El área de los juegos de lucha está cada vez más competida, cada vez hay más y más opciones de altísima calidad; pero siempre estarán los grandes referentes del mismo. Hoy nos centramos en la vertiente de la lucha que se toma los combates de forma, digamos, menos seria. Los juegos que apuestan por darnos enfrentamientos más parecidos a una pelea de almohadas que a una pelea de boxeo, es decir estamos dándonos de hostias, pero a la vez nos estamos riendo. Esta parte del género es fuertemente dominada por Super Smash Bros., pero cada vez nos topamos con más opciones para aquellos que por una razón o por otra no han sucumbido al ver a los personajes de la gran N luchando entre sí. Por razones obvias, es complicado disfrutar de una lucha entre Link y Mario si no se tiene una plataforma de Nintendo. En Kaia Studios lo saben y por tal motivo han decidido traernos a otras plataformas un concepto que, aunque se inspira en el megacrossover de la compañía nipona, logra mantener una identidad propia. Se trata de Dynasty Feud.
Dynasty Feud nos plantea una situación en la que ocho guardianes, cada uno de ellos con su respectivo equipo, cada uno representando a un mundo distinto, compiten por demostrar quién manda y a partir de ahí surgen golpes, golpes y más golpes. Cada equipo recibe el nombre de Dinastía y está formada por cinco miembros cada una. Los miembros de las mismas cuentan con distintas armas, habilidades y formas de luchar. El elemento más relevante de la jugabilidad del título recae en que pese a tener unos controles sencillos, posee una velocidad y vértigo en las partidas que añaden un factor de caos a lo que se vive en pantalla. Un enfrentamiento a cuatro jugadores es un verdadero espectáculo de lo caótico que se puede volver. Ese también es un detalle importante, es un título enfocado claramente al multijugador. Tan es así que el único modo para un solo jugador es el modo entrenamiento, de ahí podemos enfrentarnos a batallas de dos a cuatro jugadores tanto en multijugador local como en el modo en línea.
Por el contrario, aquí nos topamos con uno de los puntos débiles del juego y ese sería la escasa variedad de modos de juego con los que cuenta. Todo se reduce al entrenamiento o a la lucha, la cual consiste en tirar al oponente del escenario hasta acabar con toda su dinastía. Aunque también ofrece la posibilidad de dejar de lado el combate y optar por jugar en cooperativo, además de partidas con base a una clasificación, pero al final todo se reduce a los enfrentamientos. Por muy divertido que sean los combates, y vaya que lo son, resulta un poco monótono el contar con solo esta alternativa de juego, aunque también hay que decir que se nota un intento de darle profundidad a las luchas, ya que la batalla no es tan sencilla como parece.
De entrada, nos topamos con que los luchadores, como era de esperar, cuentan con características variadas. Algunos usan, por ejemplo, un arco para atacar a distancia, mientras que otros optan más por combate cuerpo a cuerpo. Ante esta situación, no es buena idea intentar derrotar a alguien que te puede atacar desde lejos con un personaje especializado en corta distancia. Cada dinastía cuenta con distintos personajes con diversas habilidades, así que es importante saber elegir a quién usar en el momento adecuado. Además de esto, en cada uno de los escenarios y partidas nos toparemos con objetos que pueden resultar útiles en el combate. El juego, también, nos da la posibilidad de que si todos los miembros de nuestro equipo mueren podemos controlar al líder de la dinastía y aunque no podremos causar daño directo o real, sí podremos interferir con los jugadores que aún queden en la partida. La gran cantidad de personajes y lo distintos que son entre sí, aportan variedad a la experiencia; pero dicha variedad se ve afectada por los escenarios y es que, a mi parecer, la cantidad de los mismos se vuelve escasa luego de un tiempo con el juego.
En el apartado visual, el diseño del juego es muy agradable. Los personajes están muy bien diseñados y junto con los escenarios, cuentan con un diseño de arte con colores vivos y alegres que resulta especialmente atractivo. A nivel técnico, no es lo más puntero que hay por ahí, pero en líneas generales funciona bien y no hemos topado con ningún problema que afecte de sobremanera a la experiencia.
A nivel sonoro, los efectos ambientales están bien trabajados y representan bien los hechos de la partida, pero la banda sonora solo se limita a cumplir. No cuenta con temas memorables o con piezas que se vayan a quedar en nuestra mente, únicamente intenta cumplir y adaptarse a lo que se ve en pantalla y al estilo del juego.
Conclusión
Dynasty Feud tiene una cosa clara: lo importante de los juegos es que sean divertidos. El título nos garantiza diversión, pese a sus problemas es una experiencia ideal para echar unas partidas con los amigos y reír al ver lo frenético de la lucha. No intenta mucho más y tampoco necesita hacerlo. Kaia Studios no intenta engañar a nadie, buscan ofrecernos algo en donde pasarlo bien es el objetivo principal y lo consiguen de forma notable. La variedad de los personajes y el factor estratégico que supone este hecho nos da cierta profundidad, mientras que los que sean fans de las tablas de clasificación encontrarán un modo para darse de hostias con todo el mundo y ver quién es el mejor. Recuerda mucho a Super Smash Bros., pero logra tener identidad propia y su carismático diseño artístico solo hacen que sea un título muy disfrutable y logra consolidarse como una alternativa real y entretenida al crossover de Nintendo. Por su parte, los personajes se sienten los suficientemente diferentes entre sí y están diseñados de forma visualmente atractiva.
Sin embargo, peca de tirar por la sencillez en ciertos aspectos, como el tema sonoro en general, por ejemplo; del mismo modo hay ciertos puntos en donde un poco más de variedad habría venido bien, como lo son la cantidad de escenarios y quizás algún modo de juego extra o incluso un modo campaña o arcade o algo para un solo jugador además del modo entrenamiento. Es importante recalcar que es un título multijugador y si esas cosas del online no terminan de convencernos o no tenemos con quien jugar en casa, este juego no es para nosotros.
En líneas generales, Dynasty Feud es uno de los brawlers más divertidos que podemos encontrar lejos de las plataformas de Nintendo y sin duda nos hará pasar un buen rato, es una experiencia sólida, a nivel técnico funciona sin mayores problemas y merece la pena juntarse con amigos, tomar algo y empezar a vivir el enfrentamiento entre dinastías.