Aquí en España llevamos ya años tirando dados a la mesa de rol, abriendo cofres en videojuegos y jugando a probar suerte con sobres con cartas digitales. Intelectualmente, esa chispa que sentimos no es sólo cosa del azar, porque el azar bien dosificado pasa de ser una historia a ser una experiencia, o de un sistema de juego a ser un generador de momentos que recordaremos años más tarde.

Y no solo es estética, también es psicología, y es diseño, y es cultura pop. En nuestro país esta conversación se lleva a cabo con una comunidad gamer que no para de crecer y con una industria que cada vez es más madura y transparente, tanto en videojuegos como en ocio digital.

De acuerdo a la Asociación Española de Videojuegos, en el año 2024, ya eran más de 22 millones de personas quienes jugaban en España, siendo la facturación de este sector superior a los 2.408 millones de euros, con una cantidad de mujeres incluso ya superior al 50 por ciento de la cuantía total de jugadores.

Del dado al RNG: La incertidumbre de no saber qué pasará

La transición del dado físico al «RNG» (random number generator) no ha hecho cambiar la esencia del juego. Continuamos buscando esa microtensión provocada por una posible incertidumbre. En un roguelike, con tal sólo un crítico a tiempo es suficiente para salvar una run. En un JRPG, un «drop» raro hace que cambie por completo nuestra estrategia.

La función que desempeña el azar, cuando este está bien conseguido, es el de poner una ‘desfase’ entre expectativas y resultados que provoca que les prestemos toda nuestra atención y nos quedemos dentro de la ficción. Fuera de la ficción y ya hablando de productos de ocio que se regulan aquí en España, la referencia no es el videojuego.

El país puede ocupar el tercer puesto en el mercado europeo, tras el alemán y el británico, pero hay otra opción de ocio digital que tiene al azar como base. Si nos referimos a los casinos online por dinero real, los números son fascinantes, no necesita mucho más.

El juego online alcanzó un GGR de 1.454,59 millones de euros en el año 2024 y el primer trimestre de 2025 dejó un GGR trimestral de 398,11 millones de euros. El placer que sentimos ante la incertidumbre se debe al mismo mecanismo neurobiológico que refuerza todo aquello que ocurre mejor (o peor) de lo que pensábamos.

Aquella señal de error presente en la predicción de recompensa, mediada por la dopamina, permite que ciertos acontecimientos se queden grabados y deseemos volver a repetir la experiencia de jugar, que en nuestro caso sería una tirada histórica en mesa o un giro de guion in-game.

Investigaciones publicadas en centros públicos como el CSIC o universidades como la UAM han explicado de manera más que satisfactoria este papel de la dopamina en la motivación, refuerzo y toma de decisiones.

Loot boxes, gacha y packs: El simulacro del azar en clave popular

La cultura del loot se masificó por los packs de los juegos deportivos y los gacha en móvil. El juego no reside únicamente en el premio final, sino en la curva emocional de «casi lo consigo» y «esta vez sí, la próxima será la buena», que recuerda a tirar un dado de veinte. El público jugador en España está en permanente cambio, y es importante.

En 2024 había 22,1 millones de jugadores y por primera vez las mujeres (50,45%) estaban al frente de la tabla por encima de los hombres, con un peso relevante del juego en móviles y tabletas. Ese perfil más transversal ayuda a entender cómo es posible que las mecánicas de azar puedan desarrollarse en franquicias muy diferentes.

El azar como recurso narrativo en cine, series y literatura fantástica. En mundos ficticios de gran complejidad, el azar es aquella variable que rara vez plantea el problema del ruido que perturba la historia, más bien suele ser el factor encargado de apremiar la decisión y de dar forma a los espejos morales.

En el sabacc en Star Wars, la suerte del contrabandista se condensa en una mano de cartas. En el noir, el terrorífico girar de la ruleta puede conllevar el destino de un secundario. En el caso de las fantasías, una tirada determina si el mago es capaz de llevar a cabo el hechizo y obliga al grupo a improvisar.

Lo que resulta atractivo es que esos momentos en sí no funcionan únicamente por recompensa, sino por el hecho de que hay una incertidumbre compartida entre los personajes y el público, todos ellos deteniendo la respiración a la vez, y eso le aporta textura al relato.

Conclusión

El azar nos atrapa dentro de mundos ficticios porque aúna una emoción muy humana, la de asomarnos al borde de lo posible. Un buen diseño de todos esos elementos tiene que llevar a una traducción de esa emoción en historias que se desean contar y repetir.

Fuente: Pexels

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.