Chasing Carrots publicaba hace menos de un mes en la plataforma Steam, la primera versión con acceso anticipado de Good Company. Un juego de gestión empresarial algo distinto a los demás pero que no deja de tener todos los rasgos atractivos que posee este género. Aunque muchos de ellos habrá que esperar para verlos, ya que al estar en acceso anticipado se irán publicando nuevos contenidos en futuras actualizaciones. Pero eso es lo atractivo de acceder a un juego antes de su versión final, ver cómo va evolucionando a lo largo de su desarrollo. Debido en gran parte, a los comentarios de los jugadores que colaboran en mejorar la experiencia de juego.

Good Company es un juego de simulación que trata sobre la fundación de un emporio de fabricación de robots. Habrá que ampliar el negocio, contratar personal, automatizar líneas de producción, optimizar resultados e inventar productos con un diseño propio para obtener beneficios en un mercado que evoluciona por momentos. Además, esta evolución será bastante perceptible, ya que la historia de este título comienza con la fabricación de componentes en un garaje hasta la empresa que siempre ha querido tener la protagonista. Pero lo importante de este tipo de juegos no es la historia que nos plantea sino las herramientas y mecánicas que proporciona para llegar al objetivo final.

El avance en el juego está planteado en forma de niveles, de los cuales hay dos tipos: campaña y desafío. En ambos se pueden conseguir un máximo de tres trofeos como puntuación, aunque solo es necesario conseguir el primero para desbloquear los siguientes niveles. Pero limitarse a eso, no es recomendable para coger soltura y que las siguientes etapas no tengan una dificultad añadida. Ya que uno de los principales inconvenientes de Good Company es que la curva de aprendizaje es demasiado alta, hay tantos controles y aspectos que dominar que costará poder recordar todo en las etapas más tempranas del juego. Por este motivo es aconsejable dejar para cuando se avance más en la campaña principal los niveles de desafío que se pueden encontrar por el mapa.

Aunque aún no está implementado en la versión actual del juego, una de las características más llamativas que se pretende añadir al título es la opción Multijugador. Aún no hay información publicada sobre si será un modo de juego que se sumará al ya existente o simplemente una competición de puntos entre diversos jugadores.

El planteamiento de las mecánicas comienza como una idea sencilla, tenemos una plataforma de entrada donde llegan los materiales primarios que se contraten de forma diaria. Dichos materiales hay que trabajarlos para crear un producto final que se irá a la plataforma de salida, la cual se vacía una vez a la semana. Por lo que hay que controlar la capacidad de producción y limitarla si se llega al máximo del nivel actual que se juegue. Ya que los excedentes tendrán que guardarse en estanterías hasta que la plataforma quede vacía.

A partir de esta idea todo empieza a crecer y a complicarse, a pesar de que se cuenta con la ayuda de una asistente que marca los pasos a seguir y un robot dedicado en exclusiva a indicar que hay mal en la fábrica. Dicha complejidad es recordar todo lo que se puede y debe hacer cuando la mayoría del texto son cosas banales que no aportan ni recuerdan nada. Debido a esto el jugador puede encontrarse en la situación de no saber como avanzar porque no consigue recordar algo que parece tan sencillo como asignar un empleado a una mesa de trabajo. De todas maneras, siempre existe la opción de ir al apartado de Manual para hacer memoria y arreglar lo que no para de indicar el robot.

Conforme se avance en la campaña se irán desbloqueando nuevos materiales que pedir y productos que fabricar. Aunque para obtener estos últimos habrá que hacer un proceso de investigación y más tarde se podrá crear un diseño propio de ese producto con unas características propias que lo harán más llamativo con respecto al que vende la competencia.

Para organizar la empresa, dar trabajo, mover al personaje principal y demás acciones solo habrá que usar el ratón. Pero no bastará con hacer click, dependiendo de la acción que se quiera llevar acabo habrá que girar el ratón en un sentido u otro, usar la ruleta o desplazarlo de una casilla a otra.

A nivel visual se encuentran unos gráficos que no llegan a ser realistas, pero tampoco tiende a ser una caricatura, está en un intermedio que le aporta un estilo propio por el que será recordado.

Respecto a las características sonaras del juego hay que destacar la banda sonora relajante cuya ventaja es ayudar a mantener la concentración mientras se juega y sin ruidos estridentes que ayuden a perder la atención. Algo positivo en un juego donde tienes que rememorar mecánicas de forma constante para poder avanzar. Aunque está en acceso anticipado ya se encuentra totalmente traducido en ocho idiomas entre los que se incluye el español.

Una de las grandes ventajas de los juegos de este género es que nunca se necesita un ordenador potente para poder disfrutarlos y Good Company no es una excepción. Sólo es necesario un procesador Intel Core i3y 4 GB de RAM para poder montar un imperio tecnológico virtual propio.

En definitiva, Good Company destaca por la cantidad de mecánicas y características que hay que aprender. Algo que puede llegar a costar al principio y que hará desistir a más de un jugador al no ver el avance que puede existir en otros títulos con mecánicas más sencillas. Aunque aún está en acceso anticipado y es pronto para hablar ya que pueden añadir nuevas ayudas o simplificaciones que aporten más dinamismo a la hora de jugar.

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