Atlus da un paso para adelante con su icónica saga JRPG, dando al final de este año un broche de oro para Nintendo Switch
El caso de Shin Megami Tensei es curioso. Comenzó junto con los grandes JRPGs como Dragon Quest o Final Fantasy, allá por 1987 con Digital Devil Story – Megami Tensei (MSX / FM/77 / PC-88 / Famicom), pero no consiguió la popularidad de sus compañeros, sobre todo en tierras occidentales. Sin embargo, si hablamos de su saga Spin-off, Persona, la cosa cambia y mucho. Se ha convertido en una de las más conocidas y veneradas por los jugadores actualmente. Lo curioso de todo esto es que, al ser un Spin-off, gran parte de las mecánicas de Persona están heredadas de la saga troncal, como puede ser el sistema de combate en gran medida, los enemigos y la posibilidad de capturarlos, o la exploración por mazmorras.
Tras el gran éxito que ha tenido Persona 5, era hora de que Atlus se pusiera las pilas con su saga principal, y vaya que si lo ha hecho. Shin Megami Tensei V, para abreviar SMTV, ha dado un paso hacia adelante en la saga, gracias a unos combates muy apurados y exigentes, unos escenarios amplios con mucha verticalidad que invitan a la exploración, y una dirección artística con mucho carisma.
Combates muy exigentes
Pero sin duda lo que más nos ha sorprendido desde los primeros minutos de juego es la exigencia que transmite. Llevábamos tiempo sin experimentar unos combates tan duros en un JRPG. Precisamente, el último juego analizado por un servidor fue Voice of Cards, otro JRPG que, en comparación a este, parece un juego de niños respecto a la dificultad. Jugando en la dificultad por defecto, Normal, no es nada raro que en un descuido tonto, un mob de los que aparecen deambulando por el escenario destruya en cuestión de segundos nuestro grupo perfectamente equilibrado en un solo turno, dejándonos con cara de idiotas mientras cargamos el último punto de guardado de hace dos horas (Sí, basado en hechos reales).
Normalmente, un experimentado jugador de JRPGs se le puede hacer difícil determinados jefes, pero en general la experiencia no suele ser muy difícil siempre que vayas con buen nivel y equipo. Con SMTV el sistema nos enseña a que debemos aprovechar a muerte las debilidades de los oponentes, ya que ellos harán lo mismo con nosotros, y no van a tener piedad ni un segundo.
Ángeles vs Demonios
Pero dejemos un momento las batallas para hablar de la historia del juego: en esta ocasión el protagonista de nuestra historia vuelve a ser el típico estudiante de instituto callado sin nombre (ya que lo ponemos nosotros) que, tras unos minutos de introducción, se verá trasladado a un Japón post-apocalíptico, llamado Da’at. Nuestro protagonista enseguida conocerá a Aogami, un demonio con el cual se fusionará para convertirse en un Nahobino, poderoso ser mitad humano, mitad demonio (y de paso te deja un pelazo que lo flipas). Nuestro objetivo en un principio será descubrir qué ha pasado con Japón, al mismo tiempo que buscamos a nuestros amigos desaparecidos. Esto dará lugar a una extraña historia de guerras entre Ángeles y Demonios, que se nos va narrando a cuenta gotas conforme avanzamos y acabamos con durísimos jefes. Al contrario que en Persona, parece que aquí los combates están por encima de la historia.
Debilidades, fortalezas y turnos extra…
La saga siempre ha sido una especie de Pokémon versión demoníaca: en vez de capturar bichillos adorables, tendremos que reclutar demonios, lo que viene siendo entidades basadas en leyendas y mitos de diferentes culturas, desde Loki y Thor a Jack Frost o Shiva. Cada demonio tiene sus afinidades elementales, fuertes a un elemento pero débiles a otros, y el sistema de combate se basa totalmente en aprovechar estas fortalezas y carencias, ya que de esta manera podremos alargar nuestro turno: si por ejemplo nos enfrentamos a un enemigo débil al fuego y le atacamos con dicho elemento, no solo le haremos más daño, si no que conseguiremos un turno extra para nuestros aliados.
Esto nos permite, si sabemos sacarle ventaja, encadenar combos de ataques efectivos. Esto alargará la ronda de ataques, lo que se traduce en más daños para el enemigo en un solo turno. Por contra, esto también ocurre de forma negativa con los bloqueos y absorciones de los ataques. Si atacamos a un enemigo con contra el que tiene protección, el daño quedará bloqueado totalmente, o incluso podría absorberlo. Y por si fuera poco, se le añade que además se nos restará un turno, haciendo que nuestra ronda de ataques termine antes.
…Un arma de doble filo
Este sistema funciona tanto para aliados como enemigos… Y esta es la causa de que los enemigos puedan acabar con nosotros de un plumazo. La IA del juego no se anda con chiquitas. Si hay un miembro de nuestra party débil a un ataque que el enemigo pueda realizar, ese enemigo lo va a aprovechar, irá a degüello a por nosotros. Así conseguirá otro turno extra para seguir haciéndonos daño. Por ello, luchando contra jefes a veces es casi indispensable evitar que llegue el turno del enemigo, ya que de un solo golpe nos aniquilará. Aún así, el juego nos permite prepararnos bien para ello. Podremos usar unos ítems que bloquean ataques del enemigo, utilizar espejos que nos permiten ver las debilidades del demonio… O incluso podremos simplemente preparar nuestro grupo con resistencias a los ataques del jefe en cuestión.
Magatsuhi: úsalo con cabeza
Si ha esto le añadimos el poder Magatsuhi, que viene siendo una especie de modo turbo que funciona tanto para aliados como enemigos, el rizo se riza todavía más. Cuando llenamos la barra de Magatsuhi (lo podemos hacer de diversas maneras que iremos desbloqueando) este poder nos permite, principalmente, que todos los ataques que realicemos en nuestra ronda sean críticos. Esto no solo significa daños masivos para el enemigo, si no que al ser daño crítico, recibimos un turno extra por cada ataque. Por contra, los enemigos también cuentan con este poder, de modo que más nos vale prepararnos bien cuando vayan a darle uso si no queremos ver la pantalla de Game Over. Posteriormente desbloquearemos nuevos efectos para el poder de Magatsuhi que se traducirán en grandes ventajas, como que los ataques solo gasten un punto de magia, recuperar MP para toda la party, o duplicar la cantidad de dinero y experiencia que obtendremos en ese combate, por poner algunos ejemplos.
Para preparar a nuestro equipo para estas duras batallas, podremos utilizar un elemento llamado Gloria, el cual obtendremos de personajes y objetos escondidos por los escenarios. Con este material, si entramos al Mundo de las Sombras desde cualquier punto de guardado, podremos gastarlo en diferentes y jugosas habilidades pasivas llamadas Milagros. Con estos Milagros podremos conseguir efectos pasivos como mejorar el daño de Nahobino en el elemento que queramos, poder llevar más demonios en el banquillo, o que puedan aprender más habilidades.
Pronto nos daremos cuenta que la Gloria es indispensable para la mejora de nuestro protagonista, por lo que el juego hace indispensable que exploremos bien cada recoveco de sus escenarios para encontrar dicho recurso. Un recurso por cierto bastante escaso, de modo que más nos vale adquirir los Milagros que mejor se adapten a la forma que queremos jugar. En definitiva, tendremos que planear una build para obtener mejoras que encajen con ella en vez de adquirir mejoras a lo loco.
¿Hazte con todos?
Para reclutar demonios, en lugar de lanzarles una pokéball, tendremos que convencerlos hablando con ellos para que se unan a nosotros. Dependiendo del demonio en cuestión tendremos que saber cómo proceder a la hora de contestarles. Por ejemplo, a los demonios más agresivos habrá que contestarles con precaución; En cambio, a los asustadizos hay que tratarlos con cuidado para que no huyan. Incluso tendremos que pagarles con dinero, puntos de vida o magia para convencerlos. Por otro lado, en el Mundo de las Sombras, podremos fusionar los demonios reclutados para crear otros más poderosos, registrarlos para tenerlos “guardados” por si los queremos volver a invocar en caso de fusionarlos, o incluso utilizar esencias en ellos, lo que viene siendo transmitirle habilidades de otros demonios. Con todo este sistema el juego nos da un montón de posibilidades para afrontar sus retos y personalizar nuestro equipo.
Ya decíamos antes que la saga ha dado un gran paso respecto a anteriores entregas con los escenarios y el diseño de niveles. Y nos atrevemos a decir que lo visto en SMTV será un referente para Persona 6. En lugar de basar sus escenarios en mazmorras estrechas y laberínticas, el Tokio post-apocalíptico de SMTV es lineal pero muy abierto, con grandes zonas interconectadas con multitud de elementos verticales que invitan a la exploración e incluso tienen algo de plataformeo.
Por contraparte, avanzando el juego, en ciertos puntos de la trama tendremos que investigar edificios repletos de demonios. Es decir, aquí el juego se transforma en un Dungeon Crawler clásico, con pasillos laberínticos, trampas, y pocos puntos de guardado que nos pondrán en tensión en más de una ocasión.
Sed precavidos: guardad la partida
No podían faltar las misiones secundarias que ciertos demonios nos encargarán. Normalmente se tratará de acabar con ciertos enemigos o un mid-boss bastante fuerte. El problema es que el juego muchas veces ni siquiera te avisa de que vas a combatir. Por ejemplo, un Demonio te pide un ítem que da otro demonio. Vas a la zona indicada en el mapa para hablar con dicho demonio y la conversación desemboca en un combate que no esperabas y para el que no estabas preparado. Por supuesto, esto probablemente acabe en Game Over. Por ello es completamente necesario que guardemos la partida muy a menudo. En nuestro caso solemos guardar cada diez minutos sin exagerar, pero es que más vale prevenir que curar.
Todo este asunto de la dificultad puede abrumar a mucha gente, pero tranquilos: si sois de los que quieren disfrutar del juego sin problemas, sabed que hay hasta dos dificultades más fáciles de la predeterminada (fácil y muy fácil, la cual esta última hay que descargarla por algún extraño motivo).
Un apocalipsis con estilo propio
Visualmente donde destaca mayormente Shin Megami Tensei V es en la dirección artistica. La ambientación, tanto el Tokio como en Da’at está muy bien lograda. Por un lado tenemos una realidad algo fría, casi gris. Mientras, la Tokio derruida es prácticamente un desierto dorado repleto de altibajos, con ruinas que explorar y Demonios que viven en él. Los modelados del juego, especialmente los protagonistas y los demonios, lucen mejor que nunca. Y sí, hay que comentar que los demonios son los mismos diseños que hemos visto en otras entregas de SMT y Persona, pero en esta ocasión se nota que han sido recreados con mayor detalle tanto en modelado como en texturas, lo cual se deja ver en algunos de los ataques especiales con los que cuentan, que por su parte también son de gran calidad. Un gran trabajo en este aspecto.
El rendimiento es bastante estable, a unos 30 FPS estables con alguna bajada puntual. Por otro lado, en modo portátil la imagen se ve algo borrosa debido a la bajada de resolución del juego. Aún sabiendo esto, el juego se juega estupendamente, y no creemos que sea un problema grave.
Recibimos el título totalmente en castellano, algo que suele ser bastante raro en esta saga, con una localización más que buena, adaptando a las mil maravillas las carismáticas conversaciones de los demonios y detallando con acierto ítems, descripciones, o conversaciones. Respecto al sonido, también hace un gran trabajo, en especial la banda sonora, que sabe sonar espectacular en los combates más importantes. Cuenta con un estilo muy original y bastante metalero. Por otro lado, las voces las podremos disfrutar tanto en inglés como en japonés. Eso sí, estas últimas las tendremos que descargar de la eShop de forma gratuita.
Shin Megami Tensei V – Conclusiones
Visto lo visto, podemos afirmar que la saga de Atlus vuelve por la puerta grande, con un título que se convertirá en una delicia para todo amante de los JRPGs que busquen un buen desafío. Mejora en la exploración y los entornos. Pule su sistema de combate, y añade por aquí y por allá ciertos elementos que hacen el juego más cómodo. Además, su duración es enorme. Siendo al menos de unas 50 horas si jugamos de forma normal, y más del doble si queremos conseguir todos sus secretos. Sin duda un indispensable más dentro del catálogo de Nintendo Switch.