Segunda República Española

Cuando se cumplen noventa años de la proclamación de la Segunda República española, y cuando la monarquía parece nuevamente sumida en el descomunal descrédito, a nadie sorprende que comiencen a proliferar como setas trabajos de este tipo. Algunos son trabajos de profundización explicativa -que deberían ser la base para otros excelentes libros que acabarán por llegar, por lógica editorial y comercial, en la efeméride de su centenario-, otros son de simple repaso documental y otros de un preocupante revisionismo dirigido (bien con intenciones laudatorias bien en un sentido despreciativo).

El trabajo que os traemos aquí, ‘Historia de la segunda república española’ (Almuzara, 2021), del historiador emérito y catedrático de contemporánea Luis Palacios Bañuelos (Burgos, 1944), no responde stricto sensu a ninguno de estos tipos. No aporta nada nuevo ni profundiza en aspecto alguno, pero tampoco es indiferente a la hora de elegir materiales y ofrecer perspectivas u opiniones de lo que en aquellos años ocurrió y cómo ocurrió.

Del mismo modo, su perspectiva nos resulta interesante, en cuanto ofrece un valor especial al contexto global mundial y europeo, algo infrecuente en otros trabajos similares. Si bien, también deja en mera anotación algunos datos o hechos que, a nuestro criterio, sí hubiesen merecido una mayor atención en el análisis de este período que el contexto periférico; por muy raro que sea encontrarlo en obras de este tenor.

En ‘Historia de la segunda república española’ existe cierta tendencia a preferir las fuentes secundarias sobre las primarias

Por ejemplo, se nos cuenta con exactitud la fecha y el lugar del estreno del cinematógrafo en España, pero no se nos explica por qué “en 1930 (…) uno de cada 493 españoles estaba al servicio directo de la Iglesia.” (pág. 100); con la decisiva relevancia que esta realidad sociológica tiene en el contexto respecto al estreno del invento de los hermanos Lumière.

Es cierto que, cuando se quiere acaparar de forma amplia un período tan convulso como este, se pueden realizar omisiones o cometer generalizaciones. Pero cuando se elige, además, preferir incluir un curioso (aunque poco relevante) contexto general a una mayor precisión de lo particular, estas acciones y elecciones pueden lastrar, como aquí lo hacen, un trabajo de encomiable esfuerzo, pero de exiguo resultado. Llegando, incluso, a realizar análisis poco curados respecto a realidades o datos relevantes.

Portada de Segunda República EspañolaEl primer síntoma lo percibimos en el análisis de los resultados de las elecciones municipales celebradas el 12 de abril de 1931 (pág. 53 y ss.). En vez de realizar una interpretación más próxima a criterios científico-sociales actuales, se deja llevar por una interpretación de 1932 que obvia datos relevantes (la participación efectiva en aquella convocatoria, según su propia indirecta estimación, fue del 67,2%) e introduce sorprendentes valoraciones subjetivas de dudosa veracidad; entre otros errores básicos.

Sobre esto último, se dice aquí que en estas elecciones municipales “solo votaron 2.914.080 [de personas del censo de aquel entonces], lo que supone una abstención del 32,8%” (la cursiva es nuestra). Esta cifra no es nada desdeñable y la interpretación, además, es incorrecta y sesgada. De hecho, en elecciones municipales y en el período 1979-2019, en nuestra España actual, solo en 3 convocatorias se superó la participación de 1931 (la última fue en 2003 con una participación media del 67,6%, solo un 0,4% más). Es verdad que las reglas y los censos no son los mismos, pero, precisamente por esto, las valoraciones comparativas, tanto las del libro como las nuestras, deben tomarse con cautela (algo que no se hizo y hubiese sido muy conveniente y deseable haber hecho en el libro).

Por cierto, tampoco nos satisfizo el comprobar que existe cierta tendencia a preferir las fuentes secundarias sobre las primarias. Más que ir al hecho o al dato, se recurren a memorias personales o a informes de la época, con el (a veces) dudoso resultado que acabamos de ver.

Este trabajo está un peldaño por debajo de otros disponibles. Nos sigue faltando esa gran referencia sobre la segunda república

Entre los aspectos positivos, sí nos quedamos con el enorme esfuerzo de síntesis temporal, de organización de los contenidos y de accesibilidad del lenguaje del libro. Se percibe con claridad que sí existe una intención editorial y autoral por intentar llegar a un público no especialista; algo que se consigue alcanzar con creces por cuanto el libro está escrito con claridad y soltura. A conseguir esto le ayudó al profesor Palacios Bañuelos, sin duda, el tratar con hechos y contenidos muy queridos por él, algunos en los que además es una contrastada eminencia y especialista (como los referidos, por ejemplo, a la historia de la Institución Libre de Enseñanza fundada en 1876).

También es notable la claridad de su estructura. Se agradece esa combinación de orden cronológico de los hechos y disposición de distintos puntos explicativos con los que se intenta diseccionar, paso a paso, el contenido de cada momento. El hacer así tiene de positivo que podemos entrar a fondo en sucesos relevantes de todo este período, si bien se pierde cierta visión de conjunto que sí sería deseable tener de cara a no difuminar la perspectiva global del punto histórico en que nos estamos moviendo.

En conclusión, ‘Historia de la segunda república española’ (Almuzara, 2021) disecciona con claridad y de forma esquemática ciertos puntos y personajes clave de este período, además de ofrecer esquemas generales muy estimados al lector general por su facilidad de consulta. Si bien, los problemas que hemos visto a la hora de elegir enfoques, manejar fuentes o permitir interpretaciones discutibles de los hechos, sitúan al trabajo un peldaño por debajo de otros disponibles. Nos sigue faltando esa gran referencia sobre la segunda república. Esperemos saber algo de ella antes de su primer centenario.

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Fco. Martínez Hidalgo
Filólogo, politólogo y proyecto de psicólogo. Crítico literario. Lector empedernido. Mourinhista de la vida.

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