantener el mismo ritmo de ataque sin variar, simplemente por el hecho de no malgastar puntos de acción. Este aspecto es de crucial mejora, ya que aumenta en demasía la curva de dificultad, y aunque solo fuera poder atacar cuerpo a cuerpo sin consumir puntos de acción al cambiar de arma ya sería toda una victoria.

Los combates bien, pero con ciertos matices

Los combates por turnos están bastante bien, a pesar de lo que se menciona en el párrafo anterior. El sistema de coberturas es interesante y está bien implementado, además de tener una buena variedad de armas. Sin embargo, la imposibilidad de alterar el estado de los escenarios empaña la sensación de profundidad que pretendían transmitir. Una vez nos hagamos con las mecánicas de combate no nos costará mucho hacernos a la idea de los enfrentamientos, aunque tendremos picos de dificultad más elevados conforme avancemos en la historia.

Otro aspecto que lastra su jugabilidad es el sistema de fabricación, algo necesario debido a la escasez de recursos a lo largo de nuestra aventura. La falta de munición y suministros nos hará pensar dos veces si nos merece la pena explorar una zona remota y arriesgarnos a sufrir una emboscada. Con la posibilidad de usar armas cuerpo a cuerpo, podremos realizar bajas silenciosas si somos lo suficientemente eficientes; eso sí, estaremos a merced de los enemigos si no somos todo lo letales que deberíamos.

Su mejor baza, la ambientación y su mundo

En el apartado gráfico, Chains of Freedom destaca creando una sensación distópica de desolación, desconocimiento y hostilidad excelente. Con una paleta de colores lúgubre y desalentadora, profundiza perfectamente ese sentimiento de desesperanza. La iluminación es justo como tendría que ser, con sus altibajos y esa sensación de presión. Los entornos están derruidos y por lo general en decadencia, con gran parte de edificaciones derrumbadas. Es justo lo que podemos esperar, y nos lo muestra con un buen nivel de detalle.

La banda sonora acompaña nuestra jugabilidad, aunque no podemos decir que nos llegue a marcar. Tenemos puntos álgidos en algunas zonas, pero nada reseñable. Los efectos sonoros están ahí y cumplen, sin despuntar, pero eficazmente implementados. El movimiento de nuestro pelotón es fluido y sin quejas, al igual que las rutas que trazan los enemigos y su naturalidad en el movimiento.

Por terminar de sacarle punta

Uno de los mayores problemas que presenta el juego es intentar hacer lo que ya conocemos de otras franquicias como XCOM, pero introduciendo ciertos cambios que no llegan a cuajar del todo. Con una historia que podía dar mucho más de sí, la linealidad con la que se trata le hace un flaco favor, y aunque tenemos la posibilidad de tomar decisiones, no son lo suficientemente interesantes.

Conclusión

Los puntos más interesantes de Chains of Freedom son su presentación de los acontecimientos, la ambientación tan decadente y distópica, y una premisa interesante. Conforme avanzamos en la historia, no llega a enganchar como debería, y a pesar de tener ciertas opciones como la fabricación o la exploración libre, no parece ser suficiente. Una entrega que puede entretener a los más curtidos en el género, pero que probablemente no sea la mejor opción para quien no esté familiarizado.