Velvet 3: El Hombre que robó el MundoBienvenidos de nuevo amantes de las historias de espías clásicas, hoy llega a su fin esta carta de amor al genero que ha hecho grandes a Ian Fleming o John Lecarré. Ed Brubaker, enamorado confeso de las historias de espionaje de la Guerra Fría, vuelve a unirse al dibujante Steve Epting, con el que llevó de nuevo a lo más alto al Capitán América y creó al Soldado de Invierno, en este inusual thriller de engaños y mentiras en la que en vez de a un joven y seductor espía tenemos a una madura ex femme letal que vivía apaciblemente retirada como secretaria para la organización Arc-7 hasta que una deuda de sangre de su pasado, la muerte de su amante el agente X-14 le hace volver a enfundarse en mono de cuero y tomar parte, cuya nueva entrega nos vuelve a venir en un precioso cartoné de Panini.

Si recordáis el tomo anterior, Templeton lograba un rescate relámpago de aquel que fue su mentor, Damian Lake y la más alta cabeza de Arc-7 caía por ello, a cambio de su ayuda Damian apunta la pistola de Velvet a su siguiente objetivo, la Casa Blanca. De nuevo a Velvet no le va a quedar más remedio que confiar en uno de sus antiguos amigos, el agente de la C.I.A., Maximillion Dark, un claro homenaje al Harry el Sucio de Clint Eastwood. De nuevo paisajes fotorealistas y una poderosa Templeton poniendo en su sitio a un rudo agente, y hasta dándole recomendaciones para con su lujuria. Brubaker pone el turbo en este número y además de disfrutar del reencuentro con Max, disfrutamos de una operación de infiltración en tiempo record, y es que Velvet es igual de letal con las artes marciales y las pistolas que con gafas y falda de tubo, un pobre ricachón no ve venir la soga de terciopelo con la que Velvet la ahogará para llegar a su objetivo.

Velvet 3: El Hombre que robó el MundoHabría otras formas de volver a su América natal pero sin duda Velvet es una chica de altos vuelos. Atentos a la sensual página que se marca Epting del tórrido reencuentro entre Max y Velvet y las reflexiones sobre como el sexo es la vía de escape necesaria para los que se juegan la vida día a día, de nuevo nada es lo que parece y hay mentiras dentro de mentiras y cada jugador tiene sus propios intereses pero Templeton aprendió a mirar desde muy arriba para ver todas las jugadas, pues ella cree tener todas las cartas marcadas. Formidable la Washigton D.C de Epting casi parece que Max y Velvet estén superpuestos a postales de míticos lugares como el Capitolio o los leones del puente Taff.

Brubaker se permite el lujo de gracias a unas pocas viñetas seleccionadas mostrarnos la vida de Velvet cuando solo era una niña preocupada de jugar a la Rayuela y de paso Epting nos deja sin aliento en una dura secuencia de pelea callejera que nos demuestra que Templeton tiene poco de niña indefensa ya. Por supuesto este cómic no sería el que es sin la insistente presencia de Colt, el agente X-33, la sombra de Velvet que de nuevo intenta montar el puzzle que su odiada e-compañera intenta mostrarle y que empieza a sospechar que algo huele a podrido dentro de Arc-7 y es que parece que ni los muertos son tales cuando se trata de esta agencia, a la que parece haberle salido un parásito, una agencia topo, una agencia dentro de la agencia, de nuevo Brubaker ha logrado firmar con su toque personal uno de los giros clásicos de las obras de espías, la traición dentro de una organización y las supuestas justificaciones que para ello hay.

Velvet 3: El Hombre que robó el MundoNo quiero dejar de mencionar el caso de Rachel, ella es una víctima, un medio por el cual Velvet va a lograr sus objetivos y va a pagar muy caro por ellos, igual que algún otro conocido de nuestra letal asesina de terciopelo. Aquí Brubaker nos recuerda que Vevelt no es la “buena” de esta historia, en esta historia no hay buenos o malos, hay intereses contrapuestos, Velvet sólo es una vengadora acosada por malas emociones no ninguna heroína y no duda en sacrificar inocentes, engañar, seducir, robar y matar para lograr sus objetivos. Y es que aunque Velvet cree saber todo, Damian le va a demostrar cuan poco sabe en realidad de nada de lo que está pasando y cuan alto tiene que escalar en el Teatro de Sombras para descubrir la verdad de lo qué le pasó a X-14. De nuevo los juegos visuales de Epting son una gozada, prestad atención al plano detalle de Velvet desenfundado su arma en una viñeta circular en el final del número 12 y el inicio del tiroteo en el número 13, con los planos detalle en viñetas panorámicas que acaban con la mirada de Velvet y Damian Lake.

Para saltar a otra página de detalles circulares donde cada detalle es vital para la trama. Los espías de Brubaker son unos adelantados a su época así que aunque no hay bolígrafos láser o chicles explosivos sí hay trajes de vuelo y hologramas, de nuevo para la pobre Velvet parece que el viejo de Damian se sabe más trucos que ella. Epting firma para mí las mejores páginas de esta serie en una adrenalitica persecución por las carreteras de la capital americana con Velvet y su traje planeador también implicadas, en serio pura velocidad y espectacularidad casi parece que los coches se vayan a salir de

Velvet 3: El Hombre que robó el MundoUna reflexiva y herida en más de un sentido Velvet, deberá decidir su siguiente paso mientras las palabras de Lake resuenan en su conciencia. Los autores saben que nos acercamos al final así que preparados para múltiples giros, una Velvet pelirroja y que no necesita ni de un número para colarse en la Casa Blanca y tener una charla con el mismísimo Nixon suero de la verdad de por medio. Tranquilos los pocos fans que tenga el personaje de Colt, de nuevo irá dos pasos por detrás de Velvet ayudando a que hilemos la aterciopelada trama con la que nos vela Brubaker.

El número 15 debió de ser un sock para los lectores cuando salió, sólo a Brubaker se le ocurre empezar el número con la autopsia de Velvet, pero recordad que aquí nada es lo que parece, bueno salvo la paliza que parece que recibió Colt a manos de Templeton o la espectacular persecución que retrata Epting, en la que no esconde su gusto por las referencias, no le falta detalle al Camaro SS implicado en esta secuencia. Este es el número de los giros y contragiros argumentales donde creemos que los personajes van a o han hecho una cosa y luego es otra.

Los autores cierran la trama a la perfección, todo queda atado y resuelto, puede parecer que las aventuras de Velvet Templenton han llegado a su fin pero admitámoslo, lo mejor que sabe hacer nuestra chica es meterse en líos, así que seguro que volveremos a oír de ella, vivir en una isla paradisiaca tomando cócteles en bikini no es vida para la asesina de terciopelo.

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