Tokyo Babylon

Hemos leído los dos primeros tomos de Tokyo Babylon, la nueva saga distribuida por Planeta y nos ha sorprendido para bien.


En el vasto universo del manga japonés, pocas obras han logrado conjugar con tanta elegancia lo sobrenatural, la crítica social y el drama emocional como Tokyo Babylon. La historia nos invita a sumergirnos en una ciudad de Tokio de principios de los noventa, donde la modernidad convive con fuerzas ancestrales y donde los dilemas éticos se entrelazan con lo paranormal y místico.

Una Tokio llena de sombras

La historia gira en torno a Subaru Sumeragi, un joven de 16 años que lidera el prestigioso clan Sumeragi, especializado en exorcismos y prácticas esotéricas. Acompañado por su excéntrica hermana Hokuto y por el enigmático veterinario Seishirō Sakurazuka, Subaru se enfrenta a casos sobrenaturales que, lejos de ser simples enfrentamientos con espíritus, funcionan como espejos de las tensiones sociales que atraviesan la ciudad.

Tokyo Babylon

Cada caso que Subaru investiga —ya sea una maldición urbana, un suicidio vinculado a la presión social o una aparición vengativa— está impregnado de una crítica sutil pero incisiva a la sociedad japonesa. La soledad, la alienación, el peso de las expectativas familiares y laborales, y la fragilidad emocional son temas recurrentes que se abordan con una sensibilidad poco común en el manga comercial de la época.

Nos ha encantado tanto la edición como la complejidad de sus personajes

Lo que distingue a Tokyo Babylon no es solo su atmósfera sobrenatural, sino la profundidad con la que explora los dilemas morales de sus personajes. Subaru no es un héroe tradicional: es vulnerable, empático, y muchas veces se ve superado por el dolor ajeno; Su papel como médium lo convierte en testigo de las miserias humanas.

En los dos primeros tomos, cada capítulo funciona como una historia autoconclusiva, pero todas están conectadas por el desarrollo emocional de Subaru y por la ambigua relación que mantiene con Seishirō. Este último, que se nos presenta como un hombre amable y protector, deja entrever una oscuridad latente que se irá revelando progresivamente. A título personal, la tensión entre ambos personajes es uno de los motores narrativos más potentes de Tokyo Babylon.

Tokyo Babylon

La edición de Tokyo Babylon que ha sacado Planeta es una verdadera joyita para quienes valoran el estilo clásico de CLAMP (su grupo de autores). El dibujo, aunque sencillo a primera vista, tiene una elegancia muy especial (eso sí, a veces las viñetas están demasiado cargadas). Cada gesto, cada mirada, cada silencio está cargado de significado, y eso le da al manga una atmósfera propia.

¡Pero qué buenos personajes!

Como hemos dicho anterioremente, lo que realmente nos ha enganchado de Tokyo Babylon son sus diálogos. No trata solo de avanzar en la trama, sino de reflexionar sobre temas como la justicia, el amor, el perdón o la identidad. Hokuto, con su personalidad alegre y directa, aporta una mirada crítica y feminista que contrasta con la seriedad de Subaru. Y luego está Seishirō, que es todo un enigma: parece encantador, pero siempre deja la duda de si hay algo más oscuro detrás. Las conversaciones entre ellos están llenas de dobles sentidos y silencios incómodos.

¿Os recomendamos Tokyo Babylon?

Hasta el momento hemos leido los dos primeros tomos  de Tokyo Babylon y nos está encantado… Para quienes buscan una lectura que combine lo paranormal con la crítica social, el drama psicológico y una estética elegante, Tokyo Babylon es una apuesta segura. Para los fans de CLAMP, es una oportunidad de reencontrarse con los orígenes de un universo narrativo que sigue fascinando décadas después.

Antonio Cabilla
Redactor, editor y director de la sección de videojuegos. También garabateo en la sección de cómic/manga.

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