Tras la apertura de Sega a otros sistemas como consecuencia del fracaso de Dreamcast nos hemos visto en la última década inundados de productos de Sonic de dudosa calidad. Experimentos jugables que han probado todas las vertientes del mundo del videojuego intentando conseguir que suene la tecla del éxito que, para otras empresas del sector como Nintendo, parece tan sencillo. Esto se inició con la incorporación de un montón de personajes al universo Sonic para crear un sustento histórico que permita explotar el personaje fuera del mundo del videojuego, como por ejemplo con las series de animación, en un viaje sin éxito probado cuyas mejores entregas difícilmente llegan al notable. 

Sonic Boom: Fuego y Hielo es la última entrega del intento de cohesión de un sub-universo de videojuegos y serie de TV con el sobrenombre Boom, dentro de la franquicia madre de Sonic. La justificación principal que se utilizó para ello fue una modificación estética de los personajes para hacerlos más actuales, pero por desgracia produjo rechazo, pues se notaba el intento de buscar el factor cool por encima de la coherencia.

Sonic Boom: Fuego y Hielo

La trama es simple y muy infantil siguiendo el espíritu de la, nombrada anteriormente, serie de animación Sonic Boom. Esta es narrada mediante videos cuya calidad narrativa deja que desear, aunque por suerte se encuentran doblados al castellano, con lo cual los más pequeños no se perderán el hilo de la escasa historia con la que cuenta el juego.

Si tuviéramos que resumir este juego en una palabra, esta sería: variedad. Esta descripción  encierra tanto connotaciones positivas como negativas. Por un lado aporta frescura y falta de monotonía, pues siempre estás cambiando entre las distintos tipos de jugabilidad, pero por otro lado el público fan de la franquicia no necesita que Sonic realice tan variadas tareas, al fin y al cabo es un personaje de videojuego del género de las plataformas.

El peso principal de Sonic Boom: Fuego y Hielo se lo llevan sus fases de plataformas, aunque erróneamente orientadas a la exploración, lo cual agrava la pérdida de identidad de la saga, pues prima más la investigación pausada que la velocidad intrínseca al ADN de la franquicia y de sus protagonistas.

Sonic Boom: Fuego y Hielo

Dicha exploración está enfocada al cambio entre los dos poderes que dan nombre al juego, el fuego y el hielo. Con ellos podemos alterar las superficies acuáticas con las que entremos en contacto. Pero el peso principal de la exploración se lo lleva, una vez desbloqueados, la alternancia entre los cinco protagonistas, de forma que aprovechemos la habilidad individual de cada uno de ellos según tercie la situación.

Este conjunto está protagonizado por: Sonic como el más hábil en el movimiento aéreo, Tails capaz de disparar y hacer rebotar sus impactos en algunas superficies, Stick que utilizará un bumerang teledirigido para activar ciertos interruptores, Amy con su conocido martillo puede provocar el movimiento de ciertas plataformas y por último Knuckles, el cual podrá cavar bajo tierra en las superficies especialmente definidas para tal acción.

Sonic Boom: Fuego y Hielo

Según avancemos en el modo historia, los niveles ganan en complejidad teniendo que afinar el cambio entre poderes y personajes obligando a repetir más de una vez la misma fase en una creciente curva de dificultad bien medida.

El resto del conjunto de tareas que justifican la anterior argumentación sobre la variedad del juego son: las fases de exploración submarina, enfocadas a la velocidad y precisión; las fases de acción a bordo de un hovercraft armado y por último las carreras contra los bots de Eggman (Dr. Robotnik). Esto último se reutiliza en el desapercibido modo multijugador local con el que cuenta el juego, reutilizando las fases y robots desbloqueados en las carreras que jugaremos en el modo historia. Sin olvidar los combates contra los jefes finales de cada mundo, cuyas mecánicas variadas y divertidas se ven ensombrecidas por hacerse demasiado fáciles al ser el jugador guiado en exceso, mostrando incluso indicadores sobre las partes del enemigo con las que puedes interactuar.

Sonic Boom: Fuego y Hielo

En el apartado técnico indicar que los gráficos cumplen y en ocasiones incluso son vistosos. La cantidad de elementos en cada pantalla, los distintos niveles de profundidad y las velocidades alcanzadas al pasar por los aceleradores son los puntos fuertes en un apartado técnico correcto sin fisuras a destacar. Por el contrario el apartado artístico peca de impersonal y genérico. Las distintas ambientaciones que recorremos como las temáticas, prehistóricas, selváticas, playeras o góticas entre otros, no enseñan nada que los aficionados al género de plataformas no hayan visto ya infinidad de veces.

Melodías pegadizas acordes con el espíritu desenfadado e infantil del juego, aunque en ocasiones pecan un poco de repetitivas, sobre todo en las fases de bonus. Los efectos de sonido cumplen con creces trayendo de nuevo muchos de los FX típicos de la saga, como el emblemático sonido de los anillos o el conocido bufido al acelerar al personaje. En este apartado no hemos encontrado ningún punto negativo a destacar.

Sonic Boom: Fuego y Hielo

El juego cuenta con una duración estándar dentro del género, que se alargará más del doble si tenemos en cuenta la posible rejugabilidad que nos pueda aportar querer alcanzar el 100% en todas las fases. Lo cual incluye además de una serie de coleccionables, conseguir un tiempo inferior al que nos marca el crono. Por desgracia más allá del jugador completista, la recompensa por conseguir todos estos objetos no pasa de mejoras estéticas, no aportando ninguna novedad en la jugabilidad que incentive el esfuerzo del jugador, pues incluso las fases bonus opcionales, las cuales aportan el mayor pico de dificultad, no son obligatorias para superar el modo historia.

En resumen, Sonic Boom: Fuego y Hielo queda como un juego correcto dentro de la saga, pero peca de una evidente falta de identidad. De forma que si cambiáramos los protagonistas por unos desconocidos no alteraría el espíritu el juego, dejando expuesto lo genérico que es este plataformas. Por suerte entra por los ojos y los oídos, es divertido de jugar, variado y en caso de que seamos completitas nos durará algunas semanas recorrer enteramente sus seis mundos. Es difícil recomendar un juego así en una consola que cuenta con auténticos juegos de referencia en el mundo de las plataformas. Pero si eres fan de Sonic y/o su universo actual, podrás jugar un producto divertido que al menos no produce el rechazo que consiguieron las mediocres entregas anteriores de la franquicia que traicionaban el mancillado espíritu de la mascota de Sega.

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