¿Pueden los recuerdos, los mismos que definen el carácter, creencias y aspiraciones, estar deformados por las emociones del momento? Donde no mueran las flores de Maeva Nieto ahonda en una promesa entre dos magias tan lejanas como inseparables. La novela de fantasía rural e histórica es ganadora del II Premio de Novela Juvenil 2025 de Fandom Books.
Tanto en la portada como en la paginación contienen detalles de bordado elaborados por Sheila Iglesias y le propia autore que le dan a la novela una apariencia artesanal, empacado por el diseño de cubierta de Lola Rodríguez.
Alma es una maga negra, aunque en las calles de su pueblo natal susurran otra cosa: «bruja». Silvestre, su antiguo amigo de la infancia, es un mago verde. Algo que, a ojos de Alma, hace que su vida sea mucho más fácil.
Después de años de silencio, se reencuentran en las peores circunstancias y no les queda más remedio que colaborar entre ellos para demostrar que merecen el puesto de mago municipal. Sin embargo, su carrera para obtener el trabajo estará cargada de experiencias peligrosas y sobrenaturales, así como secretos mutuos que ninguno sospechaba que existieran.
Donde no mueran las flores es una historia de fantasía en cuya sencillez radica su belleza. Es una carta de amor a las raíces, así como un mensaje de esperanza para quienes aspiran a un futuro mejor.
Maeva entra fuerte y da comienzo a la novela adentrándose en la tragedia: un accidente terrible y la rabia irrazonable que despierta la muerte. Se nos presentan ambos protagonistas en un entorno tan espinoso como es el repentino lecho de muerte de la maga del pueblo. Su hijo Silvestre, un mago capaz de sanar, no puede hacer nada por ella. Solo Alma puede poner fin a su dolor. Aún si el único camino para lograrlo es la muerte.
La novela carga con el peso del luto de varias maneras, tan diferentes como las personas que tienen que experimentarlo. Todas comparten, no obstante, la angustia, el resentimiento y la pena. Un dolor que va y viene en oleadas y no tiene fecha límite.
Tras decir esto, el libro podría parecer lúgubre y asfixiante. Pero, gracias a la tenacidad de Alma y al humor sarcástico de Silvestre, está cargado de sueños, esperanzas y palabras de aliento. Maeva contrapone el dolor y la felicidad, el pasado y el presente… Siempre de forma constante y agridulce.
Le autore aprovecha la sociedad de la España de finales de los setenta para establecer su mundo mágico que, aunque sencillo, es sólido y daría para muchas otras historias que contar.
Donde no mueran las flores es una novela cargada de ilusión, amor y optimismo, aún cuando el mundo luce tan lúgubre y oscuro como una bestia a punto de devorarte.
