PTSD son las siglas en ingles de Trastorno de Estrés Postraumático. Esta enfermedad psicológica se caracteriza por la aparición de recuerdos intrusivos, evasión, cambios en el pensamiento y en el estado de ánimo de carácter negativo y otros muchos problemas.

Estas siglas, con todo lo que conllevan, dan nombre a un cómic escrito y dibujado por Guillaume Singelin (Loba loca, Midnight Tales, Batman: leyendas urbanas), autor de origen francés. Grafito Editorial es la encargada de publicar esta obra que se encuentra actualmente en preventa (apuraos, sólo quedan 4 días).

La edición está compuesta por un tomo de tamaño habitual editado en formato rústica con solapas. El tomo está compuesto por 200 páginas, en las que se incluye un interesante texto del autor sobre el proceso creativo y la motivación del mismo.

El título de la obra (PTSD) tiene un ligero problema y una increíble virtud.

El primero es que para aquellas personas que desconozcan el significado de las siglas, el título no da ninguna pista sobre lo que puede encontrar el lector. Y eso puede suponer un ligero problema.

La segunda es que nunca un título adaptó tan bien la trama de una historia. Y es que PTSD es una historia que se centra y profundiza en el Trastorno de Estrés Postraumático de una forma tan acertada que incluso duele. Porque toda la historia gira sobre eso. Y para concretar más, trata sobre el Trastorno de Estrés Postraumático que tienen los soldados tras una guerra.

Sinopsis

La guerra de este cómic es ficticia. No se conoce que la originó ni que bandos luchan. Y no importa. No es un cómic sobre la guerra. PTSD es una historia sobre lo que ocurre después. Trata sobre una persona, pero podría ser la historia de cualquiera.

Jun es una soldad que acaba de volver a casa tras la guerra. Y a sobrevivido a un infierno para descubrir que a nadie le preocupan los veteranos. El ejército y el gobierno se niegan a hacerse cargo de aquellos que lucharon por ellos, y las calles están llenas de viejos veteranos que no saben que hacer para superar el PTSD. Esta situación lleva a muchos de ellos a engancharse a los calmantes para poder dormir y alejarse del campo de batalla. Entre ellos, Jun, la protagonista.

Esta terrible situación se acrecienta, con la aparición de bandas que controlan el tráfico de los calmantes y se aprovechan de los veteranos, que han encontrado en ellos su única forma de sobrevivir un día más al PTSD.

La relación entre los veteranos y las bandas ha alcanzado un frágil equilibrio. Pero Jun se ve envuelta en una serie de altercados que provocará una guerra en las calles de la ciudad.

Una historia más allá del PTSD

Guillaume Singelin crea una historia con un protagonista no visible. O no al menos de forma directa. El PTSD no tiene forma, no se puede ilustrar. Pero aparece en cada rostro, en cada escena, en cada pensamiento, acto o decisión de un personaje. Este trastorno está presente en la más pura esencia de la obra. Y el autor ha conseguido mostrarlo de una forma magistral y sutil. El lector es consciente de su presencia en todo momento, pero no acapara su atención, sino que permite fluir la historia sin que se le pueda olvidar.

La labor que supone esto por parte del autor es envidiable. Pero además, el autor ha querido presentar otros elementos directamente relacionados con el PTSD. Algunos de estos elementos son la amistad, la ayuda incondicional, el hecho de comportarse correctamente solo por el mero hecho de ser lo correcto… un montón de temas que serían necesarios que aparezcan en más historias y se ensalzarán más los valores y la importancia de ellas.

Pero hay un elemento que destaca por encima de los demás. Y este es el amor incondicional que dan los animales. Este elemento es importante por sí solo. Pero en esta historia destaca todavía más, dado que se ha demostrado que la relación con los animales tiene multitud de beneficios médicos y psicológicos. Esto ha derivado en la utilización de animales de compañía como parte de la terapia para tratar y ayudar a los pacientes con enfermedades mentales. Y Singelin ha sabido introducir todo esto en la historia sin necesidad de largas explicaciones y descripciones. Es aquí cuando aparece la figura de Red, un perrito que acabará por acompañar a Jun en esta aventura.

Diferentes personajes y su gran valor en la historia

Red es una especie de regalo que da otro personaje de PTSD a Jun. Grey también tiene una importancia a lo largo de la trama. Es el reflejo de en que puede convertirse Jun si no lucha por confiar en las personas y se deja llevar por su trastorno, un veterano que lleva muchos años en la calle y que se ha encerrado en sí mismo. Su única compañía son sus animales.

El propio Red se convierte en el fiel compañero de Jun. La acompaña y protege, y acaba siendo el perro de terapia de Jun. La relación entre estos dos personajes ayuda al lector a comprender mejor todo lo que conlleva el Trastorno de Estrés Postraumático y su difícil recuperación.

Jun y su perro de terapia Red

Leona y Bao son una madre y un hijo respectivamente. El padre les abandonó hace mucho tiempo, y Leona regenta una pequeña cocina callejera. Estos personajes representan la bondad y la ayuda desinteresada. Leona da todo lo que tiene por ayudar sin esperar ningún tipo de recompensa. Solo por que considera que es lo correcto. Es la muestra para Jun de que aún hay personas a las que le importa, y ambos personajes mantienen duras conversaciones que reflejan diferentes puntos de vista sobre el mundo y las personas.

Por último está Sam, otro veterano de guerra que ha sido herido por las bandas. Sam descubre que Jun tiene conocimientos de primeros auxilios, y le pide que le ayude. A partir de este momento, Sam siente que tiene una deuda pendiente con Jun, y la intentará ayudar en todo lo que pueda.

Contrastes de PTSD

Creo que el autor ha conseguido crear una paleta con luces y sombras, un fiel reflejo de la vida. En esta historia se muestra una parte muy humana de los personajes, donde nadie es solamente bueno o solamente malo, sino que todo es mucho más complejo y detrás de cada acto bueno o malo hay multitud de circunstancias y motivos.

Además, Singelin es capaz de mostrar una interesante evolución de los personajes en un cómic relativamente corto. La profundidad de los mismos deja al lector con ganas de más, y desearía que fuera una historia más pausada y que profundizara más en cada uno de los elementos que se plantea. Y esto no quiere decir que el ritmo este mal, o que la historia vaya acelerada. Sino que consigue dejar al lector con ganas de conocer más de todo lo que en ella se muestra.

Dibujo Fusión

Como ya se ha mencionado, Guilleume Singelin hace de autor completo en PTSD. Y creo que es un gran acierto, ya que ha querido reflejar influencias artísticas de sus lugares de residencia, totalmente opuestos entre ellos. Y es que su estilo para esta obra mezcla un arte propia del cómic franco-belga mezclado con el manga. Esto se debe a que el autor vivió una temporada en Tokyo y ha querido reflejar gran parte de esa vivencia en su obra. Y lo ha conseguido no sólo adaptando el estilo artístico propio de la cultura oriental del manga, sino también trasladando en gran medida las calles de Tokyo a PTSD.

Leona y Jun, personajes de PTSD

Y es que aunque la ciudad que aparece en la obra es una ciudad ficticia, se nota una fuerte inspiración de la gran urbe japonesa: enormes edificios mezclados con pequeñas tiendas tradicionales, callejuelas llenas de gente, una gran iluminación, y cocinas callejeras tradicionales, como la de Leona y Bao.

El dibujo funciona muy bien con la historia. Y es que surge una simbiosis extraña entre simplismo y dibujo detallado que consigue adoptar un estilo único y que funciona muy bien con la historia.

También cabe destacar el increíble trabajo que realiza Singelin con los fondos. Y aunque en algunas viñetas, el detalle del trazo es bastante simple, la gran cantidad de elementos y color que introduce consigue transmitir a la perfección la esencia de la ciudad japonesa.

Sin duda Singelin ha conseguido establecer un estilo peculiar con un trazo que encaja muy bien con esta obra. Mención especial a los fondos y al color utilizado, buscando tonos neutros y huyendo de una excesiva intensidad.

Mención aparte tiene el diseño de personajes. A pesar de la sencillez de los rostros, todos tienen rasgos y características muy marcadas que dan personalidad a cada uno de ellos. Y esto tiene mucho mérito dado el ingente número de personajes que aparecen en esta obra.

 

Conclusión

PTSD es un cómic autoconclusivo cuyo mensaje es la esencia de la obra. Porque lo importante es la enfermedad que da nombre a la historia. Nos encontramos ante un cómic sobre el Trastorno de Estrés Postraumático. Han querido darle un rostro a esta enfermedad a través de Jun y de todos los veteranos que la rodean, pero el verdadero protagonista es la enfermedad. Y es que la ciudad donde transcurren los hechos no tiene nombre. Tampoco se sabe nada de la guerra que da origen al problema. Ni que bandos luchan ni porqué. Y es que no importa. Lo único que importa son las consecuencias que provoca en los participantes.

Por suerte, el autor tiene la amabilidad de mostrar ciertos elementos del conflicto a modo de flashback. De esta forma, el lector puede conocer mejor la personalidad y el pasado de Jun antes de verse afectada por el PTSD, así como una escena que parece servir como punto de inflexión en el origen de su enfermedad.

El autor consigue establecer un ritmo que funciona muy bien. En las 200 páginas que dura la obra consigue profundizar con los distintos personajes y con la sociedad que ha generado la guerra. Esto tiene mucho mérito. Por no decir que el cómic deja con ganas de conocer todavía más el mundo creado. Pero esto no es algo malo, sino todo lo contrario. PTSD es un producto bien hecho y bien cerrado, con una riqueza que invita a profundizar más en el contexto y en la historia.

Poco queda que añadir al dibujo. Un estilo extraño que mezcla el detalle y color característico del cómic franco-belga con un cierto estilo manga, sobre todo en el diseño de personajes, con rostros poco detallados. Pero la fusión funciona perfectamente con la historia. Y de nuevo una mención especial al detalle y cantidad de elementos de los fondos, que tienen mucho peso.

¿Recomiendo PTSD?

No quiero alargarme más, pero sin duda PTSD es un excelente cómic que recomendaría a todo el mundo: desde lectores veteranos a personas que estén introduciéndose en el mundo del noveno arte. Sólo avisar de que es un cómic bastante duro que visibiliza una enfermedad poco conocida como es el PTSD. El autor logra que los lectores empaticen con los personajes, y eso afecta a la hora de enfrentarse a la historia.

Por último, mencionar que el 28 de febrero de 2023 termina la preventa de PTSD en la web de Grafito Editorial. Si entráis a echar un ojo parece que es una campaña de Crowfunding. Pero la editorial deja claro que es una preventa. Lo único es que para aquellas personas que realicen la reserva obtendrán un montón de regalos como láminas (espectaculares) y marcapáginas. Además, hay diferentes formatos de preventa. Independientemente de que os interese la preventa, os animo a echar un ojo a la web, donde hay un montón de información sobre la obra y declaraciones del autor que son muy interesantes.

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