Wings of Endless — Análisis

Wings of Endless es una apuesta más dentro del género metroidvania, con un toque añejo que pega fuerte en la nostalgia. Con una fluidez digna de cualquier buena producción de Game Boy Advance, tenemos disponible un gameplay efectivo y eficaz, un apartado gráfico que encandila y una historia que engancha lo justo para que sigamos avanzando.

Tres personajes donde elegir

Uno de los puntos fuertes de Wings of Endless es la posibilidad de intercambiar personajes durante nuestra aventura. Hariku tiene un martillo con el que realizar ataques devastadores, pero no estamos ante un personaje lento; al contrario de lo que podemos llegar a pensar, Hariku tiene la posibilidad de utilizar doble salto y dash.

Diana es capaz de realizar ataques a distancia, haciéndola letal para planteamientos de encuentros silenciosos. El sigilo es otra de sus bondades, con habilidades especiales que nos permiten permanecer indetectables y planificar encontronazos tácticos. Makoto por su lado tiene la posibilidad de lanzar magias de hielo y fuego.

La combinación de las diferentes habilidades entre los personajes harán que nuestra aventura sea variada, además de mantenernos activos jugablemente hablando. Independientemente de la manera que prefiramos atacar, para salvar ciertas distancias debemos cambiar a Hariku. Queramos o no, el juego nos fuerza a experimentar con todos los personajes, haciéndonos querer probar un poco cada uno, y aunque prefiramos a uno en concreto tendremos que hacernos al movimiento de todos.

Una historia que nos vale

En Wings of Endless manejamos principalmente a Hariku, un cazarrecompensas que quedó huérfano a una corta edad. Entre sus múltiples misiones para sobrevivir en un mundo hostil conoce a Owly, una especie de búho parlante que nos encomienda una tarea. Debemos escoltarlo hasta una torre misteriosa donde se supone habitaban magos en la antigüedad.

Sin entrar en demasiados detalles, estamos ante una premisa lo suficientemente interesante que nos mantiene dentro de la historia. Su jugabilidad es muy natural, y la curva de aprendizaje es bastante acertada, sobre todo en sus primeros compases. Conforme avancemos derrotando enemigos ganaremos experiencia que servirá para subir de nivel. Al subir de nivel desbloquearemos puntos de habilidad que podemos invertir en alguno de nuestros personajes.

Jugabilidad clásica que engancha

Puede parecer que al principio Wings of Endless es un poco fácil, bastante consecuente con el jugador, pero es debido a que es accesible en sus comienzos. Si escarbamos bien en todo lo que tiene que ofrecernos, encontraremos buenos desafíos y zonas opcionales que nos exigirán lo mejor de nosotros mismos. Es cierto que si aumentamos nuestro nivel demasiado pronto nos sentiremos exageradamente por encima de los enemigos normales, algo natural en juegos de este género.

Una vez desbloqueamos el acceso a todos los personajes tendremos disponibles varias zonas para explorar, además de acceso a misiones secundarias que le dan vida al juego. Gracias a la inclusión de marcadores dentro del juego nos será más sencillo volver a una zona concreta en la que no podíamos penetrar. A pesar de que existen zonas un poco más complejas, por lo general no tendremos más problemas de los normales en cualquier juego de este género.

La chicha está en las misiones secundarias, en perdernos por el mapa, en explorar y pensar qué habrá un poco más allá escondido. Las zonas que no siguen la progresión normal de la historia son más desafiantes, y los jefazos nos pondrán las cosas algo más complicadas de lo habitual. Puede que sea algo más duro, pero si eres ducho en este género no te resultará del todo complicado, simplemente algo más cuesta arriba.

Un apartado artístico que impresiona

Es increíble la belleza que nos ofrece Wings of Endless, y es que la división que existe entre las zonas es abrumadoramente interesante. El cambio de biomas, las zonas diferenciadas entre sí y la forma en la que se unen están muy bien medidas. La iluminación juega un papel fundamental en la visualización del mundo que se nos ofrece, con un cuidado pixel-art que embelesa al jugador mientras pasea por el rico mundo que se nos presenta.

El movimiento es fluido y las animaciones corren bien, sin saltos o problemas de sincronización. El cambio entre los personajes se hace bastante natural, sin ralentizaciones y casi instantáneamente, ofreciéndonos la posibilidad de movernos de una manera muy ágil. Si sabemos combinar las habilidades de todos los personajes seremos casi imparables, tanto ofensivamente como en la capacidad de movimiento.

La música cumple con su función, y aunque puede que no sea algo memorable, es digna de acompañarnos en nuestra aventura. Su importancia se eleva cuando nos enfrentamos a los jefazos, y aunque pueda llegar a amenizarnos de otra manera, no se quedará en nuestra cabeza durante mucho tiempo.

Por sacarle algo de punta

Siempre hay cosas a mejorar, y Wings of Endless también tiene margen de mejora. Estamos ante un juego a la antigua usanza, donde explorar y volver a zonas ya visitadas es algo imprescindible. Sin embargo, algunas misiones secundarias no aportan demasiado, al igual que ciertos NPCs que poco o nada interactúan. Quizás como una forma de relleno, pero se siente metido con calzador, simplemente para dar más opciones al juego, a pesar de sentirse vacío.

Conclusión

La aventura que Wings of Endless tiene que ofrecernos es todo un golpe de nostalgia, tanto visual como jugablemente. Al comenzar nuestra aventura el juego es amable con el jugador, volviéndose más exigente conforme avanzamos. La exploración juega un papel importante, ofreciendo mucho más si intentamos descubrir zonas ocultas y misiones secundarias. Sin ser del todo complejo, su dificultad es lo suficientemente desafiante para no aburrirnos. Con un precio bastante competitivo, es una opción sublime para darle una oportunidad.