Deseos egoístas, hechizos escabrosos y el fuerte deseo de mandarlo todo al infierno. Maldición de huesos es la secuela del romantasy Aquelarre de huesos de Harper L. Woods. Publicada por el sello Umbriel, cuenta con el diseño y adaptación de cubierta de Opulent Designs y Nai Martínez, así como la traducción de Aitana Vega Casiano.
Tras los incidentes ocurridos en el Aquelarre y la caída de la Alianza, Willow se ve atrapada en el infierno en la tierra. Es la esposa de Gray, quien le hizo añicos el corazón al traicionarla y engañarla. Es la esposa de Lucifer Morningstar, que ha traspasado el portal para reclamar su derecho en el mundo terrenal.
Dividida entre el dolor por la traición, el odio por el engaño y la desesperanza ante un futuro en paz que ve por imposible, Willow tendrá que decidir: hacerse con el control del Aquelarre y deshacer todo lo que la une a Gray o seguir como la marioneta del mundo que la educaron a ser.
Una de las grandes victorias de la novela se encuentra en el desarrollo de Willow. En concreto, en la liberación completa de las cadenas que su padre, el Aquelarre y los prejuicios sobre su propia magia le han impuesto y supuesto.
Tropieza, duda y da rodeos constantemente, entorpecida por los malos hábitos aprendidos a la fuerza desde la infancia, la imagen sesgada y negativa que tiene de ella misma, y el deseo frenético de encontrar un futuro pacífico para con sus seres queridos. Pero el camino por el que se esfuerza en transitar está hecho para que se pierda. Se esfuerza por salir del laberinto de mentiras y trampas, pero no lo consigue. ¿Quemarlo todo es su única opción para ser libre y renacer?
Gray es egoísta y manipulador, un villano contradictorio que busca cualquier mínima oportunidad o resquicio para salirse con la suya. Así que si buscas un coprotagonista malvado que haya el camino de la redención, por aquí no es. Aunque el primer volumen ya grababa a fuego este aspecto del personaje desde el principio.
En su —pobre— defensa, el resto del Aquelarre resulta que está igual de podrido. La diferencia es que Gray, aunque más cínico, es mucho menos hipócrita.
Quizás sea por la decisión de convertir esta historia en una saga —The Dammed, la tercera parte, salió apenas el 7 de octubre en inglés—, pero le falta solidez. Hay subtramas que se desarrollan tan de fondo que no tienen explicación alguna, al menos más allá de la expectativa de que profundicen en el futuro. Otras que pierden peso por alargarse a lo largo del libro en pos de estirarlo lo suficiente.
Hay antagonistas cuyo desarrollo es comprensible y acertado dentro del contexto de la historia y la personalidad de los personajes, pero avanzan de forma torpe y no terminan de coger el peso suficiente. Sin embargo, esto permite poner en relieve todos los puntos fuertes de Gray.
Es una novela con un fuerte componente de erótica y aunque reconozco la creatividad de Woods, llegó al punto en que se me hizo vacío. No tanto por falta de calidad, sino a que no percibí un impacto real en el desarrollo de la relación entre los protagonistas en la mitad de las escenas eróticas. ¿Es posible encontrar solidez en una relación que pasa constantemente del sexo a los insultos y los gritos de odio? ¿Donde la comunicación es tan ineficaz que está más presente en la mente de cada uno que entre ambos?
Maldición de huesos se caracteriza por una lectura ágil, una protagonista con un lanzallamas y un protagonista engañoso como el que más. Debido a que toca ciertos temas de carácter sensible, como referencias a violaciones pasadas y suicidio, es recomendable leer a discreción del lector.
