¿Qué tendrá este título creado por Paul Tobin y Juan Ferreyra, que bromas de comer aparte, una vez lo empiezas no puedes parar hasta que lo terminas? Se devora solo, es una experiencia única. Ya con este segundo volumen en mis manos, he decir que ya no es solo que me encante el trabajo de este equipo, si no que creo que hacen una combinación perfecta, Ferreyra es capaz de darle una luz a esta demente historia y Tobin crea un guión capaz de sacarle todo el jugo, se complementan de lujo.
Apartado gráfico a parte, pues ya lo comentaré más adelante, deberé de decir que el guión de Tobin sabe hacer conmigo lo que quiere, antes de que me hubiera dado cuenta ya me he terminado el volumen, y me deja con esa cara atónita y ganas de más. Y no, no lo digo por el típico efecto cliff-hanger que tan acostumbrados están a darnos hoy en día en muchas obras llegando a veces a puntos tan exagerados y forzados que llegan a rozar lo cómico. No, me refiero a ese genuino sentimiento de querer seguir incluso si hay una pausa, no poder esperar por el próximo movimiento, eso es Colder.
En este nuevo volumen nos unimos a Declan y Reece de nuevo tras un tiempo desde su encuentro con Nimble Jack, vemos como Declan anda adaptándose muy rápida y gustosamente a su nueva vida junto a Reece, y como el bueno de Declan usa las habilidades ya presentadas en el anterior volumen para sanar la locura de los pacientes del psiquiátrico en su día a día para algo más que la buena acción del día.
Pero obviamente, no gana para disgustos, y que demonios tendrá que venir alguien a recordarle a Declan sobre el mundo hambriento, pues a diferencia de las Vegas, lo que pasa ahí no se queda ahí.
Pues el nuevo antagonista, Swivel, que dejaría a muchas de las criaturas salidas de los rincones más oscuros de los sueños de los amantes del terror en vergüenza, hace acto en escena. Y es increíble como cuando uno sabe lo que hace es capaz de hacer a un personaje tan carismático en tan poco tiempo.
Swivel otro viejo conocido de Declan, tienes que vigilar esas compañías en serio, viene a pasarla una visita por estar estropeandole su cosecha, y bueno, mejor que no eches a perder la obra de este “agricultor”.
Swivel, paciente pero sin pausa empieza a ir tras Declan, a la vez que sigue “cosechando”. Primero decide pasarse por la consulta de Reece para contactar con Declan, del cual el viaje a la locura de mano de Swivel nos dejará ver tanto a nosotros como a los propios personajes retazos del pasado de Declan. El cual tan un breve enfrentamiento con Swivel quedará a su merced, dejando a Reece como la única con posibilidades de salvarle. Durante su viaje para llegar ante Declan dentro de la locura del mundo hambriento,
Reece no solo tendrá que tratar con el enloquecedor veneno que Swivel le prepara con tanto esmero, si no que él también le mostrará el pasado de Declan. También podemos ver al fin el origen de los poderes de nuestro protagonista y a su etapa como el “cosechado”. Ya con Declan liberado, nuestros protagonistas no son dejados con mis opción que tener que lidiar con Swivel de una ver por todas, pues por mucho que huyeran siempre sería capaz de encontrarlos debido a su conexión. Así que en su todo o nada contra Swivel, nuestros héroes consiguen salirse con la victoria y haberse ganado un merecido descanso…¿Pero acaso será así? Al fin y al cabo mala hierba nunca muera.
Ahora en el apartado gráfico en el que Ferreyra es capaz de lucirse tanto, podemos ver como el estilo se mantiene y diría que se siente incluso más a gusto en él. Los contrastes entre las escenas más luminosas o las de tensión o las pertenecientes a la tenebrosidad del mundo hambriento. Con un dibujo de acabado perfecto y muy limpio, y muy, muy expresivo. Y que cuando tiene que dejarse llevar y sumergirse en la locura de esta gran ambientación, no duda en darle juego al mundo hambriento y deleitarse en él. A veces, y más cuando el dibujo es de criaturas del más puro estilo eldritch, es más difícil conseguir ese efecto de que se sientan...¿vivas?
Que no sean meros trazos. Pero eso no es algo que ocurra en Colder, incluso cuando son criaturas que no vemos más allá de una página. Dejando ya el estilo general a parte. Este volumen realmente ha dejado muchas escenas sobresalientes e impactantes hasta el punto de que si me quisiera poner a resaltar con detalle cada escena no acabaría nunca. Para empezar todo lo relacionado con Swivel es un deleite para los ojos, tanto cuando se pone a “cosechar”, esa escena en el “mundo normal” no tiene desperdicio. Tanto cada vez que empieza a mandar a criaturas de su propia cosecha, como cuando el mismo toma manos en el asunto. Volviendo al mundo hambriento, la escena de la rata y la de anciana me impactaron bastante. Y la escenas de Reece cuando esta bajo la lluvia o con los cultivos. Lo dicho Ferreyra ha seguido saliéndose con su trabajo. Y estoy seguro de que cualquiera que lo lea se deleitara con Colder.
Ahora, ya como opinión personal. Tobin y Ferreyra, me parecen un equipo que dan como resultado un trabajo de soberbia calidad, uno de gran detalle que hace que esta tan única ambientación cobre verdadera vida. Considero a Colder como una obra que debería ser tomada como referencia y ejemplo a seguir para todos los futuros trabajadores del genero. Una obra que engancha más y más conforme avanza, y yo al menos ya tengo ganas de tener entre mis manos el siguiente numero.
