Sherlock Holmes y el misterio del Tíbet es una reinvención de múltiples elementos importantes que tuvieron lugar entre 1850 y 1900. Este cómic es una historia algo diferente a lo que el lector puede esperar de Sherlock Holmes. Especialmente si esta familiarizado con su obra y métodos.
Norma Editorial es la encargada de publicar esta obra de origen patrio en la cual se juntan los talentos de Sergio Colomino como guionista y Jordi Palomé a los lápices.
En formato cartoné, Sherlock Holmes y el misterio del Tíbet está compuesto por 160 páginas a todo color donde creo conveniente destacar la parte posterior de la portada y la contraportada. Estás partes del tomo normalmente pasan desapercibidas para el lector. Pero en este caso se han utilizado para exponer una línea cronológica con los principales acontecimientos que tuvieron lugar entre 1850 y 1900. Esta información permite al lector comprender los diversos elementos que se entrelazan en la trama de esta historia donde Sherlock Holmes es casi un elemento más dentro del mosaico que ha elaborado del autor.
La trama y los diversos elementos
Sherlock Holmes y el misterio del Tíbet transcurre en 1892, aunque como ya he mencionado, se entremezclan múltiples elementos que abarcan toda la segunda mitad del siglo XIX.
Sherlock Holmes se encuentra en el Tíbet, donde se ha retirado en búsqueda del camino de la iluminación guiado por el propio Dalái Lama. Pero su retiro se verá truncado por un misterio de apariencia ancestral que pondrá en peligro a todo el Himalaya.
Esto empuja al detective a emprender una expedición donde el autor poco a poco va presentando todos los elementos que ha escogido para dar lugar a esta historia.
Colomino ha elaborado una intrincada historia unificando algunos de los elementos de la segunda mitad del siglo XIX. De esta forma se mezcla la aparición de Mougli (protagonista de El libro de la selva, obra publicada por Rudyard Kipling en 1894), el Yeti (sus «huellas» se descubrieron en 1899 por primera vez por el explorador Laurence Waddell) y la influencia de los imperios sobre el Dalái Lama.
Todos estos elementos son solo algunos ejemplos de los diferentes acontecimientos que el autor ha incluido en Sherlock Holmes y el misterio del Tíbet.
Al principio, si el lector no tiene en cuenta la parte posterior de la portada con la línea cronológica de acontecimientos, la historia parece una mezcolanza un poco azarosa de elementos. Pero en el momento que comprendes las intenciones de Colomino, la historia coge mucha fuerza. Es muy disfrutable como el autor va introduciendo poco a poco los diferentes elementos y les da forma para que todo tenga una cohesión y un sentido dentro de la historia.
El punto más negro de esta obra es el final. No solo es un poco atropellado, sino que la resolución es un poco «porque sí». No hay un enfrentamiento, ni una gran deducción como cabría esperar del brillante detective. Es más, Sherlock Holmes tiene un papel demasiado secundario para un título que lleva su nombre. Podría decirse que la resolución de toda la trama se focaliza en el la fe en la bondad de la gente.
El dibujo de Sherlock Holmes y el misterio del Tíbet
A los lápices se encuentra Jordi Palomé, quien hace una gran labor.
Con un trazo ágil y lleno de líneas, pero sin excesivos detalles, el dibujante consigue ambientarnos en la época en la que transcurren los acontecimientos. Para ello se sirve de unos rostros perfilados que recuerdan a los actores de los años 30.
El entintado destaca y permite lucir el estilo del color de la mano de Romina Molist.
El dibujo cumple correctamente su función y permite seguir la trama y la acción. No obstante, se echa de menos un dibujo más detallado, especialmente en los rostros.
Elemental, mi querido Watson
Sherlock Holmes y el misterio del Tíbet es un cómic entretenido para aquellos fans de las historias de aventuras. Su punto fuerte es la trama que unifica diferentes elementos históricos acontecidos entre 1850 y 1900, creando una trama original y bien hilada. Recomiendo echar un vistazo a la parte posterior de la portada para observar todos los elementos históricos y poder reconocerlos mejor durante la lectura.
La parte negativa de esta obra es la resolución, que queda bastante descafeinada. Sherlock Holmes es casi un elemento más dentro de esta congregación de personajes y acontecimientos de la época, sin que tenga un papel clave como suele ocurrir en todas las historias que ha protagonizado.
En cuanto al dibujo, el artista realiza un trabajo correcto, aunque podría haber lucido más con un trazo más detallado. Esto no impide que la lectura sea fácil de seguir y permita al lector comprender lo que está ocurriendo en todo momento.
Siendo conscientes de que la figura de Sherlock Holmes se diluye entre todos los elementos que dan fuerza a esta historia, considero que las aventuras del personaje y el misterio del Tíbet es una obra que puede merecer la pena echarle un vistazo. Las personas que disfruten de las historias de aventuras podrán disfrutar de este entretenido cómic siempre que no tengan las expectativas muy altas sobre el detective de Baker Street.
Muchas gracias por tu reseña! Me alegra saber que nuestra obra te ha gustado en general, aunque la conclusión te haya decepcionado un poco. Te invito a disfrutar de nuestros dos tomos anteriores si no los conoces, con aventuras de Holmes en la Barcelona de las bombas y la Rusia zarista. Un saludo.