Si el primer tomo de Casanova ya nos pareció una propuesta original y muy distinta de lo que esperábamos encontrar entre sus páginas, tenemos la suerte de poder adelantaros que este segundo volumen publicado por Norma Editorial lo mejora en prácticamente todo. Matt Fraction, Gabriel Bá y Fabio Moon han conseguido mantener la esencia del original y ampliarla con más personajes, más acción, más caos… y, sorprendentemente, más coherencia dentro de ese caos.
Desde las primeras páginas se nota que Casanova Volumen 2 sabe exactamente lo que quiere contar. Donde el primer tomo nos lanzaba a una trama de espías, realidades alternativas y traiciones, aquí nos explica cómo funciona el mundo y cuáles son las reglas internas en las que se apoya para que, como lectores, sepamos a qué nos estamos enfrentando. Vamos a verlo.

Una historia de identidades ocultas
Sin entrar en ningún momento en el terreno del spoiler, podemos confirmaros que volver a leer a Casanova Quinn supone saber algo más sobre este ladrón que tiene un pie en cada bando, pero ahora el personaje empieza a cargar con el peso de sus decisiones, con las consecuencias de haber jugado a ser quien no era, y eso lo hace más humano y nos permite entender mejor parte del dilema moral que empuja al personaje a hacer parte de las cosas que hace.
Lo más interesante es que Casanova 2 amplía también el papel de los secundarios. Zephyr, su hermana, gana un protagonismo que ya pedía en el primer tomo; y Cornelius Quinn, su padre, también se desarrolla más y parece ser un personaje más complejo de lo que esperábamos. Con este giro en los personajes protagonistas da la sensación de Casanova está pasando de ser una historia de espías y mundos paralelos, a una especie de tragedia familiar con tintes de ciencia ficción.
Fraction, Bá y Moon
Como era de esperar, Matt Fraction repite como guionista y eso se nota, sobre todo, en el tono de los diálogos y en los giros de guion que hacen que nunca tengamos claro por dónde van a ir los tiros de una página a otra. Sin embargo, en este segundo tomo la sensación de caos es mucho menor, quizás porque, como lectores, ya sabemos qué tenemos delante y eso permita jugar más con la estructura y los saltos temporales sin que se pierda el hilo de lo que nos están contando.
En la parte gráfica, el trabajo de Gabriel Bá y Fábio Moon (alternándose en distintas secciones del volumen) nos ha gustado mucho. Las secciones de Bá son más expresivas y son en las que ocurre la gran parte de la acción y los diálogos, mientras que Moon tiene un tono más onírico reservado para las partes más introspectivas de la historia.
Como ya decíamos en la reseña de Casanova Volumen 1, el color es importantísimo ya que cada arco y cada salto de realidad utiliza paletas distintas con muchísimo acierto y, aunque al principio cuesta acostumbrarse, una vez que estamos dentro es muy interesante.

Una edición a la altura de su rareza
La edición española de Norma Editorial sigue el estándar de calidad al que nos tienen acostumbrados: tapa dura, papel grueso y 224 páginas a todo color en un tamaño de 17 x 26 cm. Además, incluye material extra con bocetos y comentarios que ayudan a entender mejor el proceso creativo de los autores.
Visualmente, el acabado es impecable. El diseño de la portada mantiene la línea estética del primer tomo, con ese aire psicodélico que encaja tan bien con la atmósfera del cómic en la que, en este caso, Gula es la protagonista.
Casanova 2. Gula: Un cómic que se atreve a ser diferente
Casanova 2. Gula es más grande, más ambicioso y más redondo que su predecesor. Donde el primer tomo sorprendía por su historia y su estilo visual tan particular, este sigue ampliando todos esos puntos para demostrarnos que estamos ante una apuesta muy seria por parte de sus creadores. La obra mantiene ese tono de espionaje retro mezclado con ciencia ficción y estética pulp, pero ahora nos permiten conectar más con los personajes.
Como ya dijimos hace unas semanas, quizá no sea un cómic para todo el mundo —porque requiere ganas de dejarse llevar sin hacerse muchas preguntas—, pero para quienes disfrutaron del primero, este segundo volumen es una apuesta segura. Más ambicioso y más redondo.
























